Extraño ser una niña pequeña
A la mañana siguiente, Emma despertó con los ojos hinchados de tanto llorar, hidrató su rostro y fue en busca de su desayuno a Starbucks.
Pidió un latte de vainilla, su favorito, y su mañana ya se sentía un poco más liviana.
Algo olvidada con la situación de ayer Emma entra a las oficinas y espera tranquila el ascensor.
—Hey —Shin grita desde la entrada.
Emma con su latte y la desesperación del momento se lanzó a correr por las escaleras, cosa que no fue la mejor idea, ya que ella no era la más atlética.
Al fin llegando a su escritorio le da otro sorbo a su latte, el cual ya se encuentra tibio y se sienta refunfuñando.
El teléfono suena.
Pov Emma:
—Buenos días Samsung ¿En que puedo ayudarle?
—Hola, buenos días, necesito que esta señorita me escuche —Shin respondió.
Corte la llamada sin aviso.
Él me miró desde su oficina, e hizo ojitos de perrito.
Negué con la cabeza.
Necesitaba un poco más de tiempo, no siempre tu novio se besa con otra, primero Alex ahora Shin. Apenas me estaba recuperando del primero.
Él volvió a llamar.
—Si sigues jodiendo me voy —hablé molesta y corte la llamada.
Suspire molesta y me incorpore para ir a tomar aire.
Me apoye sobre la baranda de la terraza y respiré profundo, intentando lograr algo de calma en mi.
—Emma —Shin susurró en mi oído.
Me di vuelta asustada.
—Por favor, déjame explicar.
—No se que es lo que tienes que explicar, yo estaba ahí. Vi toda la situación.
—Pero..
—Ella te beso de prepo, tu no tienes la culpa —suspire.
Él me miró confundido.
—Es que —mordí mi uña nerviosa —necesito tiempo.
—¿Ti-Tiempo?
—Si —susurré —Lo qué pasó con mi ex, se ve que aún no logré superarlo, si tanto me afecta esto.. yo sé que solo fue un beso y que te agarro desprevenido, pero aún así no pude evitar sentirme traicionada.
—Entiendo, en serio Em. Vuelve a casa.
Negué.
—Vamos —me tomó de las manos —Déjame entrar a tu vida, necesito que puedas apoyarte en mí cuando tengas problemas, no huir de mi, de todos. Quedarte sola no siempre es la mejor opción.
—Lo se —solté mis manos de su agarre.
—Em —susurró con tristeza.
Ignore los deseos de mi corazón y escape, nuevamente, de la situación.
Era la mejor haciendo eso, ignorando mis deseos, ignorando lo que quiero.
Llegue a mi pequeña habitación y me tumbé sobre la cama, me escondí debajo de la frazada y me hice un bollito.
Abrazándome a mi misma las primeras lágrimas salieron, se que Shin estaba allí para mi, pero me sentía tan sola, tan tonta. A veces solo a veces, me siento una niña pequeña que necesita de la protección y el consuelo de alguien.
Extraño a mi padre... extraño ser una niña, cuya única preocupación era no poder jugar a las muñecas con su madre.