[Malena]
El jefe está raro.
Se la pasa viéndome de reojo y últimamente está siendo muy amable conmigo. Lo cual es raro en él. Si hay algo que aprendí estos cuatro meses de trabajar en la empresa es que el jefe nunca es amable, excepto cuando va a pedir algo serio o simplemente porque se levantó de muy buen humor, aunque esto último nunca pasa.
Escucho que suena el timbre de mi departamento y voy a abrir, al hacerlo me encuentro con Benjamín leyendo una tarjeta de regalo y unas flores en su mano derecha.
—"Espero que le gusten las flores, son casi tan hermosas como usted. Atte: S.A.".—lee en voz alta la carta y me mira.—¿Tenes un admirador secreto o a alguien le gusta mucho Pretty Little Liars?— me pregunta con burla.
Ruedo los ojos y me voy a sentar al sillón dejando que él cierre la puerta. Deja las flores arriba de la mesita de madera que hay adelante del sillón y después se sienta al lado mío.
—Así que... S.A. ¿Sabés quién es?.— pregunta con intriga.
—Tengo una leve sospecha pero no quiero que sea verdad.— digo suspirando.
No exagero cuando digo que mi jefe está raro, esta no es la primera vez que cosas así llegan a mi departamento. Ya le dije a Tito que me diga quién las trae pero dijo que el hombre que viene con los regalos lo amenazó diciendo que podría quitarle el trabajo de portero. Tito ama tanto su trabajo que se niega a decirme quién es.
Hay que decirlo, S.A. es Sebastián Anderson, no soy estúpida, aparte es la letra de mi jefe. ¡Ni siquiera se esfuerza en disimularlo!.
—Tengo que decirte algo...— dice Benjamín nervioso.
Yo lo miro extrañada y él suspira.
—Estoy en algo con una mujer...
Frunzo el ceño y asiento.
—¿Y eso qué tiene de malo?.— pregunto sonriendo.
—... para darle celos a otra.— dice tapando su cara con las manos.
Abro los ojos demasiado y hago que destape su cara.
—¡¿Que estás qué?!.—le pregunto sorprendida.—Benjamín eso no está bien.
Él asiente y recuesta su cabeza en mis piernas como hacía cuando éramos adolescentes y tenía problemas de chicas.
—¿A quién le querés dar celos?.— pregunto con intriga mientras acaricio su pelo.
—No voy a decirte.— dice riéndose.
—¿Por qué no?.— pregunto con el ceño fruncido.
—Porque decirte podría darme muchos problemas...
—Está bien, no me digas. Pero tenes que saber que no está bien lo que estás haciendo, lastimás a dos mujeres a la vez.— digo seria.
Sé que Benjamín no usaría a una persona para darle celos a otra. Seguramente fue idea de Gerardo, tengo que hablar muy seriamente con él.
—Dejando atrás el tema, ¿cómo vas con Sebastián?.—pregunta levantándose de mis piernas.—Pasa el tiempo y él cada vez me agrada menos.
Yo río y niego con la cabeza.
—Estoy bien, estamos bien. Últimamente hay mucho trabajo pero puedo soportarlo.
—No me refiero a eso. Sé que Sebastian puede llegar a ser insoportable en el sentido de que te manda flores un sábado a la mañana. ¡¿Quién hace eso?!.— pregunta Benjamín cansado.
Él lo sabe, sabe que Sebastián está detrás de todo esto.
—Lo sabés.
—Obvio que lo sé, Gerardo me lo dijo. Sebastián está tratando de conquistarte.— dice con asco.
Abro los ojos sorprendida y me quedo pensando un rato.
¿Por qué querría conquistarme a mí? Si tiene a miles de chicas más hermosas que yo a su alrededor.
—Pero ¿por qué?¿Por qué yo?.
—No tengo idea pero no voy a dejar que caigas en el encanto de Anderson.— dice Benjamín levantándose del sillón.
—Obvio que no, y yo tampoco lo pienso hacer.— digo segura de mis palabras.
—Espero que no. Me voy, tengo que hacer un par de cosas.— dice Benja acomodando su pelo.
De repente se empiezan a escuchar gritos afuera del departamento pero yo no le doy importancia. Seguramente que es mi vecina con algún novio nuevo.
—¿Se están peleando?.— pregunta Benjamín con el ceño fruncido, señalando la puerta.
Yo me encojo de hombros y me levanto del sillón para acompañar a mi hermano a la puerta. Al abrirla me encuentro a Sebastián gritando con Tito.
"Y yo que pensaba que era Mary con algún hombre"
Me aclaro la garganta y ambos me miran.
—Perdone, señorita Malena, pero no lo pude detener.— se disculpa Tito conmigo, mirando mal a Sebastián.
—Ya le dije que soy su prometido, no tiene por qué detenerme.— le dice Sebastián a mi portero.
Yo lo miro sorprendida y con ganas de matarlo y mi hermano lo mira con un tic en el ojo.
"En cualquier momento lo mata."
—Tito andá, no te preocupes.— le digo con una sonrisa y se va.
Cuando ya no hay rastros de él, mi hermano lo ve como si fuera a matar a Sebastián y empieza a gritarle enojado.
—¡¿Se puede saber qué haces en el departamento de mi hermana a las 10:00 de la mañana y encima diciendo que sos su prometido?!.
—Vine a hablar con su hermana, no con usted.— le responde de malhumor mi jefe.
—Ah, yo lo mato, ¡yo lo mato!.—grita Benjamín enloquecido.—¡¿Sabe por dónde se puede meter el USTED?! ¡Porque si no sabe yo puedo decirle que se lo puede meter bien por el...!
—¡No, no, no!.—lo interrumpo y me pongo adelante de él para que no se abalance sobre mi jefe.—La violencia no soluciona nada.
—Ahh creeme soluciona muchas cosas.— dice estirando el brazo para pegarle, pero todavía no lo dejo. Escucho la risa de mi jefe detrás mío y lo miro malhumorada. Vuelvo a mirar a mi hermano y le hablo.
—¿No tenías que irte?.— Él me mira y pone los ojos como platos.
—Ay no, Andrea va a matarme.— dicho eso se va corriendo.
Miro a mi jefe y tiene fruncido el ceño.
—¿Dijo Andrea? ¿Él dijo...? ¡Yo lo mato! ¡¿Tiene una cita con mi hermana?!.
Abro los ojos como platos y río. ¿Benjamín y Andrea? ¿En serio? Esos dos locos... Yo los vi muy unidos estos meses pero pensé que solamente eran amigos. Tengo que hablar sobre esto con Andrea.