Desde la entrada en la casa, Klarrisa comienza a gritar al ver su persona más querida, tanto que al correr en sus brazos gritando se le colgó por el cuello y lo rodó con los pies por la cintura.
-Viniste, viniste - emocionada y feliz.
-Oye, no vine para quedarme sordo.
-No puedo creer que estás aquí.
-¿Tanto me extrañaste?
-¿Y como no?, Contigo aquí todo es más fácil.
-Y cuando te llame que me visitaras te negabas.
-¿Saben mamá y papá que viniste?
-Por supuesto que no piensas que si lo sabían en esta casa se respiraría esta paz. Tendrías aquí media ciudad para celebrar 'el regreso de hijo pródigo'.
-¿Qué hijo pródigo? Te fuiste a estudiar fuera y eso los da más cosas con quienes hacerse importantes. A veces opino que y yo debería haberlo hecho.
-Todavía puedes.
-Cuando no pudo sin esta nuestra ciudad - de mala gana dice.
-¿Y qué novedades hay?
-Lo de hotel sabes.
-¿Como no? Si no deja de halagar cada lugar.
-¡Aaaaa! - grita alegre. - Todavía no puedo creer que estás aquí.
-Ya calma - sonriendo. - Vamos a tu cuarto para qué me cuentas todos los chismes.
-¿No estaría mejor en la tuya, así desempacas?
Soplando Óscar dice:
-Veo que no cambiaste.
-No y no lo voy a hacer.
-Mejor, tanto tiempo sola, aquí consideré que te han contagiado - dice serio y en voz baja haciendo que ella ríe.
-¿Qué hace Remington aquí? - pregunta Óscar percatándose del osito sobre el mueble.
-¿Te recuerdas de Remington? - sorprendida pregunta.
-Si, ¿como no? No te separabas de él, pero no lo vi en últimos años, ¿qué hiciste, esculcaste entre tus cosas viejas?
-Estaba con Ingrid.
-Ingrid - sorprendido. - ¿Cómo entonces está aquí?
-Sí, es una de las novedades. Nada más que tienes que prometerme que callaras.
-Soy una tumba y lo sabes.
-He renovado la amistad con ella.
-¿En serio? - la sorpresa que enseña la hace constatar que no le agrada la noticia.
-Sí. Claro que mamá y papá no saben nada y después de ver cómo reaccionaste tú ni se enteraran.
-No, no es que me desagrada, solamente que no lo espere, me sorprendí, sin embargo, me da gusto, no sabes cuánto y se te ve, lo sabes, ha vuelto ese brillo que llevabas cuando estaban juntas. ¿Y bueno, como fue, cómo sucedió eso?
-Esa es la otra novedad de la que mamá y papá no saben nada, tengo novio y trabaja en el hotel.
-Klarrisa - reprendiendo exhala.
-Por fa, no te pongas en la parte de ellos - pide con las palmas unidas.
-No estoy en contra ni conozco al güey, es el problema que te cargaste. Mama y papá nunca aceptarán un pobre menos si lo reconocen como su empleado.
-Lo sé, por eso busqué a Ingrid.
-No entiendo.
-Bueno, pensé que no hay mejor persona que ella para ayudarme a encontrar una solución y me hizo falta. No pudo con tanta hipocresía que me rodea en este mundo.
-Sigo sin comprender por qué no viniste conmigo.
-Yo estoy demasiado pegada a esta ciudad, no me veo lejos.
-¿Y como nos está Ingrisita? - pregunta acostándose en la cama con los brazos debajo de la cabeza.
-Bien.
-Solo bien, dime algo más. No sé ¿Se puso fea, que estudia, donde trabaja, como vive, su mamá?
-¿Comenzarás de nuevo? - pregunta Klarrisa.
-¿Con qué? - levantando la ceja, la pregunta.
-Sabes tu bien con que no te hagas - acusándolo con el dedo enfrenté.
-No hago nada, únicamente pregunto, me interesa - se defiende.
-Si como no Óscar, tú nunca tomabas interés por Ingrid, así como así.
-Me estás acusando sin fundamentos - con el dedo entre ellos en la dirección a ella.
-Si como no - sin creerle cruzada de brazos dice Klarisa.
-Si piensas seguir con eso mejor me voy - dice yendo hacia la puerta.
-Ya ok, espera, paró - levantando los brazos en signo de rendición. - Quédate, cuéntame ¿Cómo lo pasaste?
Sin reflexionarlo mucho, Oscar vuelve a la cama.
-Sabes más o menos todo - le contesta.
-Anda, seguro que si tienes que contar. Hazlo antes de que descubren que volviste - lo presiona.
-De verdad no hay nada. Termine con los estudios hace tiempo y lo sabes, me debatía entre quedarme ahí o regresar y aquí me tienes - dice abriendo las manos. - ¿Ahora pregunta lo que te interesa?
-No me interesa nada en particular, solo pregunto.
-Klarrisa, mi vida es la cena - detrás de la puerta escuchan decir a su padre mientras toca.
-Vamos, papá - levantando la voz para qué la puede escucha, le informa Klarrisa. - ¿Listo?, para el regreso triunfal.
-No friegues y vamos - grosero dice.
En la entrada del comedor Klarrisa pone su mejor sonrisa.
-Ana, por favor puedes poner un plato más - con educación busca de la empleada antes de sentarse.
-¿Y para quién es ese servicio? - pregunta neutral su madre.
-Para la persona que también vive en esta casa - rodando los ojos dice Klarrisa en el modo obvio.
-Buenas noches, familia - Oscar hasta gritando entra en el comedor anunciando su llegada.
Con una gran sonrisa, Klarrisa observa la reacción de sus padres mientras oye a Óscar sentarse y comportarse como si fuera un día cualquiera. Reynaldo está tan sorprendido que quedó como estatua mientras Sandra al sobrepasar la sorpresa sonríe.
-Ay, mi vida por fin regresaste - se levanta y va hacia él para abrazarlo.
-Ya mamá que tengo hambre - dice Óscar alejando a su madre.
-¿Viniste a quedarte o de visita? - serio pregunta papá sin querer alegrarse sin motivos.
-Para quedarme... Del momento - aclara Óscar.
-Tú de verdad eres agua fiestas, Reynaldo - lo acusa esposa descontenta por la respuesta del hijo.
-Bueno, antes de que comienzan a discutir vamos a comer - dice de advertencia Klarrisa mientras la servidumbre trae la comida.