Se escuchaban teléfonos sonando, como personas caminaban incluso corrían, pero en una de ellas, estaba esa mujer. Su vista se enfocaba en la pantalla de la computadora mientras sus dedos no dejaban de moverse tecleando mientras su boca se mantenía ocupada masticando un chicle por lo ansiosa que se encontraba. Gracias a dios su jefe no la había explotado ni siquiera lo ha visto incluso con el ruido que se haya en esa parte de ese gran edifico ella tarareaba una canción, se encontraba en su mundo y a la vez no. Hasta que, por fin, había llegado la hora de su comida. Esta no pudo evitarlo y se levantó tan alegre de su asiento y se fue a comer, tenía demasiada hambre.
-Vaya mujer tan rara
- ¿Por qué?
-Cada que es hora de comer ella se levanta de ese asiento como si fuera la hora de salida, incluso llega como si estuviera atrasada cuando . . . Llega más temprano de lo que debía.
Ahí en un rincón hablaban unos hombres, pero uno de ellos era conocido por esta mujer.
Veía mi comida en el microondas ansiosa.
-Vamos, vamos. . .
Daba pequeños saltos creyendo que esto apresuraría al microondas en su trabajo calentando mi comida, pero tenía tanta hambre. Esta vez no había comido casi nada, mis tripas se estaban comiendo entre ellas en todo el tiempo que estaba trabajando. Entonces escuche ese sonido . . . "Bip" Saque mi comida velozmente y me fui a unas de las mesas que había ahí vacías. Me senté abrí la comida di gracias entonces empecé a comer.
-En serio, que tenías hambre ¿Verdad? Chloe
Deje de comer mi comida para ver al frente, aunque reconocía esa fabulosa voz
- ¡Jean!
- ¡Jajajaja! ¿Tanto te sorprende el verme?
Me sonroje mientras el solamente se sienta en frente de mí.
-Oh . . . Ahora entiendo tu emoción de la comida
Mira mi comida y sonríe
-Aunque haiga pasado años desde que nos conocimos . . . Sigues siendo la misma que se emociona por lasaña
Mire abajo mientras mis cachetes se empezaron sentir aún más calientes, iba a decir algo. . . Pero no tenía palabras con las que defenderme.
- ¡Ja! Al parecer nunca cambiaras Chloe . . . Y espero que nunca lo hagas
Seguí comiendo, mientras sonreí. Pero de la nada se escuchó una voz y este se fue. Mire a donde iba y se acercó a un hombre. Entonces seguí comiendo, hasta que terminé y vi la hora, tenía que volver a trabajar.
-Hoy será un largo día
Parte 2
Mi respiración acelerada mis zapatos sonando por el tacón mientras corría como si no hubiera un mañana
- ¡Vamos Chloe tú puedes!
El ultimo transporte iba detrás de mí, así que corría todo lo rápido que mis cortas piernas me dejaban hacer. No me iba a detener por nada del mundo no en esta situación. Entonces por fin llegue a la parada, pero algo sucedió. El transporte no se paró y siguió en largo, mi cerebro tardo de reaccionar hasta que por fin pude respirar aire lentamente entonces la furia salió de mí.
-¡¡¡VIEJO PELON!!!
No sé cuándo, ni porque, pero. Termine pateando una piedra la velocidad y fuerza no se sabe, pero . . . Esta no se pudo salvar del impacto y . . . Creo que ni él.
-¡¡¡Aghh!!!
Alce un poco la mirada y ahí estaba un chico tirado en el suelo agarrado del estomago
- ¡Ja! ¡Karma! ¡Te lo dije!
Abrí mis ojos sorprendida, ¡Miércoles!
-¡¡Lo lamento mucho, en serio, lo lamento!!
Me acerque corriendo al joven para ver si se encontraba bien, pero este solamente me miraba rara, y a la vez como si . . . Se estuviera burlan de mí. Agarro mis manos que estaban en su cara para vigilar que la piedra no le haiga golpeado ahí o algo.
-Estoy bien, no se preocupe por mi
El niño lo veía con el ceño fruncido, pero lo que dijo me relajo un poco. Pero aun así empecé a sentir un nudo en la garganta, porque a mí.
- ¿Señora?
Alce mi mirada, ¿Me dijo señora?
- ¿Se encuentra bien?
Miré al niño y asentí con la cabeza con una ligera sonrisa. Sabía que si tan solo decía una palabra terminaría llorando.
-Sabe que me alegra a mí los días
Lo mire y el joven también lo miro, los dos atentos hacia ese niño.
-Una señora siempre le ayudo con su gato gordo, cada día, y casi a la misma hora.
Entonces el niño saca un caramelo.
-Y esa señora, siempre me da caramelos. Eso es lo que me alegra el día, el cómo esa señora no me conoce, pero me da un puño de caramelos de la misma marca y me revuelve el cabello ¡Incluso me dice nieto!
El niño miro el caramelo como si fuera, algo demasiado valioso. Pero, mi corazón brinco más cuando ese niño me extiende ese caramelo.
-Ahora yo se lo doy, señora
El chico que golpee me miro a los ojos, pero . . . Yo me levante rápido.
-No, no tienes que dármelo ¿Tú te lo ganaste no? Te lo dieron a ti
-Y yo se lo doy a usted
El niño se levanta del piso para así darme ese caramelo en la mano.
-Espero que, así como a mí me alegra que esa señora me de los caramelos a usted también le alegre el día
Mire al niño, no podía y entonces la gota rompió el vaso. Aunque este rápidamente reacciono y me abrazo las piernas, me tire al suelo, mientras sostenía su pequeño cuerpo.
Editado: 02.01.2022