¿Él era el indicado?

El amor de mi vida

Lia:

El viento golpeaba mi cara mientras recibía ese olor al mar salado, esa necesidad de salir de casa y correr para remojar mis pies y sentirme libre por primera vez, sentir que puedo hacer lo que me apetezca sin regla alguna.

Sentí unos brazos rodearme la cintura. De alguna manera esos brazos me reconfortaba, todo parecía ir más lento de lo usual. Todo era mucho mejor…

—Te encanta ver el mar ¿no es así? —Suspire su ausencia.

—Así es…me hace acordar mucho a ti, el mar está lleno de misterios y nuevas cosas igual que tú, pero la diferencia es que al mar ya lo investigan profesionales los cuales descubren nuevas cosas en cambio yo puedo encontrar nuevas cosas contigo, nuevos caminos y sueños. —Di media vuelta para luego enfocarme en esos ojos de otoño, cálidos y dorados, en ese pequeño brillo el cual podía verlo solo yo. Como esos labios tan finos, suaves, que tenían una sonrisa sutil. Oh como olvidar ese hoyuelo que se le forma al margen izquierdo de su mejilla. Con él podía ser tan sumisa, enamorada, embelesada,entregada…hechizada.

Aún sus manos se mantuvieron en mi cintura. De un abrir y cerrar de junto a los míos. —Te quedarás en casa hoy, ¿verdad?.

—tengo que salir un momento, sin embargo tengo una sorpresa para ti guapa, así que vístete con lo mejor que tengas…Aunque tú siempre te ves bien con lo que sea. Aquellas palabras hacían que las mariposas en mi estómago volarán cada vez más alto, ¿cómo no amarlo?.

Se despidió con un beso en la frente y salió de casa.

Voltee para volver a ver el mar, cuando dije que quería “sentirme libre por primera vez” no es que no fuera libre o algo por lo usual…a veces la veo a ella en sus ojos, en todas partes, la veo a ella…Quiero poder salir y saber que soy la única mujer en su vida, que todas sus palabras de amor no se han basado en mentiras. Sentirme libre, no sentir que quiere convertirme en un antiguo recuerdo. Estoy segura que ella era mucho más perfecta, podía ver en Andrés que él en vez de proseguir prefería quedarse en el pasado, la nostalgia lo consumía…Lo había encontrado por las noches llorando y cuando iba a preguntar decía que no había pasado nada o días en los que ni siquiera quería comer. Nunca me ha contado realmente sus problemas y tampoco he intervenido en ellos por el mismo hecho de que merecía su espacio personal, aunque sabía que todo era por ella, todo siempre ha sido ella. ¿Hay un día en que no la recuerde?

He intentado entenderlo de las mejores formas, Andrés me comentó que lo había conocido en un mal momento y LO ENTENDÍ. Acababa de terminar una relación y a los meses andaba conmigo <<<al principio como amigos>>>, hasta que instantáneamente nos enamoramos, ambos…¿o solo fui yo?. Toda esta situación me ha hecho doler la cabeza. Cuando será el día que deje de pensar todo esto, sé que me ama, estoy segura ... .algo segura.

Me dispuse a preparar mi desayuno, incluso era temprano. Me daba tiempo de tomar un desayuno razonable.

Partí un pequeño pedazo de queque que compró Andrés anoche, tiene un olor a limón riquísimo y de tan solo verlo la baba ya se me escurre. Junto a un olor inigualable de un café. Degusté un pequeño bocado del delicioso queque para darme cuenta de inmediato que era uno de los sabores más sublimes que había experimentado en mi vida. Y que puedo decir del café, es una delicia, como puede haber gente que le disgusta o prefieren el té como Andrés, yo no podría vivir sin mi dichoso café.

Al acabar me aliste cómo me lo había indico Andrés, Rébusque algo entre mis prendas algo viejas hasta dar con un vestido negro que me llegaba un poco por encima de las rodillas, decidí combinarlo con mis tacones dorados. Opté por un maquillaje sutil, ya que en estas épocas del año hacía mucho calor como para llevar un maquillaje cargado y que al cabo del tiempo terminará con el maquillaje todo escurrido por mi cara <<<es algo inaceptable y horroroso de solo pensarlo>>>. Me ondule un tantito el pelo para luego acabar viéndome en el espejo. Bastante bien.

Escuché la puerta del departamento abrirse, vi aquel hombre alto de un metro ochenta acercándose a mí mientras me chuleaba y sonreía.

—Y esa chica guapa, de donde salió —como era posible que un hombre con solo siete palabras haría sonrojarse y abalanzarme para darle un beso manchando esos labios con tono rosados a unos rojos por mi labial —Siempre has sido así de coqueto ¿verdad señor Andrés? —Se hizo el sorprendido como si no supiera de qué hablo. —No me engañas chico pelinegro, conozco tus trucos.

—Vale, si. Me encanta coquetear contigo…—Miraba atentamente mis ojos mientras fruncía los labios para formar una leve sonrisa <<<como amo su hoyuelo>>>, juegan con un pedazo de mi cabello enrollandolo en su dedo y dando vueltas en él. —Vamos —tomo mi mano y juntos salimos del departamento, el iba con una camisa blanca teniendo en cuenta que los primeros tres botones los tenía desabotonados junto a un short holgado, unos zapatos negros y su pelo algo desordenado por el viento que venía. Me estaba llevando al mar ¿que?. Si íbamos a nadar o algo me hubiera dicho para venir de una mejor forma, no así y más con tacones, que tramaba…

Llegamos al centro de la arena, se veía nervioso —-Andrés, qué pasa, sabes que puedes contar conmigo —puse mi mano sobre su mejilla acariciando su suave piel. Le di una sonrisa de confianza, no quería que lo nuestro se de a base de mentiras o engaños, quiero que me tenga confianza como yo a él. Quiero que el vea en mí no solo como su novia, sino como una acompañante de día a día y una consejera.

—Vale…— suspiró visiblemente nervioso— Gracias por todos estos años, por estar ahí tanto como amiga y novia. Te amo con todas mis fuerzas, para mí no sirve de nada decirte “te amo” no tiene sentido si no va acompañado de acciones, y por eso estamos aquí. Una mirada tuya me ha hechizado para toda mi vida. Supe entonces que eres la persona correcta en mi vida.Tus ojos color avellana, dulces como los de un pequeño gatito, tu cabello rubio, tu piel pálida... Todo en ti es perfecto. Cuando estoy contigo, absolutamente todo se está desvaneciendo, lo cúal solo nos deja existiendo solo a nosotros dos. Siento que he logrado atraer tu corazón, y cada latido tuyo me da una razón más para vivir… puede que no sea el novio perfecto que has deseado o en ocasiones me he equivocado como persona, pero ahora quiero que esto crezca, que no solo seas una novia de paso o de años, sino algo más serio. Quiero algo real, algo para siempre. —Entonces, se arrodilló con el corazón en la mano y sacó de su bolsillo una pequeña caja blanca—. Lia... ¿me concederías el honor de convertirme en tu esposo?.




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