El es mi Koreano

Capítulo 5

Fiesta.

 

Mientras esperaba que Shin saliese del auto no podía de dejar mirar hacia todos lados, sentía varias miradas sobre mi y recuerdos amargos venían a mi mente.

Lentamente, empecé a respirar agitada, el lugar me daba vueltas y mi taquicardia se hacía presente. Me estaba dando un ataque de pánico, el aire empezaba a escasear.

Esto me sucedía cada vez que mis nervios me sobrepasaban, y como no quiero gastar tiempo en el psicólogo no estoy siendo tratada por ellos.

—Emma ¿Estás bien? —Shin posó su mano en mi hombro y logró milagrosamente que pueda tranquilizarme un poco.

—No, no estoy bien. No me dejes sola Shin —Supliqué.

Él me miró algo confundido y me hizo señas para que ingresara en el auto, así lo llevábamos con el guardián.

Luego de dejar el auto, atrevidamente le tomé la mano a Shin para asegurar que no me deje sola.

—¿Qué haces? —me pregunto por lo bajo mientras ingresábamos al edificio.

—Tengo miedo Shin, me están mirando. Voy a entrar en un colapso —A medida que iba respondiendo su pregunta yo me iba abrazando de su brazo.

—Tranquila Emma solo son un par de horas

—Eso no me tranquiliza —Tragué fuerte

Él desajusto mi agarre hasta poder soltarse el brazo, lo mire asustada y él dejó de caminar.

—Emma —Se puso delante mio —Tranquila —Tomo mis manos —Estas super hermosa —Beso mis manos —Todo saldrá bien, solo relájate.

—Si me lo pides así lo intentaré —Mordí mi labio inferior.

—Bien, quédate detrás mío.

—¿No puede ser delante para que tapes mi trasero?

—Emma, y ¿Cómo es que sabrás a donde ir?.

—Buen punto.

—Solo sígueme, y no te pierdas.

Empezamos a adentrarnos y cada vez había menos espacio para pasar, Shin se alejaba, iba muy rápido y no podía seguir el ritmo. La música resonaba en mi interior, de lo fuerte que estaba.

Se estaba escuchando la canción de J.Balvin, Ginza.

—¡Shin! —Grité inútilmente ya que ni yo logre escucharme.

Empecé a entrar en pánico nuevamente, educadamente me abrí paso brutalmente para poder llegar a él.

—Oye, tranquila perrita.

—¿Eh? ¿Cómo me llamaste? —Lo miré desafiante.

—¿Tanto te gusto qué quieres que te lo repita perrita?

—Eres un Idiota ¿Acaso te falta medio cerebro? ¡Perrito!

—Perra que ladra no muerde —Se aproximo a mi con una mirada muy atrevida.

—¿Qué haces ? —Comencé a dar pasos hacia atrás

—Solo quiero ver si esta perrita muerde, y no solo ladra —Sonrió de costado.

Mi aire se negó a salir al exterior cuando sintió como choque con una fría pared.

—Estas atrapada —Levantó una de sus cejas mientras ponía sus brazos a mis costados, dejándome sin escape. —Anda, ves que no muerdes, si tan solo vieras tu rostro.

Él se aproximó

—¿No harás nada perrita? —Susurro en mis labios.

Claramente me encontraba en un shock, si todavía no me había desmayado quedado sin aire era por que intentaba controlarme lo más posible.

Pero estaba apunto de llorar, cada vez que me daban ataques de pánico lloraba, siempre intentaba retrasar lo más posible el llanto hasta calmarme, pero esta vez era un poco muy difícil calmarme.

Mordí mi labio inferior para intentar contener el llanto.

—Oye —Me miró confundido —Solo era una broma —Apartó sus brazos —No quería que...

Al notar su distancia, solté todo el aire que tenía retenido y las primeras lágrimas se dieron pasó por mi rostro.

—Tranquila —Limpio las lagrimas de mis mejillas.

Aunque su intención parecía ser buena, su tacto solo me alteraba más.

—Solo estaba jugando contigo —Se disculpó —No iba a hacer nada. —Intento tranquilizarme.

—¿Dónde estabas Emma? —Llegó Shin.

Me voltee para verlo, sin dudarlo corrí a abrazarlo y a llorar desconsolada.

—¿Qué sucedió aquí? —Pregunto molesto.

—Tranquilo Shin, solo estaba jugando con ella.

—¿Jugando con ella? —Hablo molesto

—Ya sabes, es difícil controlarse con la bella vista que hay.

—Pero, ¿Qué haces? Deja de verla así —Gritó enojado.

Shin se saco su suéter y me lo dio para que me lo pusiera.

Sin rechazarlo ni dudar me lo puse lo más pronto que pude. Al ser Shin tan alto y yo tan baja su suéter me llegaba hasta la mitad del muslo.

—Agustín, tráele agua para que se tranquilice, y ve rápido —Ordenó Shin.

Volví a abrazarme a su torso y a esconder mi cabeza en el.

El puso una de sus manos en mi espalda y me acarició suavemente.

—Tranquila Emma, lo siento, no noté que te quedaste atrás.

Yo asentí con la cabeza.

—Aquí está toma. —Llegó el tal Agustín.

Tome aquel vaso y le dí un sorbo.

<<¿Que mierda? Este agua está podrida o ¿qué? >>

Mire a Shin en busca de ayuda

—¿Qué sucede? —Me miró arrugando su frente.

Le extendí el vaso.

—¡Agustín!, esto es Vodka

—Shin eres hermoso

—Esto es malo, ¡Te dije agua! AGUA. Ella nunca tomó.

POV Shin.

Creo que voy a volverme loco, este pibe es un estúpido, si no le tuviera respeto a su padre ya le habría dado una buena trompada.

—Shin —Rio Emma como psicópata.

—Emma ¿Te encuentras bien?

—Dame más Agua —intentó arrebatarme el vaso.

—No, Em no tienes tolerancia al alcohol, claramente.

—Si quieres yo me quedo con ella Shin —Intento arreglar las cosas Agustín.

La verdad es que yo tenía que hablar de negocios con el anfitrión de la fiesta y no tenía tiempo para perder con esto.

—Te mostraré que si muerdo —Le gritó enojada a agustín

—No Em, pórtate bien —Me estaba estresando.

La cara de confusión de Agustín cambió a una de lujuria cuando Emma le empezó a bailar provocativa.

—¡Emma! ¿Qué haces? —esto empezó a molestarme.



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Editado: 25.08.2020

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