El es mi Koreano

Capítulo 25

No caigas en su juego

 

La mañana siguiente me desperté tirada en el suelo con mi amohada.

Me levante molesta y aprecie cómo Yang mi estaba esparcida por toda la cama.

Salí del cuarto y Shin estaba preparando el desayuno.

—Toma tesoro, este es para ti. —él me ofreció una taza de café.

—Gracias —sonreí como boba, otra vez me había dicho tesoro.

—Amor —gritó Yang mi y saltó sobre Shin.

Aclare mi garganta sonoramente.

—¿Cuál es mi taza? —habló aún colgada de él.

—Ninguna, tu sola puedes prepararte el desayuno —tomó sus brazos y soltó su agarre.

¿En serio tengo que ver estas escenas? Shin debería ser más cuidadoso.

—Está súper rico —sonreí al probar el café —Gracias.

—Gracias a ti por ser tan comprensiva con esta alocada situación.

Si...

—No es nada

—También estoy aquí —ella gritó.

—No deberías —Shin aclaró.

Él tomó su taza de té y lo colocó en un vaso térmico.

—Emma, ve a cambiarte, pasaré tu desayuno a si ya nos vamos.

Asentí contenta y me levante veloz.

Me ate el cabello en una coleta y me coloque un vestido floreado a hombros descubiertos.

Lave mi cara y volví a la cocina.

Anda Shin deja a esa americana

No se debe, pero no iba a dejar de escuchar esa conversación.

—¿Esa americana? —Shin río molesto.

—Si, su cara es horrible, son todos iguales. Además tienen mal cuidado de la piel, sin contar lo grasoso de su cabello.

¡Te atreviste a insultar mi cabello! Esa chica, correrá sangre por estos pasillos si ella sigue así.

Sigues como siempre —él suspiró—solo sabes como ver lo malo de los demás, ¿y tu? ¿Algún día te mirarás al espejo y verás lo vil que eres?

—No puedo creer que me llames vil —Chilló —lo estoy diciendo por ti, tus hijos saldrán raritos si sigues con ella.

—¿Cómo puedes decir eso? —Shin golpeó la mesada causando un gran estruendo.

—Estoy lista —hice mi aparición antes de que alguien muriese.

Él pasó ambas manos por su cabeza y exhaló.

—Vamos Em, o llegaremos tarde.

—Si —sonreí mientras agarraba el vaso que tenía mi café.

Mire a Yang mi y con una seña le hice entender que la estaba observando.

Ya sentados en el auto me anime a hablar.

—¿Qué pasó antes? —susurré.

—Nada importante, solo Yang mi haciéndome perder la paciencia, como era su costumbre.

Y si que lo logró.

—Está bien, pero intenta no caer en su juego.

—¿Juego? — habló confundido.

—Si, ya sabes. Ella te molesta y tu caes. La pasas mal y andas malhumorado por algo sin sentido. 

—Tienes razón —sonrío.

Llegamos al estacionamiento de la oficina y Shin se apuró para abrirme la puerta.

—Siento haberte hecho pasar un mal momento.

—No —sonreí —esta bien, lo entiendo.

Shin sonrió y me tomó de la cintura.

—Cada día te veo más linda —susurro para luego acercarse más y depositar un tierno beso en mis labios.

—Y yo cada vez descubro más facetas tuyas —sonreí al separarnos — y me encantan —aclare.

Lo tome de la corbata y lo estampé contra mis labios.

Es lindo que sea tierno, pero a veces es mejor algo de power en la relación.

 



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Editado: 25.08.2020

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