Otra mañana en la cual despertaba sin verlo a mi lado, creo que poco a poco lo voy extrañando, como si quisiera alejarse.
La pereza me consumió hoy, así que me quedé en mi cama unos veinte minutos antes de que mi estómago protestará de hambre. Aún con más pereza me levante. Fui por el café, hasta que vi darme cuenta de que se había acabado, maldeci en voz baja, al menos tenía el té de Andrés, si lo tomo no creo que le molestaría, además es solo una cucharita…
Deje de echar cucharadas de azúcar para poder voltear y ver en el balcón, ¿un gato?. Ni siquiera me había percatado de que había llovido toda la noche, parece haberse refugiado en mi balcón…estaba asustado, y temblando de frío.
Fruncí el labio, dudé bastante de ir por él. Tenía malas experiencias con los gatos, una vez intenté acariciar a uno y me rasguño con sus garras, me estremecí de solo acordarme, pero no podía dejarlo así. Con miedo me acerqué y abrí mi puerta de vidrio que daba al balcón .
Apenas y pude reaccionar cuando se acercó y se acurruco con mis pies, remojando estos por su cuerpo peludo mojado. Con miedo me incliné y lo recogí…qué pequeño era, puedo asegurar que tenía unos ¿4 meses?. Lo dejé sobre el mueble y fue por alguna ropa vieja mía que no quiera, al encontrar un polo un poco desgastado por los años se lo puse como abrigo. Poco después se quedó dormido en el sofá acurrucado.
—Cómo llegaste aquí —Solo maulló —Vale pues, te dejo dormir.
No creo que a Andrés le enoje el hecho de que haya “rescatado” a un inofensivo gatito, seguí con mi desayuno como normalmente. Tendí la cama y todo lo usual, en una semana se acaban mis vacaciones y ¿cómo se supone que me sienta? digo…tampoco es que haya mucho con Andrés aquí en Hawai, creo que han sido las vacaciones más aburridas de mi vida. Lo único emocionante ha sido este gato.
No duré mucho antes que me aburriera por completo, podría ir a ver a Alba, sí, podía…
Apenas tocaron la puerta, hizo que saliera de sus casillas.
—No creo que sea Andrés, no suele venir taaaan temprano.
Fui a abrir…Alba.
—Hey, vine a visitarte, traje el desayuno.
Me hice a un lado haciéndola pasar, le señale la cocina, el departamento era pequeño así que la cocina estaba al lado de la puerta principal, era como un pequeño depa muy liberal.
—Y eso. —Señaló al gato durmiendo.
—No preguntes, yo tampoco sé como a llegado acá. —-Alba solo río, sin poder creérselo.
—Creo que vas a tener una gran compañía estos días. —Negué inmediatamente.
—No puedo quedarme con ella o él. Tengo mucho trabajo apenas vuelva y Andrés también lo tendrá, tal vez te lo puedas llevar tú o no sé, me da pena. Lo encontré en el balcón mojado, me da mucha ternura, pero en verdad no puedo quedarmelo. —Alba me dio una mirada que no supe cómo interpretar, ¿me estaba juzgando?
—Es por eso, o porque crees que Andrés se enojará. —Otra vez comenzando a hacer un interrogatorio acerca de Andrés.
—Sabes que no, tal vez Andrés me diga que sí o que se yo, pero en lo personal no lo puedo tener. —En ciertas ocasiones, me hacía sentir mal que Alba durará tanto de Andrés, o que ambos se odiaban
…
3 años atrás.
—Alba, te presentó a Andrés, mi novio.
Había sido algo casual nuestro encuentro, Alba se impresionó muchísimo, ella ya estaba con Aaron en ese entonces, llevaban un año juntos.
—Un gusto…Andrés.
Al principio, ambos se llevaban muy bien, de un momento a otro Aaron comenzó a sentir celos de la cercanía entre Andrés y Alba. Claramente mi amiga quiso explicarle, pero su novio comenzó a decirle que cómo actuaba Andrés no era lo correcto, parecía no actuar como un amigo, la forma en la que le hablaba era…diferente a lo que hacía un novio.
Alba me lo comentó, creo que por eso en cierto punto Alba y yo nos separamos. Luego yo se lo comenté a Andrés quién, no se lo tomó a bien, comenzó a gritar insultos, a sentirse ofendido, se alejó de Alba completamente. Yo, me puse de lado de Andrés y Alba de Aaron, con el tiempo las cosas se calmaron, pero Alba nunca perdonó a Andres, porque a según ella, ahora sí ve que los mensajes quisieron transmitir algo más que una amistad…bueno.
…
Alba se quedó más tiempo en el departamento, vimos algunas películas y fue a comprar comida para el gatito, lo estuvimos consintiendo, hasta que Alba vio que era una gatita así que estuvimos buscando nombres y nos decimos por el de “Mey”.
Estar con Alba era muy relajante, me hacía pensar que el mundo no es tan malo como me lo imaginaba. Eran las siete de la noche, Andrés debería haber llegado hace muchísimas horas, sabrá que Alba ha venido a visitarme…
—Vuelvo, voy al baño. —Asentí.
Decidí enviarle un mensajito.
Corazón:
–¿Llegarás tarde?
–Me preocupa un poco.
-Cuidate, te amo.
Deje mi celular a un lado. Alba salió y llegó a mí.
—¿Qué pasa?, no te veo muy animada, solo me fui unos minutos. —mi mano cargaba mi cachete, ¿y si le había pasado algo?. —Qué pasó.
—Me preocupa Andrés, y si le a pasado algo malo, no sé, debería haber llegado hace horas. —Alba parecía que iba a decir hasta que cerró la boca. —¿Alba?.
—Puede que… no sé, haiga tenido una reunión muy importante, no te pongas así. —recogió las cosas de la cena. No, esto estaba raro, ella sabía algo.
—Tú sabes algo.
—¿Y tu esponja?. —Genial, ahora venía a hacerse la sorda.
—Que sabes Alba.
—Olvidalo ya lo encontré —Y la descarada se puso a lavar.
—Alba… —mi paciencia acababa.
—Sabes, estaba viendo algunos nombre oara mi bebé.
—Deja de evitar la pregunta, sabes algo, ya dímelo. Y deja de lavar, estás embarazada. —me enojé, quitándole ,a esponja y cerrando el caño
—pero no manca. —Me puse manos a la cintura, y la mire fijamente, no me gustaba cuando sabía cosas y no me las contaba, más que todo cuando se trata de mi prometido.