Mañana con Shin
A la mañana siguiente al despertar tenía frío y Shin no estaba en la cama.
Baje apresurada para buscarlo pero...
—¡Ah! —Fíjate Emma.
—Yo que iba a saber qué estabas durmiendo en el suelo. ¿Por que duermes en el suelo?
—Por que ayer una señorita se adueñó de la cama entera, y termine en el suelo.
—¡Oh! Que mal —reí pícara. —Tengo hambre Shin ¡Hambre, Hambre! —repetí.
—Bueno ve a la cocina y hazte algo.
—Ven conmigo.
—No, yo tengo que —me tire sobre él antes de que siguiera hablando.
—Ven conmigo o ...—pensé por unos segundos — o te como a ti. —le guiñe.
Shin se puso todo colorado y se tenso.
—Eres muy depravada.
—Solo cuando la situación lo amerita —rei —Si vienes verdad. —me acerque a su rostro.
El me tomo de la cintura y me levanto del suelo junto a él.
—Si decías que si, yo me levantaba sola — puse ambas manos sobre mi cintura.
Note que todavía tenía puesto el suéter de Shin.
—Tengo que devolverte esto. —tire de el.
—No te preocupes, puedes quedartelo tengo muchos iguales. —respondió mientras salía del cuarto.
Mientras él se desperezaba yo lo seguía camino a la cocina. Ayer no lo había apreciado pero este departamento es bastante grande.
—Siéntate —me señaló la banqueta. —¿Qué deseas desayunar?
—¿¡Me harás el desayuno!? —Un coreano iba a hacer mi desayuno, si mis fans de Wattpad lo supieran estarían super celosas de esto, ya que hay varias doramaniacas.
—Sí, así que dime ¿Qué deseas?
—A ti, digo café —sonreí inocente.
El sonrió de lado —Esta bien, llama a tu madre para que sepa que estás viva.
—¿Estás loco? ¿Acaso querés que muera?
—¿Tanto así es la situación?
—Cuando llegue me dará con la chancla. Esto está mal ¿Por qué me la recuerdas?
—Bueno —suspiró —No pensé que era para tanto.
Shin se veía tan lindo batiendo el café instantáneo.
—Toma —me dio una bella y aburrida taza blanca.
—Gracias ¿Tú qué tomarás?
—Un té
—Aburrido —murmuré.
—El té posee antioxidantes que son muy buenos para tu salud. —se defendió.
—Lo se, solo quería molestarte. — mire mis piernas y recordé lo de ayer a la noche. —Shin ¿Dónde está mi ropa? la que no muestra mis pechugas. —mascullé.
—¡Oh! —miro hacia el costado.
—¿Oh?
—Nunca las tomé de la tienda —rascó su nuca.
—¿Qué? ¡Que!
—No te preocupes te compraré algo más.
—No podés solucionar todo gastando plata. —Me quejé.
—Si puedo —Río. —Apurate así vamos a comprar.
—No, a mi no me apures, me gusta hacer las cosas tranquila, anda vos si estás apurado.
—Está bien iré yo, de todas formas ya se tu talla.
Eso por algún motivo hizo que me sonrojara.
Shin termino de tomar su aburrido Té y tomó las llaves.
—¿Puedo bañarme mientras que estás fuera?
—Si —suspiro como si no le quedará otra opción.
Después de decir eso se fue.
Me apure a terminar mi café, puse la taza en la bacha y me dirigí al baño.
Antes que nada me asegure con un movimiento ninja de que no hubiera ninguna clase de monstruo o ser detrás de la cortina de la ducha. Al comprobar que no había nada la abrí toda.
Me saque con asco la despechugada ropa de ayer y la tiré al suelo, obviamente el suéter de Shin lo doble y lo puse sobre la tapa del inodoro.
Tarde se me ocurrió comprobar si había una toalla, pero para mi suerte, si había.
Abrí el agua caliente y mientras la dejaba correr un poco mire mis notificaciones de wattpad.
Tenía cinco seguidores nuevos, un par de nuevos pedidos de portadas y algunos comentarios en "Me enamoré de mi hermana".
Deje el celular, luego de responder y husmear los nuevos perfiles que me seguían, y entre a la ducha.