Eva
Mi hijo no deja de repetir lo mismo y yo ya no sé cómo decirle que ese hombre no es su padre, la cabeza me duele, jamás esperé volver a ver a una de esas personas, la última vez que vi a alguien con ese apellido... prefiero no pensar en ello y sigo conduciendo hasta mi casa, solo que los recuerdos me atacan y me obligan a retroceder en el tiempo, a recordar al amor de mi vida, al padre de mi hijo.
Todo fue una mentira Eva... me repito deshaciéndome de los recuerdos bonitos, Charles era como su madre, me mantuvo a escondida y a mi hijo también y todo porque le avergonzábamos, además, después de su muerte descubrí por los medios que salía con una chica, estaba con ella y además estaba conmigo, aún así su muerte destrozó mi vida y ver ahora a su hermano, tan de cerca, fue como un balde de agua fría, ya lo había visto por televisión y revistas, pero en persona es distinto, es igual a él, no tienen diferencias y sentí tantas cosas.
—Mamá tú lo viste —dice al entrar a la casa —es él, es papá —niego, bufo y paso las manos por mi rostro —¡mamá!
—Caleb basta —le grito sin querer, luego al ver sus ojos tristes me pongo a su altura —ese hombre que vimos hoy no es tu papá, sabes bien que tu padre... él murió —niega y corre hacia la habitación, sé lo que hará y al segundo llega hacia mí con una foto en sus manos, donde estamos los tres juntos, la única foto que Charles aceptó tomarse con nosotros.
—Es él, es igual, míralo mamá —me enseña la foto con insistencia, al verla mis lágrimas inundan mis ojos —no nos dejó.
—Caleb cielo —acaricio su rostro y hago que mire mis ojos, lo peor de todo es que mi hijo me recuerda a su padre demasiado, su físico, sus gestos, sus sonrisas, todo me recuerda a él —tu papá murió, el hombre que vimos hoy es su hermano gemelo, tu papá, Charles
—No mamá, no
—Lo siento mi amor —sus lágrimas no se detienen pero parece comprender.
— ¿Entonces ese hombre es mi tío? —niego rápido.
—Ese hombre no es nadie —me levanto y camino hacia la cocina.
—Es mi tío y
—Calla Caleb —coloco mis manos en la encimera —no quiero que volvamos a hablar más de esto, ese tema está prohibido en esta casa —Caleb sale corriendo y yo voy hacia una silla y me siento, no sé cómo explicarle las cosas, no sé cómo controlar mis emociones y termino haciendo todo mal.
—Hija —mi madre se sienta frente a mí —¿qué pasa? Caleb ni me saludó cuando entré a la casa.
—Pasa que hoy vimos en el partido al hermano gemelo de Charles —le cuento sin mirarla —y Caleb le llamó papá frente a todos —mi madre lleva una mano a su boca.
—Eso es pésimo.
—Si —murmuro pensativa —es igual a él mamá, sentí tantas cosas.
—No empieces Eva —me regaña —no puedo creer que aún recuerdes al maldito.
—¡Mamá! —chillo —es el padre de mi hijo del que hablas.
—¿Qué? Él te mantuvo toda la vida en secreto hija y esa vieja —masculla —Cinthya Greyson te amenazó, nos amenazó a todos, te dijo que no le dijeras a nadie que su hijo había tenido un bastardo, incluso hizo que tu padre perdiera el negocio, hija, esa gente es mala y si esa mujer llega a saber que su otro hijo conoció a tu hijo, todo será un caos.
—No hay de que preocuparse, estoy segura de que Cédric ya se olvidó de Caleb —comento segura, un hombre como él jamás se pondría a pensar en un niño de seis años que se confundió.
—Y tu deberías olvidar a Charles.
—Fue mi primer amor mamá, además, él no sabía que teníamos un hijo juntos al principio, cuando lo supo quiso estar a nuestro lado.
—En secreto como si mi nieto fuera poca cosa y además, estaba contigo y a la vez con otra —masculla
—Quizás pensaba que yo era una de esas que solo quería quitarle dinero y bueno, quería conocerme más para estar seguro de que no. —aunque el hecho de que estuviera con otra es... desgarrador.
—Eres tonta —niega poniéndose de pie —ese hombre te mantuvo en secreto por meses solo porque le avergonzabas, le avergonzaba haber tenido un hijo con una pobre como tú —sus palabras son duras pero muy ciertas.
—Si mamá pero
—Y decía que no le daría nunca el apellido a tu hijo, que nadie debía saber sobre ustedes y
—Y ahora está muerto —murmuro —vivía a escondidas mamá, pero prefiero mil veces eso a esta realidad donde él ya no está, donde mi hijo le extraña y donde yo no puedo tocarlo, lo quería. Caleb se pasó años preguntando por su padre y cuando al fin estuvo con él, este solo le duró pocos meses.
—Por Dios, lo conociste en una fiesta, te folló, desapareció, supiste que estabas embarazada y años después lo viste, él te reconoció y supo que el niño era su hijo, estuvo solo unos meses con ustedes, Eva, a escondidas de todos y luego murió como el canalla que es.
—Nunca he amado a nadie igual y dudo volver a hacerlo.
—Ten cuidado —ella ríe —tu novio podría escucharte y Andrew te quiere mucho, no deberías estar con él si no sientes lo mismo.
—Lo quiero mamá, pero, no es lo mismo —musito, solo llevo un mes con Andrew, pero siento ese vacío en mi pecho, es por él, sé que me mantuvo en secreto, pero no puedo olvidarlo y bueno, aunque a veces lo odio por eso, también comprendo por qué lo hacía o quizás soy muy tonta y esa es la explicación.
—Debes tener cuidado, recuerda la amenaza de Cinthya, esa mujer nos puede aplastar como cucarachas hija y Cédric es quien está patrocinando los partidos y será su familia quien ayude a los niños a llegar lejos y a ser grandes, eso lo leí hoy en el periódico y es lo que venía a decirte.
—Descuida, Caleb no volverá a ver a nadie de esa familia, no irá más a esos partidos.
—¿Ya hablaste con él? —niego —sabes que su sueño es ser futbolista y sabes que está muy emocionado con todo esto.
—Hablaré con él, pero no volverá a ir ahí —digo decidida —aunque me odie, pero es por su bien, nadie puede saber que Caleb lleva la sangre de un Greyson, lo mejor es que Cédric hoy parecía tan confundido que apuesto ya se olvidó de nosotros.