Estoy ajustándome la chaqueta frente a la entrada del cine cuando lo veo llegar.
Branon camina hacia mí con esa sonrisa ladeada que siempre me hace perder un poco el equilibrio interno. Lleva una camiseta oscura, su chaqueta de cuero y el cabello algo despeinado, como si se lo hubiera pasado la mano cinco veces solo para asegurarse de que no luce arreglado a propósito.
Spoiler: sí luce.
—¿Listo para tu cita conmigo o vas a seguir modelando frente al viento? —le digo en cuanto está a unos pasos.
—¿Modelando? —levanta una ceja, divertido—. Yo solo camino. Es el viento el que me persigue.
Suelto una risa, al tiempo que me rodea la cintura con un brazo y deposita un beso rápido en mi mejilla.
Todo parece estar en orden con el mundo.
Al menos por hoy.
Vamos caminando hacia la entrada, listos para debatir qué película vamos a ver, cuando me detengo en seco.
Branon casi choca conmigo.
—¿Qué pasa?
—Mira eso —le señalo con un leve movimiento del mentón.
Dentro del cine, cerca del mostrador de palomitas, están Rider y Sydney, tomados de la mano, y junto a ellos Kayden y Delaney, compartiendo un enorme vaso de soda.
Rider se ríe por algo que Sydney le dice y Kayden —sí, Kayden, el más inexpresivo de todos— le acomoda un mechón de cabello a Delaney.
¿Desde cuándo esto es una doble cita que se volvió triple?
—¿Qué hacen ellos aquí? —susurro, aún algo incrédula.
—Lo mismo que nosotros, supongo —responde Branon—. Tener una noche normal.
Rider nos ve y levanta la mano en señal de saludo. Un segundo después, los seis estamos reunidos en el centro del cine, como si esto fuera planeado.
—¿Doble cita convertida en trío? —pregunta Sydney con una sonrisa cómplice.
—¿Qué dicen? —dice Delaney—. ¿Una misma película los seis?
Nos miramos entre todos y hay un murmullo de aprobación, hasta que llega la pregunta temida:
—¿Qué película vemos?
Branon, Kayden y Rider se cruzan de brazos casi al mismo tiempo. Los tres mencionan títulos que implican explosiones, persecuciones o espías encubiertos.
Nosotras, en cambio, nos miramos entre cómplices y, como si estuviéramos sincronizadas, decimos:
—La nueva comedia romántica con Mila Raynor.
Los chicos gimen. Literalmente.
—¿En serio? ¿La que tiene pósters con corazoncitos y una boda en la playa? —pregunta Branon, fingiendo desdicha.
—La misma —respondo, y le doy un golpecito en el pecho—. Vamos, corazón de piedra, no te vas a derretir por dos horas.
—Voy a disolverme —dice Kayden, sin emoción.
—Voy a sufrir —añade Rider.
—Voy a contar los minutos —concluye Branon.
Las chicas levantamos una ceja al mismo tiempo.
—¿Quieren una noche sin drama? —dice Sydney.
—¿O prefieren dos semanas sin besos? —añado yo, y sonrío con falsa inocencia.
—¿O un castigo emocional tipo silencio frío y miradas condescendientes? —completa Delaney.
Los tres chicos levantan las manos en señal de rendición.
Y sin más, compramos las entradas.
Estamos sentados en la última fila, acomodados por parejas. Yo entre Branon y Sydney, con las luces apagándose lentamente.
La película comienza con una protagonista torpe derramando café sobre el traje perfecto del típico hombre de negocios serio.
Branon suspira.
Kayden se recuesta dramáticamente hacia atrás.
Rider se frota la cara.
Pero media hora después...
Veo de reojo cómo Branon sonríe un poco.
Cuando el protagonista le construye a la chica una galería con todas las pinturas que ella había abandonado por miedo al fracaso, suelta un suspiro involuntario.
Lo escucho.
Intento no reírme.
—¿Te gusta, eh? —susurro contra su oído.
—No lo suficiente como para admitirlo —responde con voz baja—. Pero sí lo suficiente como para no querer que se acabe.
Mi corazón se acelera.
Tomo su mano en la oscuridad, y él la aprieta suavemente.
Al otro lado, Delaney apoya la cabeza en el hombro de Kayden, quien se ha rendido y le acaricia el brazo.
Sydney le lanza palomitas a Rider, quien finge molestarse... pero le lanza una sonrisa segundos después.
No pensé que terminaríamos así.
Riendo entre suspiros, compartiendo dulces y palomitas, con tres chicos rudos atrapados en un mundo de cartas de amor, pasteles de boda y declaraciones bajo la lluvia.
Y aunque sé que mañana ellos fingirán que odiaron todo, esta noche es perfecta.
Editado: 02.10.2025