El es mi Koreano

Capítulo 19:

Truenos:

Mi corazón estaba a mil, recordaba sus besos, sus caricias... -cerré fuerte mis parpados, deseando que Alex desaparezca, que se calle, que deje de tentarme.

Sentí frió al sentirlo lejos y abrí los ojos al escuchar un golpe.

—Emma ¿Estás bien? ¿Por que vuelves a tu casa? ¡No quise aprovecharme de ti!

—E-Estoy bien.

¿Qué hacia Shin aquí?

¿Qué haces aquí? —Alex gritó enfurecido.

—Vine por Emma y me encontré con basura —se refirió a Alex.

—Ts, si tan solo tardabas unos minutos más ella estaría devuelta bajo mis sabanas gritando mi nombre.

La cara de Shin se transformó, estaba enfurecido.

Volvió a estampar su puño en el rostro de Alex y me tomó fuerte de la mano.

—Emma no volverá contigo. —Afirmó y comenzamos a caminar, va comenzó a arrastrarme.

Tomó el bolso y la valija con su otra mano y llegamos al auto.

Me ayudo a entrar, guardo las cosas en el maletero y entro.

—Emma —suspiro—¿Si recuerdas lo que él te hizo no?

—Si —susurré—Lo odio —murmuré.

—¿Entonces? No quiero ser mal educado ni meterme en tus asuntos pero-

—Simplemente mi instinto animal va más rápido que mi cerebro —lo interrumpí —Lo recuerdo todo —suspire—Su tacto, sus besos-

—Haré que lo olvides —estaba molesto —Ya veras.

Me dejo en el departamento y el volvió al trabajo.

Me senté en el sofá y con mis manos oculté mi rostro.

¿Por qué Alex logra mover tantas cosas en mi?¿Por qué tiene que aparecer siempre en mi camino? -suspiré sonoramente- Qué vergüenza Alex me puede tanto y lo que le dijo a Shin, dios, es tan cierto. Agradezco ampliamente que haya llegado, si no ahora estaría lamentándome. -Me recosté en el sillón y plante mi vista en el techo.

No se en qué momento me quede dormida, pero un gran trueno me despertó.

Todo estaba oscuro y otro trueno resonó.

Mi corazón empezó a acelerarse, los rayos aislados iluminaban la habitación y los truenos rompían el silencio.

Pegue un grito al tercer trueno irrumpiendo y comencé a correr.

Me choque con Shin en el pasillo a su habitación y me colgué de él.

—¿Estás bien?

No, no, no, y no

Negué con mi cabeza. Otro trueno se escuchó y me sobresalte en sus brazos.

—Le tienes miedo a los truenos —sonrío.

Negué con la cabeza, no me gusta ser tan vulnerable.

Mi corazón iba a explotar y las primeras lágrimas escapaban de mis ojos.

Shin camino hasta el cuarto, llevándome en brazos, y me depósito sobre la cama.

Me tape los oídos con mis manos y cerré los ojos.

Estaba sentada en medio de la cama y sentí como Shin subía a la misma.

Quito mis manos de mis oídos y me coloco unos auriculares.

Realmente no sé qué decía la canción, ya que estaba en coreano, pero era lenta y tranquilizante.

Abrí los ojos y él estaba sentado frente a mi.

Ninguno apartaba la vista, él limpió algunas lágrimas que quedaban resbalando por mis mejillas y besó mi frente dándome paz.

Sus labios apenas se separaron de mi frente y bajo hasta mi mejilla, también depósito un suave beso en ella.

Se alejó unos centímetros y me miró fijamente.

Sin darme tiempo a entender beso mis labios y lo alejé confundida.

Sentía que eran demasiadas emociones en un solo día.

Él se apoyó contra el respaldo de la cama y me acercó a él tomándome de la cintura.

Volvió a besarme y correspondí intentando seguir su ritmo.

Nos separamos en busca de aire y me recosté en su pecho, él me abrazo con ambas manos y así fue como logré volver a conciliar el sueño.

 



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Editado: 25.08.2020

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