Él es el amor

Capítulo 22

Los susurros que provienen de Azar y Dia que están en el rincón de la barra lo hacen reír silenciosamente, mientas con una sonrisa, niega con la cabeza. 

-Oye - le lanza Azar. - Tienes una admiradora, no te quita el ojo de encima.

A penas miro a la dirección en la que Azara le enseño antes de quitarle la importancia y volver al trabajo.

-Hola - dice la chica que hace rato mencionó Azar.

-¿Cómo le puedo ayudar?

-¿Qué dice que me enseñas la ciudad?

-No estamos saliendo con los huéspedes, además tengo novia - responde, declinando.

-No importa, siempre hay excepciones - dice coqueta la chica de ojos grises.

-Para mí no, ahora sí me disculpa - dijo, enseñando al cliente.

-Soy Valentina - dijo, bloqueándole el camino. - Henrranz.

-Y yo desinteresado - dijo, pasando a su lado, dejándola con la mano extendida.


 

-Con señor Albarán, por favor.

-A es usted - dice riendo. - Mucho gusto, soy Sandra Urreta Rodozo, madre de Klarrisa, se acuerda de ella.

-Sí, sí - alegre le dice. - No es que habla mucho de usted y lo recuerda con tanto cariño que pensé invitarlo pasar unas vacaciones en nuestro hotel.

-Sí, con gusto. Hasta luego - dice antes de colgar. - A ver ahora como me seguirás contradiciendo.


 

-¿De verdad no hay problema que estoy aquí? - pregunto, dándose la vuelta para asegurarse que no hay nadie.

-Sí, ya relájate - contesto Klarrisa, sonriendo.

-Me da gusto que a ti esto te está tan divertido.

-No me divierta, sin embargo, es chistoso, verte tan inquieto.

-Que puedo, me encuentro en el área de la administración donde los empleados como yo no tenemos acceso.

-¿Entonces que haces aquí, si lo sabes? - dijo la profunda voz, que se parece a Reynaldo.

Ambos saltan de la silla, asustados para dirigir la mirada al pasillo.

-Ay, Óscar - lo reprende Klarrisa mientras él con una sonrisa de diversión se encuentra apoyado a la pared.

-Nos asustaste, hombre.

-Valía la pena - se defendió, encogiéndose de hombros.

-No lo vuelves a hacer o le digo a papá que no estabas toda la mañana en el trabajo.

-Papá lo sabe por eso, estoy aquí, vine a regresarle esto - dijo, levantando las llaves.

-¿Y dónde estabas?

-Que te importa - dijo acercándose a la oficina. - Como sea te enterarás.

-Qué carácter. Y que me sorprendo este lugar siempre lo amargaba.

-Nos vemos a casa - dijo Óscar de salida besándola en la mejilla.

-De verdad que cambia de humor rápido - dijo sorprendido, viéndolo marcarse.

-Cosa que esta familia le hace. Era mucho más tranquilo y feliz en la ciudad y ahora entiendo por qué trabajo escondidas.

-¿Por? 

-Para no estar obligado a volver.

-Sin embargo, está aquí.

-Y parece que no tiene planeado irse, lo que es raro - concluyo perdiéndose en sus pensamientos.


 

-Hola. ¿Tú eres amigo del guapo que trabaja aquí? - pregunta Valentina apoyada en la barra.

-Si - le responde Azar. - ¿Cómo le puedo ayudar? - pregunta, continuando a trabajar.

-Dime algo de él - dice apoyando la barbilla en la palma de la mano.

-Perdón, pero si él no le quiere decir no me parece correcto que lo haga yo, además no podemos salir con los huéspedes.

-Nadie debe saber - contesta, apoyándose sobre las manos en la barra.

Suspirando, le dice:

-De verdad, lo siento, no puedo hacer nada y debo regresar al trabajo.

Abandona la barra en dirección a las mesas dejando ahí la castaña clara de pelo liso largo, piel bronceada, labios superior fino, cejas ascendentes, nariz roma, cara rectangular.



#3076 en Joven Adulto
#16132 en Novela romántica
#2940 en Chick lit

En el texto hay: amor, amistad, prejucios

Editado: 11.08.2024

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.