너는 공포에 나를 죽이고 싶어*
Entre a bañarme y estaba todo en coreano, cómo iba a saber cuál era el shampoo.
—Aish. Esto si que no lo imaginé.
Abrí ambos potes, me eche un poco en la mano, de ambos y luego de comprobar su textura deduje cuál era el shampoo y cual el acondicionador.
Lave rápido el shampoo de mis cabellos, me puse el acondicionador me hice un rodete y mientras lo dejaba actuar por unos minutos enjabone mi cuerpo.
Solté mi rodete y enjuague mi cabello y mi cuerpo.
Cerré el agua, me envolví en una toalla, salí de la bañera y abrí la puerta del baño ya que me estaba sofocando ahí dentro.
Realmente nunca desenredo mi cabello con el peine, ya que tengo rulos y eso los desarma.
Yo siempre me lo desenredo bajo el agua con mis dedos y para ser honesta queda bastante bien.
Salí para tomar algo de agua ya que el calor del baño fue demasiado, necesitaba algo fresco.
Fui a la cocina tomé un vaso me serví un poco de agua y llegó Shin.
—Emma —Gritó seguro piensa que sigo en el baño.
Sin decir nada mire como se dirigía al baño.
—¿Em? —murmuró confundido.
—¿Si? —respondí detrás de él.
Sus ojos se abrieron y llevó su mano libre al pecho.
—너는 공포에 나를 죽이고 싶어* —gritó
Sin poder evitarlo comencé a reírme como una foca.
Luego recordé que estaba en toalla.
—Emma —me llamó furioso.
—¿Si? —hablé tierna.
—Toma esto y ve a cambiarte ¡Ahora!— aunque pensé que me iba a tirar la bolsa por la cabeza me lo dió en la mano con tranquilidad.
Ingresé al baño saque la ropa de la bolsa y metí la ropa sucia de ayer. Me cambié y me sorprendí del gran gusto de Shin, aunque claramente era un estilo asiático.
Era una camisa larga con unos jeans algo rasgados y unos zapatos de tacos no muy prominentes.
Salí apresurada y él ya estaba con su traje de chico importante.
—Es hora de ir a trabajar —habló mientras luchaba con su corbata.
—Te ayudaría —reí —pero no se como poner esas cosas del dominio.
Él sonrió y negó con la cabeza.
Me senté en la cocina a esperar que terminase para ya salir.
—¿Las llaves del auto? —preguntó mientras se acercaba.
—Las tengo —las sacudí en mi mano.
—Genial, entonces vamos.
Salimos apresurados ya que obviamente era tarde.
Subimos al auto y prendí el estéreo.
—¿Qué es eso? —se refirió a la música.
—Es radio Disney y la canción se llama Devuelveme el corazón, es de Sebastian Yatra.
—Ni idea, pero, si te gusta está bien —sonrió y avanzamos.
En este momento tengo ganas de abrazarlo hasta que explote o de morderlo.
Aclaraciones (titulo y lo que dijo shin):
*Quieres matarme del susto.