El Error del Millonario.

Capítulo 3: Ejecuciones... ¿Con éxito?

Y si nos encontramos en una guerra de inteligencia, pues juguemos entonces a que te creo tus mentiras. 

Una semana más tarde

KARIN MEIER

Hoy desperté bien temprano, pensé que sería para ir a la empresa, sin embargo, mis bebés se han encargado de hacerme una mala pasada, moviéndose más que nunca y ocasionándome un dolor un tanto fuerte, aunque puedo resistirlo. A lo que se le suma, unos antojos asombrosos de cosas extrañas. 

Mis padres y hermanos se marcharon al trabajo, pero no estoy sola. Mi mejor amiga, Alessia Stocker, está a mi lado en estos momentos en los que tengo deseos de comer cosas un poco inusuales. 

—¡Ah!, qué repugnante, el solo hecho de meter esto en la batidora me da ganas de vomitar. —Ruedo mis ojos con fastidio mientras la veo taparse la nariz con la otra mano. 

—No exageres, como si ese fuera un deseo tan extraño. ¡Y no tardes mucho, ya están comenzando a moverse y me duele un poco!

—¿Insinúas que no es exagerado?, ¡Karin!, te estoy preparando una batida de crema de maní con yogur de fresa y, además, ¡pediste cebolla y tomate!, ¡unidos! —se exalta señalando la mezcla y me río. 

—Considerándolo bien, es algo repulsivo, ¡pero no soy yo, son ellos! —señalo mi vientre y soltamos unas carcajadas. 

Al menos ella ha comido antes que yo, no obstante, ese sería mi desayuno antes de irme a mi negocio de estética. Aunque ella no puede ayudarme mucho en la empresa debido a sus obligaciones universitarias, se encarga de hacer magníficos carteles que mi hermano Benjamín reparte. 

Vierte esa “exquisita bebida” en un vaso para extendérmelo con inquietud. Tomo un pedazo de pan con queso crema y comienzo a degustar lo que mis bebés han pedido. La verdad, ¡sabe delicioso!, o asumo que es por mis cambios hormonales.

Alessia me observa con determinación y asco, sobre todo, pero decido ignorarlo, ya que me lo estoy disfrutando. 

—Trata de degustar esa cosa rápido que hoy tenemos mucho por hacer. Sabes que hoy tenemos lanzamiento de tus nuevas mascarillas, dijiste que las pruebas fueron exitosas y mucha gente las está usando en tu negocio. —Asiento. 

—Es cierto, desde que Neil fue a probarlas, sin duda han aumentado las ventas, muchas personas fueron a utilizarlas debido a los elogios que hizo de ellas. 

—Me siento orgullosa de ti. —Se pone de puntillas para abrazarme y yo sonrío, me gustan esos gestos empalagosos de Aless.

—Por favor, no te muestres sentimental, mejor guarda esas palabras y llanto para la apertura de mi nuevo producto, que no se ha visto jamás en el mercado. —Chocamos los cinco y dejo el vaso en el lavabo para retirarnos de la casa. 

—De acuerdo, embarazada. 

Toma su vehículo y lo intenta encender, pero eso fue en vano, no funciona. 

—Dime que le echaste gasolina suficiente.

Pongo en duda esto, ya que siempre se le olvida por andar estudiando o, quizás, ligando con algún chico de su universidad. 

—¡Claro que lo hice!, justo antes de venir a tu casa, parece que fue un error. No puedo llamar a un mecánico ahora, pues tardará mucho tiempo. 

Muerde sus uñas con nerviosismo y me pongo a pensar en una idea. Los taxis tardan en llegar a este lugar debido a que no son muy frecuentes, por lo que tendríamos que caminar unas cuantas cuadras para tomar uno. Papá debe estar ocupado preparando todo en el negocio para exhibir mi nueva mascarilla en una pequeña tienda que tenemos. 

 

«Que no me entren ganas de orinar en este momento».

 

Comienzo a tronar mis dedos y, ¡bingo!, hay algo en la cochera que nos puede ser útil. 

Tomo mis llaves y abro la puerta de la misma para sacar la «superpoderosa bicicleta» de Benjamín, que si sabe que la usaré para mi entrada triunfal, me hará cuadritos. 

—¿Crees que podríamos irnos en esa bicicleta? —pregunta Alessia, perpleja. 

—¿Y qué hay de malo?, tiene un compartimento en la parte trasera que funciona para más seguridad y, además, tiene cascos protectores. 

Suspira ya rendida y la sujeta. 

—Apenas empieza el día y ya tenemos miles de sorpresas, espero que esta sea la última. 

—Disfruta de cada derrota como si fuese la verdadera victoria y al momento de recibir lo enorme, este pase a ser insignificante—me acomodo y ella imita mi acción. 

—¡Mascarillas, ahí vamos! —grita Alessia y emprendemos el viaje. 

Todo va a salir de maravilla, lo sé, apareceré en las grandes pantallas de la ciudad y es ahí donde mi sueño estará completamente ejecutado. 

 

—-----------------

Un rato más tarde.

General beauty KM «Estética general KM»

Llegamos a tiempo y no comprendo por qué hoy las calles estaban tan desiertas, ¿será que es un día festivo y me he equivocado en las fechas del calendario?, es muy improbable, siempre soy muy cuidadosa con ese tipo de detalles. 



#11415 en Novela romántica
#2243 en Chick lit
#6421 en Otros
#1051 en Humor

En el texto hay: romance, millonario, embarazo

Editado: 16.03.2023

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.