[Sebastián]
El sonido de mi celular me despierta y atiendo sin mirar quién es.
—Hola.— contesto adormilado.
—Hola, mi amor.— la insoportable voz de Yasmín se escucha del otro lado.
—¿Qué querés, Yasmín?.— pregunto de malhumor.
Desde que me enteré que ella tenía un amorío con el padrastro de mi secretaria y que por su culpa Malena pasó de todo hace semanas atrás, la trato muy distante. Es más, no sé ni para qué llamó o por qué estoy hablando con ella, de tan solo pensar en lo que le hicieron a Malena me dan ganas de romper todo.
—Llamaba para desearte feliz cumpleaños. Ya sé que no queres verme ni escucharme pero tengo una explicación para todo lo que pasó y tal vez podríamos...
—Yasmín, no me importa lo que tengas para decirme. Me engañaste con otro y además lastimaste a mi secretaria.—río con sarcasmo.—No me vuelvas a llamar nunca más, porque no me interesa saber nada de vos. Ah, y por si no quedó claro, nuestro compromiso terminó.
Le corto y suspiro hondo.
Llegó la hora de levantarme y enfrentar mi cumpleaños. Siento que este es el peor día del año desde que ella no está, y todo por mi culpa. Si tan solo la hubiera defendido de mi padre todavía estaría viva.
Una vez cambiado, agarro las llaves de mi auto y voy a la empresa. Cuando llego nadie me dice Feliz cumpleaños porque ya saben que lo odio.
Cuando paso a mi oficina, prendo la luz y me encuentro con mi hermana agarrando una torta de cumpleaños.
—¡Feliz cumpleaños, hermanito!.— deja la torta en mi escritorio y viene a abrazarme.
—Gracias.— digo seco pero a la vez tratando de sonreír un poco.
Miro la oficina y me extraña no ver a Malena, ella ya debería estar acá.
—¿Sabés algo de Malena?— le pregunto con el ceño fruncido.
Andrea asiente y se dirige a la puerta.
—Acaba de llamarme, me dijo que se quedó dormida pero que ya estaba en camino.
Yo asiento y me siento en la silla mientras acomodo mis cosas.
—Andrea, llevate la torta, no la quiero acá.
Ella suspira, agarra la torta y antes de irse me habla.
—¿Sabés, Sebastián? Me da mucha lástima que no puedas disfrutar tu cumpleaños por Valerie. Es un hecho que ya pasó hace mucho y es tiempo de dejarla ir.— me mira con lástima y se va.
No es tan fácil hacerlo, me siento culpable por lo que pasó y nada ni nadie va a cambiarme ese pensamiento.
Después de un rato, mi secretaria llega toda apurada y con los pelos desordenados.
—Perdón jefe, había mucho tránsito y no encontraba taxi. Mi auto lo tiene mi hermano porque se rompió el de él y...
—Señorita Rodríguez, no necesito explicaciones, le creo.— digo interrumpiendola. Ella me mira avergonzada y acomoda sus cosas en el escritorio.
Ahora que lo pienso, es la única que no me dijo feliz cumpleaños. En realidad ella no tiene por qué saberlo, no le incumbe y tampoco creo que le interese.
Tal vez, con Malena acá, mi día se haga un poco menos pesado. Ella siempre me hace reír con sus ocurrencias y sus pésimos chistes.
—Señor, quería preguntarle si yo...
—¡FIESTA FIESTA Y PLUMA PLUMA GAY, PLUMA PLUMA GAY, PLUMA PLUMA PLUMA GAY, FIESTA FIESTA!.— entra a mi oficina Gerardo cantando con un equipo de música a todo volumen. Cabe destacar que está vestido de policía y tiene un bigote mostacho pegado en su cara.
Malena está que no puede más de la risa y yo lo miro a Gerardo como si tuviera tres cabezas.
Él apaga la música y sonríe muy alegre.
—Decime que no entraste al edificio con la música a todo volumen y cantando "pluma pluma gay"— digo cerrando los ojos esperando a que la respuesta sea NO, pero conociendo a mi hermano estoy seguro que lo hizo.
—¿Qué clase de hermano menor sería si no viniera a saludar a mi hermano mayor por su cumpleaños cantando "pluma pluma gay"?.— dice obvio.
—Serías un hermano menor normal.— digo sonriendo falsamente.
Malena mira a Gerardo sorprendida y después me mira a mí.
—¿Hoy es su cumpleaños?—me pregunta y yo asiento.—¿Por qué no me lo dijo?
Se levanta de su asiento para venir hacia mi y me saluda con un mini abrazo.
—Feliz cumpleaños, jefe.— dice alegre. Me da un beso en la mejilla y se vuelve a sentar en su lugar.
La sigo con la mirada porque, tengo que admitir, que su acción me dejó sorprendido. No pensé que haría eso.
"Me gustó."
—Hermano, hoy te tengo preparada una súper noche.— Gerardo me saca de mi trance. Pone una sonrisa pícara y luego mira a Malena.—Y por supuesto que vos estás más que invitada, Male.
—No creo que sea una buena idea ir, además tengo cosas para hacer. Lucía me llamó temprano y me dijo que iba a ir a mi casa más tarde.— lo mira con pena y a mí me mira de reojo.
—¿Lucía va a ir a tu casa?.— pregunta Gerardo con sonrisa de estúpido como él. Malena asiente y lo mira extrañado, luego ella sonríe.
—No me digas que te gusta mi amiga.— se cruza de brazos y lo mira esperando una respuesta.—Mirá que ella tiene algo con Julio.
La miro confundido porque eso no es verdad, Lucía lo único que hace es rechazarlo pero creo que se están llevando un poco mejor.
Entiendo a dónde quiere llegar Malena con todo esto así que le sigo el juego.
—Es verdad, hermanito, Julio me dijo que va muy en serio con ella.— digo con una sonrisa.
Gerardo pone sus ojos en blanco y se encoge de hombros.
—No me importa, aparte, ¿cómo me va a gustar Lucia? Ella y yo no nos soportamos, es insoportable. Encima siempre se la pasa hablando de estupideces, aunque tengo que admitir que a veces es muy lin...— de golpe para de hablar y yo sonrío. Con Malena nos miramos y ya sabemos lo que iba a decir.
Mi hermanito se está enamorando. Qué tierno.
—¿Ella es qué?.— insiste Malena con una sonrisa.
—Ella es... es... ¡es insoportable!.— grita exaltandonos a los dos.
—En mi oficina no se grita.— lo regaño.—Ahora andate que tengo cosas para hacer.