Valija, bolso y Alex...
A la mañana siguiente...
—¿Qué pasó aquí? —Shin se incorporó gritando y se tapó con la frazada.
—Mmh —aún estaba dormida.
—Emma, Emma por favor, dime que no te hice anda.
—No me hiciste nada —accedí a su pedido.
—En serio Emma, hablo en serio.
—Solo me besaste a la fuerza —no es que yo no quería pero me agarro de imprevisto.
—¿Qué? No lo puedo creer, ¿Por que me dejaste beber vino?
Me despabile al instante a escuchar esa última pregunta.—¿Me estás tomando el pelo Shin? Te dije que no y lo hiciste. ¿Ahora es mi culpa por que te deje tomar vino?
—No Emma, no quise decir eso.
—Y devuélveme la frazada —se la quite dejándolo expuesto—Tengo frió ayer me agotaste.
—¿Te agote? ¿Cómo que te agote?
—Piensa lo que quieras amor, por cierto, lo haces muy bien —debía aprovecharme de su ser inocente.
—¿Emma que estás diciendo? —tartamudeó.
—Lo que oíste —suspire —Ahora déjame dormir.
Shin salió del cuarto susurrando insultos y maldiciones en coreano, o eso creo que eran, estaba pálido, como si hubiese hecho algo ilegal.
Te lo mereces, por hacerme cargarte todo el trayecto, pesas.
Shin se enlistó para ir al trabajo y regreso al cuartos.
—Emma —Habló tímido —Te hice el desayuno —se acercó con una bandeja—Lamento lo que sucedió a noche y como sé que estás agotada no necesitas ir al trabajo hoy, puedes quedarte a descansar. —estaba nervioso —¿Te duele algo?
Abrí mis ojos sobresaltada ¿Dolerme algo? Tanto así va a ser —reí por lo bajo —Si —respondo —me duele —me hago una bolita en la cama.
—Lo siento mucho —me miró nervioso y con miedo.
—No te preocupes, gracias por el desayuno —evite mirarlo.
Que mala soy -risillas internas-
Shin dejó la habitación y cuando escuché la puerta del departamento cerrarse me lancé sobre el desayuno como si no hubiese un mañana.
Creo que lo dejé traumado por algún tiempo.
Olvidándome de la broma jugada a Shin me estire para alcanzar mi móvil y marcarle a mi mamá.
—Ma —del otra línea sólo se escuchaba silencio —Ma —repetí —Escucho tus respiraciones, se que estás ahí. Solo quería decirte que hoy volveré a casa.
Cortó el teléfono y tenia un mensaje en el buzón.
<<Emma siento lo qué pasó anoche, no lo recuerdo, pero no fue mi intención. ¿Estás bien? >>
<<Volveré a casa, y quédate tranquilo>>
Deje el móvil de lado y me incorporé de la cama.
Cómo no tenia ropa limpia que ponerme solo me dedique a peinarme y hacer mis necesidades.
Tome una bolsa y guarde las prendas que utilice con anterioridad.
De seguro me las tendré que ver con la chancla de mamá –suspire –Me la merezco, no le hablo hace tiempo.
Salí del departamento lista para volver a casa.
(...)
Al llegar mi llave no entraba en la cerradura.
Toque el timbre y la puerta se abrió de sopetón.
—Ma —sonreí nerviosa.
—Toma —Me tiro un valija encima —Si tan grande estás como para desaparecerte ¡No vuelvas! —tiro un bolso y cerró la puerta.
Ahora que haré, tendré que volver al departamento -suspire-
Tomé la valija, el bolso y caminé hasta el banco de una plaza.
—Emma —la persona que menos quería ver apareció.
—A-Alex —estaba nerviosa, y mi corazón palpitando a mil no ayudaba.
—¿Te echaron de casa? —se sentó a mi lado.
—¡No! —hable sobresaltada —Me iré a vivir con mi novio —me referí a Shin.
—¿A mi casa? —preguntó divertido.
—No Alex —me levanté —Tu no eres mi novio, ya no —murmuré.
—No seas así Nena —me tomo del brazo.
—Suéltame Alex, me das asco.
Mi corazón se estremeció al sentir su mano en mi hombro desnudo, aún se me hacía difícil no caer ante él.
—Em... se que todavía me amas, no seas así.
—No, suéltame —eso decía mi boca, pero mi cuerpo no oponía resistencia.
—No, no te soltaré. —Se aproximó a mi. —Em —Susurró en mi oído —Nena, vuelve conmigo —depósito un suave beso en mi cuello.