Capítulo 12

-No puedo creer que me has convencido de hacer esto - protesta Ingrid encontrándose en el spa del hotel con Klarrisa.

-En alguna manera tuve que agradecerte.

-Sí, pero pudiste encontrar algo más fácil o menos arriesgado.

-Por favor, no te quejes y disfruta - le dice empujándola por el hombro para qué vuelve a acostarse.

-Bueno, menos dime, ¿qué todo incluye este paquete de agradecimiento?

-Un tratamiento completo de spa.

-Sigue no respondiendo a mi pregunta - nada contenta comenta Ingrid acostada en tumbona de madera llevando únicamente una toalla.

Klarrisa ríe por su comportamiento.

-¿Y qué pasa si alguien nos descubra? - vuelve atacar Ingrid con sus preguntas.

Klarrisa solamente niega con la cabeza riendo por lo imposible que es su amiga. Se pasó más de media hora convenciéndola de que aceptara venir y desde entonces no dejo de quejarse, haciendo preguntas...

Se la ve inquieta y nada relajada, está en alerta y fuera de su zona de confort.

-Relájate y disfruta, yo estaré a tu lado todo el tiempo, no tienes de que temer - le asegura.

-Fácil a ti decir - dice como durante toda la conversación nada contenta.

Klarrisa no pudo no reír viendo la cara que puso Ingrid mientras estaba escuchando a la terapeuta que le estaba explicando el procedimiento.

-... exquisitos masajes neuro sedantes, deliciosamente combinados con una balneoterapia, están acompañadas con relajantes sonidos de agua y aves. Todos nuestros tratamientos son complementados con delicados rituales que le harán sentir la persona más importante y mimada sobre la tierra. Iniciamos ritual con el vapor desintoxicante que además le ofrece inhalo terapia de eucalipto. Alterne las secuencias de calor con la regadera de presión y nuestro jacuzzi techado de temperatura caliente finalizando con una ducha fría.

-Bueno, gracias Sofía, no queremos asustar a mi amiga - logrando controlar la risa, agradece Klarrisa, abrazando por los hombros a Ingrid.

-Comenzamos con sauna para relajación - dice a la terapeuta, lanzando una mirada a Ingrid. - El tratamiento anticelulitis, entonces nos vamos a enfocar en el cuerpo con piedras calientes y el masaje aromático, para terminar una envoltura de cacao - escogió Klarrisa.

Sabiendo que rechazaría todo lo que le propone, Klarrisa lo acordó con la terapeuta sin voltear a ver de nuevo a Ingrid.

-Después un descanso en el jacuzzi y puede ser piscina para continuar con el tratamiento facial y de manicura y pedicura con el trato del spa y para terminar depilación - termina de agendar.

Cuando la empleada se fue, Ingrid volvió a hablar:

-¿Sabes en los casos cuando quieres agradecer a alguien, le compras un obsequio o lo llevas a comer? Algo fácil y no esto, gastando una fortuna.

-Deja de quejarte, es lo que yo quiero hacer para ti y te aguantas.

-Grrr, no puedo - expresa Ingrid, callándose.

-Klarrisa, cariño - proviene la voz de Sandra desde la entrada.

Al escuchar ser llamada por su madre que con sus tacones se acerca al sitio donde están, Klarrisa posiciona sus desorbitados ojos sobre Ingrid que la mirada de la misma manera.

Viendo a su madre solo unos pasos de ellas, Klarrisa se levanta del lugar donde estaba sentada para esconder a Ingrid detrás de sí.

-Hola, mamá. ¿Qué pasa algo?

-Me dijeron que estabas aquí con una amiga y no pude no venir - dice tocándole el pelo que le está sobre clavícula.

-Si, eh, vine a hacerle la compañía - dice Klarrisa sin encontrar mejor escusa.

-¿Y dónde está? - pregunta buscándola con la mirada.

-God morgon, frun. Du har ett underbart hotell, jag älskar inredningen och designen. Hans dotter visade det för mig - dice Ingrid, colocándose junto a Klarrisa.

Sandra la miraba sonriendo y asintió con la cabeza. Sin articular una palabra se dio la vuelta caminando a la salida. Mientras Sandra se iba, la mirada de Ingrid se cruzó con la cara inquisitiva de Klarrisa. 

-Le dije que hotel le es de maravilla, que me muero por la decoración y se fue campante, viste - le dijo Ingrid encogiéndose de hombros mientras regresaba acostarse, entendiendo que había formado duda en Klarrisa.

-Yo en mi vida vi que alguien dejo a mi mamá sin palabras - regresando a sentarse a su lado gratamente sorprendida, dice Klarrisa.

-Entonces me da gusto que fui yo la que lo logro - dice, relajándose sobre tumbona.

-¿No sabía que hablas otro idioma?

-Es Sueco y lo hablo poco.

Después de unos minutos vinieron por ellas. Klarrisa se posiciono cerca de la camilla viendo a la masajista trabajar; pasando las manos lentamente a lo largo de la espalda de Ingrid en largos movimientos circulares, mientras el cuarto está aromatizado con agradables olores.

-Hola, hola - en el tono alegre se escucha el saludo de Óscar.

Oírlo Klarrisa e Ingrid que hasta ese momento platicaron placenteramente quedaron congeladas. Ingrid reacciono primero negando con la cabeza a Klarrisa que desorbito los ojos. Klarrisa lo voltea a ver caminar hacia ellas, por lo que automáticamente salta para quedar delante de Ingrid, cual cubre su rostro con una revista de la mesa.

-¿Qué haces aquí? - nerviosa pregunta con las manos a la espalda.

-Escuche de que estabas con una amiga y vine a verlas.

-¿Cómo es que todos a mi rededor son tan chistosos? - se queja.

-Bueno, no realmente, te vine a avisar que platicaré con Baldo, lo vine a esperar y en el camino pregunté por ti - aclara Óscar.

-¿Por qué quieres hablar con él?

-La última vez no terminamos y prometí que lo haremos a solas. ¿Quién es la amiga? - ladeando el torso, pregunta bajando la voz.

-Nadie que te pueda interesar - poco grosera responde. - ¿Te puedes ir? - inquieta, pregunta suplicante.

-¿Cómo lo sabes y por qué me echas?

-Es Ingrid, ¿ok? Ahora puedes irte.

-¡Ingrid! - sumamente sorprendido dice con una enorme sonrisa.