[Sebastián]
Ay Malena, Malena.
¿Dónde estás? ¿Por qué no contestás mis llamadas? Hace más de una semana que te estoy tratando de contactar y nada.
Mis hermanos no quieren decirme dónde estás y tampoco me dejan ir a tu casa. Ellos están tan enojados como vos.
Me pasé y lo admito. Fui un estúpido, por eso te quiero pedir disculpas.
Vuelvo a llamarla y por supuesto, sigue sin contestar.
No la tendría que haber despedido pero en ese momento estaba tan enojado con ella que dije las cosas sin pensar.
En este momento tendríamos que estar casados, planeando nuestro futuro, mi papá feliz por la mujer que conseguí y cubriendo el asesinato de Valerie.
Necesito volver a contratarla, por más que ella no quiera volver a trabajar para mí.
Golpean la puerta de mi casa y me acerco a abrir.
—¿Qué haces acá?.— me sorprendo al ver a la persona que tengo enfrente con su nuevo corte de pelo y color. Antes era rubia y ahora es castaña, admito que no le queda nada mal.
—Tenemos que hablar.— Yasmín pasa sin pedir permiso y se sienta en el sillón como si estuviera en su casa.
—Por favor, sentite como en tu casa.—digo con sarcasmo.—Te vuelvo a preguntar, ¿qué haces acá?.
Me quedo parado adelante de ella esperando que me dé una respuesta.
—Vi a tu noviecita trabajando en "Glamour", solamente pensé que lo querrías saber.
Frunzo el ceño y la miro confundido.
Ella rueda los ojos.—Fijate la descripción que te doy: una chica de pelo castaño, medirá 1,60 de altura, bastante irritable al hablar, no sabe trabajar en una empresa por lo que vi y...
—Pará—la interrumpo—, ¿no te estás describiendo a vos misma?
Se levanta del sillón indignada y yo trato de aguantar mi risa.
—Sos tan gracioso que deberías hacerte payaso. Vi a Malena, tarado.— dice enojada.
Suspiro mientras maldigo mentalmente a Malena. Ella sabe que esa empresa es nuestra enemiga, su dueño es nuestro enemigo, o por lo menos el mío. Ya habíamos hablado de la empresa y ella me dijo que jamás volvería a ese lugar, ¿qué la hizo cambiar de opinión?.
—¿Cómo sabés?
—De casualidad pasé por la empresa y vi a esa chica trabajando como recepcionista. Tenía una sonrisa de oreja a oreja así que está bien en ese lugar, por más que trabajando sea un desastre.
Cierro mis ojos tratando de controlar la furia que siento en este momento y suspiro.
—¿Ya dijiste todo lo que tenías que decir?.
—No, en realidad también te quería hablar de nuestro casamiento.— dice ilusionada como una nena de cinco años cuando se le da un chupetín.
La miro como si estuviera loca y me empiezo a reír.
Recién estaba enojada conmigo y ahora se ilusiona por "nuestro casamiento", ¿tan bipolar tiene que ser?
—Yasmín, pensé que te había quedado más que claro que nosotros dos terminamos. Nuestro compromiso se acabó el día en el que me enteré que me engañabas.
La sonrisa que ella tiene en la cara se esfuma y se transforma en cara de odio.
—Cuando necesites proteger a alguien cercano a vos, no me busques.— dice seria, levantándose del sillón.
Frunzo el ceño y le agarro el brazo para que no se vaya.
—¿Eso qué quiere decir?.
Sonríe como una bruja y se suelta de mi agarre.
—Ya lo vas a descubrir.— dicho eso se va cerrando la puerta de un golpe.
No tengo tiempo para ocuparme de ella. Tengo una propuesta de casamiento que planear, pero antes tengo que encontrar a la futura novia.
(...)
Voy a la casa de Julio y él, como siempre, me recibe dándome un abrazo.
—Amigoo, pasá, pasá.—dice alegre.—¿Cómo estás?.
—Bien, ¿y vos?.— le pregunto con una sonrisa.
—Feliz, feliz con tu hermana.— dice sonriente y tímido.
Lo miro con cara de pocos amigos y a él se le escapa una carcajada.
—Perdón Sebas, pero tu hermana es...—suspira—... es hermosa, me tiene completamente enamorado y no lamento eso.
Qué cursi, tengo ganas de vomitar.
¡Está hablando de mi hermanita!
—Yo lamento haber escuchado eso.— digo con cara de asco.
Él ríe y me invita a sentarme a la mesa.
—¿Por qué tenes esa cara de pocos amigos?.— pregunta frunciendo el ceño.
—Eché a Malena.— digo arrepentido.
—Ya lo sé, me contó Andrea. ¿Por qué lo hiciste?.
—No sé, fue un impulso que tuve. Estaba tan enojado con ella por las cosas que dijo que yo dije lo primero que se me cruzó por la cabeza.— digo tapándome la cara.
—¿Qué es lo que buscas específicamente con esa chica?.— pregunta curioso.
No debería decirle la verdad, él me juzgaría y no podría soportar eso porque es mi mejor amigo. Aparte, tengo que protegerlo de todo este lío.
Lo mejor para todos es que mienta respecto a lo que en realidad quiero de Malena.
—Me estoy enamorando.
Miro a Julio y está sorprendido, parece que se le van a salir los ojos de lugar.
—La roca, el humano insensible, el corazón de piedra, la persona más asquerosa respecto a todo, la heladera que no necesita enchufarse...
—¿La heladera que no necesita enchufarse?.— frunzo el ceño.
—¡No me interrumpas!— me señala con el dedo.
—Igual creo que ya entendí tu punto, no te preocupes.— digo rodando los ojos.
—El cara de culo Anderson está ¡E-N-A-M-O-R-A-D-O! ¡ESTÁS ENAMORADO! ¡AGARRAME QUE ME CAIGO DE CULO ACÁ NO MÁS!
—¿Terminaste?
—¡ME CAIGO Y ME LEVANTO DIJO LA MONI ARGENTO!.