Él es el amor

Capítulo 14

-Hoy tenemos que resolver estos papeles. Se acerca el fin de mes y es necesario que todo esté resuelto - la informa papá.

-Sí, papá - dice profesional.

-Te quedarás aquí conmigo para que lo terminemos.

-Está bien.

-Y podrías hablar con tu hermano para qué se digna a venir...

-Papá, sabes que con él nadie puede y dice que va a venir cuando termina lo que tiene que hacer.

-¿Y cuándo será eso? 

Klarrisa se encoge de hombros, por lo que él le dice:

-Bueno, vamos a trabajar.

 

Todo el medio día lo han pasado trabajando juntos. En la tarde Klarrisa abandono la oficina de su papá para poder continuar con el trabajo del día.

Cuando comenzó tener hambre ya era tarde, por lo que decidió ir por un sándwich y ver a Baldo.

Lo encontró en la terraza sirviendo las bebidas.

-Hola - sonriendo lo saludo.

-Hola - incapaz de no devolverle la sonrisa, Baldo la saluda.

-¿Hiciste tú pausa?

-No, ¿Por qué?

-Es que trabaje hasta ahora, además tuve que ayudar a mi papá con unos papeles para el fin de mes - dice Klarrisa algo cansada.

-Lo siento.

-No, es que necesito un descanso y pensé que podríamos perdernos un poquito - en su voz se oye súplica.

Baldo obtiene la confianza al mirar a su rededor y ver que no llamaron la atención de nadie, por lo que contesta afirmativo:

-Está bien, solo déjame avisar.

Klarrisa enamorada sonríe viéndolo ir adentro.

Cuando regreso le dice:

-Vamos - tomando la dirección hacia la playa del hotel.

-Ah, como necesitaba este descanso - dice sonriendo Klarrisa bajando las escaleras con el paso acelerado a lado de Baldo, pudiendo por fin ser libre de su papel.

Cuando bajaron a la playa, Baldo la atrajo hasta su pecho pegándose al muro de piedras para besarla. Klarrisa contenta y sonriendo, le correspondió poniendo una mano en su pecho y a la otra en su cara, separó los dedos entre la oreja.

Sandra, que en esos momentos la estaba buscando preguntando entre los trabajadores, siguiendo sus direcciones bajando a la playa. Mientras la buscándola con la mirada, vio a la pareja que se basaba dejándola boquiabierta.

-¡Klarrisa! ¿Qué haces? - asombrada pregunta Sandra llamando su atención. 

-Mama - con miedo pronuncia Klarrisa al separarse abruptamente de Baldo.

-Señora... 

Baldo hace el intento de hablarle siendo detenido con la palma de Sandra.

-No sé quién eres, ni me interesa. Lo único que quiero de ti es que te mantengas alejado de mi hija - con desprecio le dice mirándolo de arriba abajo con desagrado.

-Mama - los ojos de Klarrisa se han inundado de lágrimas que han golpeado su garganta haciendo que su llamado sea más doloroso y débil.

-Tú camina adelante de mí que nos vamos a casa. Y nada más espera que tu padre se entera de esto.

Sin permitir ninguna más, Sandra agarró por el brazo a Klarisa y la empuja para que comience a caminar. Con las lágrimas cayendo por su cara, Klarrisa comienza alejarse de Baldo dándole una última mirada de dolor, Sandra hace lo mismo nada más que la de ella es una de rabia.

-Camina - vuelve a decir a su hija alejándose más y más.

Baldo se quedó ahí con la mente congelada, respirando por fin mientras se agacha pasa la mano por el pelo y cuello.

-Ingrid - es lo primero que se le ocurre.

Por lo que comienza a correr hacia su casa. No sabe si llamarlo buena suerte al verla frente la casa alado del quad.

-Ingrid - con falta de aire por haber corrido, pronuncia su nombre para llamar su atención de la mujer con la que habla.

-Baldo, ¿Qué pasa?

-Klarrisa, creo que está en peligro. Su mamá nos descubrió y se la llevó, iba muy enojada.

-¿Dónde, cómo? ¿Está bien? - pregunta Ingrid alterándose por lo que le dijo.

-Dijo que iban a la casa, hasta ha dicho que se lo dije al señor. Tengo miedo por ella, no se veía bien, estaba llorando... No nos dejó explicar nada.

-Típico de Sandra - escucha murmurar a la señora que está a lado de Ingrid.

-Vamos adentro, intentaremos a llamarla - dice Ingrid intentando estar tranquila, lo invita pasar.

 

En la casa, Rodozo Urreta

Sandra empujó a Klarrisa por el brazo para que entrara en la casa.

-Deja de llorar - ordena sin sentimientos Sandra.

-Mama...

-Nada mamá - con el tono firme. - ¿Cómo me pudiste hacer esto? ¡Con un empleado, por Dios, Klarrisa!

-¡Me enamoré, mamá!

-Si tú no sabes que es el amor, no hablas estupideces. Ven, vamos. Ven conmigo - cuando vio que no se muevo le dijo de nuevo y la tomo de la mano para llevarla escaleras arriba.

Cuando subieron la llevo hasta el baño donde de nuevo se puso violenta.

-Vamos, hazlo - dijo enojada, entregándole el cepillo de dientes con mucha pasta.

-No comprendo, ¿Por qué? - pregunto Klarrisa recibiendo el cepillo.

-No comprendes, como no - sarcástica repitió Sandra.

Bruscamente, le arrebató el cepillo y la a agarrar fuerte por el cuello para que se agache.

Comenzando a frotarle el cepillo por la boca, labios y dientes, le dice:

-¿Sigues sin comprender? Te ensuciaste con alguien así. Tú eres una muchacha rica, nosotros no tenemos que hacer con gente de bajo nivel - sintiendo los bruscos movimientos de su madre.

-¡Basta, mamá! - logra gritar Klarrisa.

-Estará cuanto te sacas esas estúpidas ideas del amor de la cabeza.

Klarrisa logra librarse del agarre de su mamá y escaparse. Su boca limpia con la blusa que lleva mientras va corriendo por las escaleras.

Sandra viene tras de ella mientras en la casa entra su papá.

-¿Qué pasa, Sandra? ¿Por qué buscaste que viniera? - pregunto Reynaldo. - ¿Klarrisa, por qué llora la niña? - cuando vio el rostro de su hija, pregunto a su mujer.

-Que te cuenta tu hija, qué estupidez ha hecho, como nos humilló - le grita con rabia.

-Princesa - dice, acercándose le para abrazarla.



#3076 en Joven Adulto
#16132 en Novela romántica
#2940 en Chick lit

En el texto hay: amor, amistad, prejucios

Editado: 11.08.2024

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.