A la media noche, Josh coge a su hijo y a Ray, los mete en el coche y se los lleva. Karen al sentir movimiento se piensa lo peor.
Se hace la dormida hasta que su marido abandona la habitación; una vez que se va, se levanta de la cama y se asoma al ventanal de su habitación cuando escucha el coche irse.
Dentro del coche Maik y Ray están en silencio y confusos, no saben que es lo que está pasando a su alrededor.
En cinco minutos, están pisándoles los talones a los Cavano, los vigilan muy de cerca.
Están llegando a la casa de Leonora, los Cavano siguen su camino, cuando Josh baja su ventanilla, saca su brazo con una pistola y dispara a las ruedas del coche.
Eso provoco que Nathan pierda el control del vehículo. Para el coche, baja y se aproxima al coche de los Cavano para ver si han sobrevivido.
Maik y Ray también bajan del coche para ver lo que se propone hacer su padre. Cuando ven que saca el arma se sorprenden. Escuchan dos disparos, se acercan y ven los dos cadáveres inertes, sin vida de los Cavano.
Unos metros más allá se encuentra la casa de Leonora; Josh manda a uno de sus hombres a llamar por el teléfono y comunicar lo que ha ocurrido.
Josh, Maik, Ray, Dan y Marcus se dirigen a sus coches y se esconden cerca de la casa de Leonora. Unos minutos después de la llamada a emergencias, cuatro coches patrullas aparecen en el lugar del siniestro.
Recogen los cadáveres y hacen sus investigaciones, recogen todo y un vehículo de policía se dirige a la casa de Leonora.
"Toc-toc" se escucha desde la puerta de la entrada. Leonora se levanta del sofá donde se encuentra viendo la televisión.
Oyen las lentas pisadas de la señora, coge el pomo y lo gira para abrir la puerta.
Kira escucha un estruendo en la planta baja, se levanta rápidamente de la cama y corre escaleras abajo para ver quien ha hecho ese ruido. De repente, se encuentra con su abuela arrodillada en el suelo y un oficial en la puerta.
A lo lejos, Josh, Maik, Ray, Dan y Marcus observan la "trágica" escena. Maik no deja de mirar a la pequeña niña de ojos caramelos y ese peculiar pelo rojo; no deja de ver la inocencia de esa mirada. De pronto, con la buena vista que tiene, ve los ojos de la la pequeña humedecerse y como caen pequeñas lágrimas por su mejilla.
Maik aparta la mirada y se va al coche con Ray a esperar a que el asesino de mi padre lo vuelva a llevar a casa.
Leonora se repone por la pequeña, la sienta en el sofá y le cuenta lo que ha sucedido omitiendo la información de que fue provocado. Decide dejárselo por escrito en una carta la cual recibiría cuando cumpla los dieciocho años.
Kira empieza a llorar de nuevo, no entiende lo que pasa a su alrededor porque todavía es pequeño. Después de asar toda la noche consolandola ambas se quedaron dormidas.
A la mañana siguiente, Leonora se despierta para hacer el desayuno a la niña, Kira despierta con los ojos hinchados de tanto llorar.
...
A la madrugada, llegan a casa, Maik baja del coche con la cabeza agachada, cierra de un portazo y entra sin escuchar a nadie.
Karen se aleja de su marido y decide dormir en otra habitación, coge sus cosas y cierra la puerta tras de sí.