Reunion
Pov Shin:
¿A qué se refiere? ¿Cómo que solo somos amigos? ¿Cuándo las personas se besan y hacen el amor acá son amigos? Que país más raro
*Toc* *Toc*
—Adelante —hablé con firmeza.
—Acaban de llamar unos accionistas, quieren una reunión hoy en el bar. —La recepcionista ingresó.
—¿Qué accionistas? —me incorpore y noté como Emma espiaba de reojo.
—Jonathan, el joven heredero de-
—Si, lo recuerdo.
Ese mocoso, solo tiene 18 años y cree que el mundo es suyo.
—Entonces, ¿Confirmo fecha y hora?
—Por favor, Edna.
Ella se retiró y Emma intentó disimular.
Le marqué en la línea directa.
—No está bien espiar —reí.
—Tu no sabes, anoche despertaste mis celos.
—¿Qué quieres decir?
—Que eres mío y que estoy observándote.
—Eres hermosa cuando dices eso.
Ella cortó la llamada y tapó su rostro con unos cuadernos.
Edna confirmó la reunión para las siete de la tarde, a las cinco tome las llaves del auto y apague las luces de la oficina.
—Em, hoy tengo una reunión
—¿Puedo ir?
—No, está vez no.
—¿Con quién? —se cruzó de brazos e hizo puchero.
—Con un inversionista, apenas es un niño.
—Mmh, está bien. Voy a extrañarte —susurró.
—Solo son unas horas —sonreí.
—Yo te extraño aunque sean minutos.
Me acerqué a ella y la besé.
—¿Vamos a casa?
—Si— apagó la notebook y se incorporó.
Llegamos al apartamento y fui a cambiarme la vestimenta.
—¿Irás así?
—¿Está mal? —me miré inspeccionando mi vestuario.
—No, estás demasiado sexy—sonrío divertida y se aproximó.
Ella me tomó de la corbata y me besó.
Mis manos se escabulleron por debajo de su remera, sus besos me emborrachaban y lograban hacer que me olvidase de todo lo demás.
Se alejó con una amplia sonrisa y señaló el reloj.
—¿Qué sucede?
—Debes irte, ¿Quieres llegar tarde a la reunión?
Abrí los ojos sorprendido y como pude acomode el traje que llevaba puesto.
Baje al estacionamiento y me puse en marcha.
Llegue al bar y Jonathan ya estaba allí.
—Casi llegas tarde Shin, ¿Qué sucedió? ¡Puedo ver qué se trata de una mujer—me olfateo cual perro —¿Tu novia quizás? O ¿Una simple amiga?
—Mi novia.
¡Novia! Cierto, nunca le pedí para ser novios.
La reunión concurrió de excelentes maneras, llegamos a un gran acuerdo, que hará crecer mucho a la empresa.
Apenas me despedí de él, miré la hora y fui directo a una florería.
Compré un ramo de cien rosas blancas, por que simbolizan pureza, y mi amor hacia ella es el más puro y sincero.
Compré un par de rosas blancas y rojas por separado para hacer un camino con ellas.
Al llegar al apartamento ella estaba durmiendo, tome las rosas y desde la cama hice un camino al comedor donde sobre la mesa ratona estaba el gran ramo junto a mi.
Fui a buscarla y la desperté.
—Em, sigue el camino.
—¿Qué sucede Shin?
—Solo sigue el camino —me aleje, aproximándome al ramo.
—¿Sabes lo que es respetar al que duerme?
—Si, solo un poco más tesoro.