Él es mi Jefe

Capítulo 5: Única Opción

MARATÓN [3/4]

——

Una vez en mi oficina me puse a pensar que no tendría que haberle gritado a Malena, pero tenía que hacerlo convensible, ella no puede trabajar para mí.

Suena el teléfono de la oficina y atiendo.

—Habla Sebastián Anderson, ¿en que puedo ayudarlo?.— pregunto lo más amable que puedo.

—¡Hijo! ¿Cómo estás?.— dice muy alegre mi papá. Algo me va a pedir.

—¿Bien?.—contesto dudoso.—¿Por qué tanta felicidad?.

—¿Uno no puede estar alegre de la vida?.

—No cuando me llamaste hace un par de horas atrás diciendo que contraté a alguien de "Glamour" papá.

—Bueno pero ahora me alegra que hayas contratado a alguien de esa empresa.— dice feliz mi viejo.

—Por última vez te digo que no contraté a nadie de...

—Bueno entonces vas a contratar a Malena Rodríguez que es ex empleada de ese lugar y ahora quiere trabajar en tu empresa, Sebastián.—me dice demandante. Frunzo el ceño porque jamás le hable de esa chica, es más yo no sabía su nombre hasta hoy.

-¿Cómo sabés todo eso?.

—Tengo a alguien que la conoce y quiere que la contrates, pero bueno, eso no te incumbe.—me dice serio.—Ahora vas a buscar a esa chica y la vas a contratar o olvidate de seguir como jefe de "Anderson's Clothes".

Me cortó y no pude negarme, ni tampoco pude preguntarle nada más, pero como siempre yo tengo que hacerle caso.

Mi historia con mi padre no es la mejor, él estuvo ausente toda mi vida, la única que estuvo presente fue mi madre, aunque no tanto. Ella viajaba siempre, hasta me dijo que nací en un avión.

Un avión, ¡¿entienden?!.

Cómo sea, cuando ella viajaba siempre me quedaba solo o con mi niñera Annie, mientras cuidaba a mis hermanos. 
Annie es un amor de persona, es la abuela que nunca tuve, o que tuve pero no conocí.

Bueno, dejando de lado a la hermosa familia que tengo, voy a empezar a trabajar y a buscar a esa chica que mi papá quiere que contrate.

Suena mi celular y atiendo ya que es Yasmín.

—Hola amor.

—¿Donde estás? Necesito dinero y mi tarjeta se quedó sin nada, ¿lo podés creer chiqui?.— me dice con vos chillona.

—¿Ya te gastaste todo?.— le pregunto mientras me paso la mano por la frente. Todas las semanas tengo que darle una tarjeta nueva.

"Sos un presupuesto, querida."

—¡Obvio si! Tengo que comprarme ropa todos los días, o sea, no puedo ponerme dos veces la misma prenda. ¡Eso si que no chiqui!.— me dice como si fuera lo peor del mundo.

—Está bien, te veo mañana.— le digo cansado.

—Oki, chau baby.— me canturrea y corta.

Llamo a Andrea para confirmar la hora de la reunión así puedo ir a ver a Yasmín. No tenía pensado verla mañana ya que tenía cosas importantes que hacer en la empresa.

—Hermanita, ¿la reunión con los Prescott es mañana?.

—Si.— me responde cortante.

—Okay... ¿a las 12:00?.— le pregunto mientras lo anoto en la computadora.

—No, es más tarde.

—Ah bueno gracias, quería saber a que hora venían porque tengo que ir a ver a Yasmín.— le comento.

—Esa perra.— susurra para ella.

—Andrea no la llames así.— le digo retándola como si tuviera 5 años.

—Ay perdón por decir la verdad Sebastián.— me dice con sarcasmo.

—Ella no es ninguna perra.— le digo molesto.

—Sí, sí, como digas, chau.— me corta.

Yo sé que Yasmín no es ninguna perra. No soy estúpido le gusta que le pague absolutamente todo pero nunca me engañaría.

Conocí a mi prometida 5 años atrás, fue en una fiesta de mi mejor amigo Ezequías Rosenberg.

Me acuerdo que yo estaba borracho... muy borracho y ella me ayudó.

"—¡Fondo, fondo, fondo!.— gritaba todo el mundo a mi alrededor para que terminara mi segunda botella de vodka.

—¡Eso! ¡Genio!.— gritaron cuando ya terminé, mi cabeza dolía y me sentía muy mareado.

Decidí caminar e ir a buscar a mi hermano para irnos a casa, ya que era tarde y no estaba en las mejores condiciones.

—¡Ey! — gritó una chica cuando choqué con ella, o mejor dicho con su culo. Aunque ahora que lo pienso creo que se lo toqué y por eso gritó.

—Perdón.— le dije con obvia voz de borracho.

—No pasa nada guapo.—dijo una rubia hermosa.—Veo que no estás muy bien para caminar solo. ¿A dónde ibas?.

—A buscar a mi hermano Gerardo.— le dije haciendo señas raras con mis manos.

"¿Qué estoy haciendo con mi vida?."

—Bueno pero primero sentate, te estuve mirando y no podes caminar después de tomarte dos botellas de vodka.—me dijo riendo y ayudandome a caminar hacia una silla.—Deberías estar tirado en el piso ya.

—Tenes razón. ¿Sabias que sos hermosa?.— le dije con la mejor voz seductora que pude poner mientras me ayudaba a sentarme.

—Gracias.— dijo sonriendo.—Pero estás borracho, no puedo tomarte en serio ese cumplido.

—¿Cuántos años tenés?.— no sé porque pero ella se rió.

"¿Por qué se ríe?"

—Tengo 20, soy mayor de edad por si lo dudabas.

Nos reímos y nos quedamos mirando. 
Siento que me olvido de algo. 
Ah sí, mi nombre, pero... ¿cómo era? Mierda, en serio estoy muy mal.

—¡Sebastián!.— gritaba alguien desesperado entre el montón de gente que había en la fiesta.—¡Acá estás imbécil!.— me gritó y me pegó.

"¿Por qué me pega?"

—¿Lo conocés?.— le preguntó la rubia a la persona que me pegó.

—Sí, el muy idiota es mi hermano. Un gusto me llamo Gerardo.— le dijo mi supuesto hermano a la rubia.

"¿Desde cuando tengo un hermano?... ¡Ah es verdad, Gerardo!"

—¡Gerardooo! ¡Hermanito!.— le dije mientras me levantaba de la silla para abrazarlo por los hombros.



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En el texto hay: contrato, empresa, jefe secretaria

Editado: 20.04.2021

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