El Enigma del Espejo Roto

Capítulo 8

Mientras su amigo se dedicaba a su investigación en línea, Luna decidió dar una vuelta por la ciudad para buscar información más práctica. Caminó por las calles estrechas y antiguas para detenerse en cada pequeño negocio y preguntar a los propietarios y residentes si sabían algo sobre la cueva o el círculo de piedras.

En un pequeño café que había estado en funcionamiento durante décadas, encontró a una anciana que parecía saber más de lo que quería revelar.

—He oído historias sobre esa cueva desde que era niña —dijo la mujer con un susurro cauteloso—. Dicen que es un lugar de poder antiguo, pero también de gran peligro. Aquellos que han intentado explorarla a fondo, nunca han regresado. Si vas allí, joven, hazlo con cuidado.

***

De regreso en el apartamento, Jake había logrado desenterrar algunos detalles inquietantes. Se sentaron alrededor de la mesa de la cocina y el hacker les mostró lo que h había encontrado.

—La cueva está mencionada en varios relatos antiguos —dijo el chico con el rostro iluminado por la pantalla de su portátil—. Parece que los primeros habitantes de Samewood la consideraban un lugar sagrado, pero al mismo tiempo, la evitaban. Hay historias de personas desaparecidas, fenómenos inexplicables y, en algunos casos, avistamientos de figuras oscuras cerca de la entrada.

—Eso coincide con lo que el historiador me dijo. La cueva podría ser el punto de origen del poder que Hawthorne intentaba controlar. Si eso es cierto, entonces no solo sellar el portal no será suficiente; tenemos que neutralizar ese poder de raíz —apuntó Emma con el ceño fruncido.

***

La mañana siguiente llegó con un sol débil y pálido, como si incluso el cielo supiera lo que estaba a punto de ocurrir. El grupo se reunió temprano en el apartamento de Álex, revisando el equipo que habían preparado: linternas, cuerdas, botiquines de primeros auxilios y, lo más importante, los documentos y el libro antiguo que habían encontrado.

—Es hora —dijo Álex con una mezcla de determinación y nerviosismo en su voz—. Vamos a la cueva y terminemos con esto.

El viaje a la cueva fue silencioso. Ninguno de ellos se sentía lo suficientemente seguro como para bromear o hacer comentarios ligeros. Sabían que a lo que se enfrentaban era serio, posiblemente mortal.

Cuando llegaron a la entrada de la cueva, se encontraron con un paisaje desolado. La boca de la cueva era oscura y ominosa, con una atmósfera que parecía absorber la luz y el sonido.

—Aquí es donde termina todo —dijo Luna con la voz apenas en un susurro.

Sin decir nada más, encendieron sus linternas y se adentraron en la oscuridad, sabiendo que lo que encontrarían podría cambiar sus vidas para siempre. Cada paso resonaba en las paredes de la cueva, aumentando la tensión en sus corazones.

La oscuridad los envolvía y, con ella, la sensación de que estaban siendo observados. Algo, o alguien, estaba allí dentro, esperándolos. Y lo que sea que fuera, no tenía intenciones de dejar que se marcharan fácilmente.



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En el texto hay: amistad, suspense, rituales

Editado: 11.02.2025

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