Capítulo 18

Semanas después

Klarrisa descansa en la tumbona de la playa del hotel, a su lado están Martina y Joela.

-Eres el tema número uno - dice Martina mirando el celular.

-En la sociedad todos hablan de tu noviazgo - agrega Joela.

Klarrisa ignora sus comentarios bebiendo el jugo.

-¿Vale algo ese tipo? - pregunta con curiosidad Joela.

-Obvio, si no, ¿De verdad crees que Klarrisa estaría con él? - dice Martina.

-No, solo que yo no lo puedo entender. Si me preguntas a mí yo necesito a un hombre con dinero que me cumpla todos los caprichos y más.

-Eso si, los pobres sirven exclusivamente para divertirse.

-¿Cómo pueden decir eso?, ellos son tan personas como nosotros - pregunta lo más natural que ha podido. 

Dentro de ella se debaten la ira y la razón, esa parte que sabe con quién está tratando.

-Eso es lo único que nos une, ser personas - declara Martina.

Como poco la importan, Klarrisa permanece callada, negando con la cabeza.

-Eres famoso - le dice Azar, poniéndole la mano en el hombro.

-Por favor, sabes que a mí eso no me interesa - pide, nada contento.

-A ti nadie te pregunto, yo digo lo que oigo, todos hablan de tu relación con la hija del hotelero.

-Deja de escuchar lo que digan los demás - dice, teniendo en mente todo lo negativo que deben estar diciendo.

-No es mi culpa que hablan tan alto.

-Si, de seguro, eso es el problema.

-Dame otro - dice Klarrisa, interrumpiendo su conversación.

-En seguida, amor - dice Baldo.

-¿Salimos hoy?

-¿Tú no vas a trabajar?

-No - contesta Klarrisa con los puños en las mejillas. -, no tengo ganas.

-Como es bonito ser tú - comenta Azar.

Al ver la mirada de Baldo, Azar pregunta:

-¿Qué? Puede ir a trabajar cuando quiere - explica.

-No te preocupes, no me ofendió - dice Klarrisa a Baldo, viendo su cara de enojo.

-De todos modos, no hables así - lo advierte Baldo.

-¿Trabajas mañana por la mañana?

-Estoy a la tarde. Las chicas te esperan - dice, apuntándoles mientras le acerca la bebida.

-Está bien, me voy. Entonces nos vemos mañana, supongo que hoy estás cansado y el sol está fuerte.

Algo triste y con la mirada en la bebida, Klarrisa se aleja mientras Baldo no tiene la oportunidad de reflexión lo dicho por la presencia de un nuevo cliente.

-¿Dónde estabas? Avergonzándome por toda la ciudad - desde la puerta la atacó mamá cuando regreso a casa.

-Mama - súplica Klarrisa alejándose de la entrada.

-Todos hablan de ti, todos me preguntan por ti, ¿Sabes que humillante es eso? - la voz enojada como siempre durante estas semanas.

-Estaba con chicas - dice, sin ganas de discutir.

-No te creo. Me estás arruinando - la acusa con dramatismo.

Rodando los ojos, Klarrisa se dedica a subir las escaleras para darse un baño en su cuarto.

El silencio en la mesa la frustra, ver que los tres pueden comer en completa paz como si nada sucede mientras ella está por estallar.

-¿Cómo pueden comer como si nada pasa? Yo por vergüenza no puedo salir de la casa... - se lamenta.

Reynaldo y Óscar comparten la mirada de fastidio que la enojan más, Klarrisa, en cambio, no mueve la mirada del plato y solo respira con dolor por las palabras de la madre.

-Deberían estar de mi parte y no apoyarla a ella - enojada expresa apuntando Klarrisa con el dedo.

-Sandra, cálmate y cállate - le dice Reynaldo.

-¿Y como quieres que haga eso? ¿Um, cómo? Tu hija es todo de lo que hablan en nuestro círculo, todos me preguntan o peor llaman por eso. ¿Sabes qué vergüenza es esa? - sus ojos se llenan de las lágrimas de la rabia.

-No podemos controlar el corazón de Klarrisa, además ya no es una niña.

-¿Y eso le da el permiso de hacerme esto?

-Klarrisa no te hace nada mamá, te lo haces sola con tus estúpidas creencias - levantando la voz le dice Óscar.

-Con permiso - en voz baja dice Klarrisa abandonando la mesa.

Reynaldo también ha perdido su apetito por el poco tacto de su esposa, por lo que permanece sentado sin tocar la comida.

-Por eso yo abandoné la ciudad - informa Óscar, levantándose y llevándose consigo el plato a la cocina.

La mirada de Reynaldo le dice que está enojado mientras ella lucha entre la rabia y el dolor por no ser comprendida por nadie.