Él es mi papá

Capítulo: 8

Cédric
La mujer frente a mí se queda sin habla y con los ojos muy abiertos, tiene unos ojos tan bonitos que no me cansaría nunca de mirar, todo en ella es perfecto y sin darme cuenta comienzo a mirarla con más intensidad, su cabello negro brilla, desearía tanto tocarlo, parece bastante suave, jamás me ha interesado el cabello de una mujer, pero ella.... ella es distinta, ¿y qué decir de sus labios? Siempre están rojos y ese rubor que cubre sus mejillas siempre que nos vemos es encantador, sonrío como tonto hasta que soy empujado y de milagro no caigo al suelo

—¿Qué dijo? —se pierde todo el encanto cuando me grita

—Dije que le está echando a perder el futuro a su hijo

—¿Quién demonios se cree usted para venir a mi casa a esta hora y hablarme así? —ella termina de salir y cierra la puerta tras de sí

—Un hombre que al parecer le interesa más la felicidad de Caleb que a su propia madre —me doy cuenta de que acabo de cometer un error cuando su mano impacta con fuerza en mi mejilla, que yo recuerde, es la primera mujer que me pega y con tanta fuerza que sé que sus dedos van a quedar marcados ahí por muy buen tiempo

—Escúcheme bien, señor como se llame —brama acercándose a mí, por instinto retrocedo —usted no conoce a mi hijo y menos a mí y no hay nadie que quiera más su felicidad que yo, así que si no quieres que llame a la policía más le vale que se largue ahora mismo de mi casa

—A su hijo le gusta el fútbol y yo quiero patrocinarlo, Eva

—Eso no va a pasar nunca

—¿Por qué? No me conoces, ¿qué tienes en mi contra? Solo quiero ayudar al pequeño —una risa brota de su boca

—¿Ayudar? No me haga reír, señor Greyson —por supuesto que sabe quién soy y dice mi apellido con tanta rabia que me deja confundido —sé que su padre y usted solo hacen este circo para ganar puntos con el pueblo, no lo hacen por los niños, solo piensan en ustedes mismos porque ustedes los ricos son todos iguales —se da la vuelta para irse, pero agarro su brazo, el problema es que con solo ese toque parece que mi cuerpo ha recibido una descarga eléctrica, la suelto sin saber qué demonios me pasa con esta mujer

—Se equivoca —hablo, ella me mira y parece agitada, ¿habrá sentido lo mismo que yo? —no soy como todos Eva, yo sí quiero ayudar a su hijo, quiero que cumpla su sueño, quiero verlo ser un gran futbolista como sé que él quiere, lo vi jugar, su hijo juega con el corazón, pone el alma y aunque es solo un niño, vi mucho interés de su parte en lo que hacía, además, tiene mucha habilidad, él es

—Sé cómo es mi hijo, ahórrese la charla —tenso mi mandíbula, esta mujer es una terca que no entiende nada

—¡Maldita sea! Hablas de los ricos, pero ustedes los pobres son unos brutos

—¿Qué dijo? —chilla, ¡Dios! Ya volví a cagarla

—Eva, yo

—¡Largo de mi casa! —vocifera caminando hacia la puerta —y si en cinco minutos no se ha ido llamaré a la policía —añade para luego entrar a la casa y cierra la puerta de un fuerte golpe, quedo asombrado cuando esta no se cae, qué mujer más testaruda, lo peor es que le dije cosas que la hicieron enfadar más, pero es tan difícil hablar con ella.

Me quedo más de lo necesario mirando la puerta que se ha cerrado, luego despacio camino hacia mi auto, me detengo en este, pero no subo, vuelvo a mirar a la casa y sonrío al ver una silueta en la ventana, es el niño, el cual corre las cortinas y lo veo, levanto mi mano y lo saludo sin saber que más hacer, él hace lo mismo y aunque no logro verlo bien juraría que sonríe, sus gritos diciendo que yo era su padre aún siguen en mi cabeza, perdí la memoria, pero Eva no, así que eso es imposible. El ruido de un carro policía me hace volver en sí, ¡maldita mujer! Cumplió lo que dijo y llamó a la policía

—Señor —un oficial se acerca a mí

—Señor Greyson, Cédric Greyson —me presento, los dos policías se miran entre sí

—La dueña de esta casa nos dijo que está perturbando su noche señor Greyson, es eso cierto?

—No claro que no, yo solo vine a hablar con ella y

—Entonces es cierto —interrumpe el otro que sonríe, no entiendo nada

—Ya dije que no, vine a hablar con ella, me dijo que me fuera y eso iba a hacer pero

—Lo vimos mirando hacia la casa, así que no parecía dispuesto a irse, además, una vecina nos dijo también que escuchó escándalos, ¿fue usted? —resoplo

—Por supuesto que no, Eva y yo discutimos pero

—Así que es cierto —ambos ríen y uno se acerca a mí —ponga sus manos en alto y dese la vuelta

—¿Perdón? —al ver que no obedezco, uno de ellos me obliga a hacerlo, siento el metal frío de las esposas —¿qué demonios hacen? ¿Saben quién soy? 

—Por supuesto que sabemos quién es —ríe el que me esposó que mira mis ojos —¿cree que porque su padre se presenta a gobernador puede hacer lo que quiera?

—Son unos bastardos

—Mira, algo más de que acusarlo —ríen y me llevan hacia su auto, ¡maldición! Es lo que faltaba —señor Greyson —me meten a la fuerza a la patrulla —hoy dormirá en una de nuestras celdas, espero sea de su agrado.

★★★
Eva
Me levanto temprano y voy directo a la cocina, escucho voces y risas y al llegar veo por qué, mi primo Roldán está aquí y él y mi madre ríen, no sé de qué, pero parecen haber hecho un buen chiste

—¿De qué me perdí? —mamá me mira sonriendo

—¿No viste ayer como Roldán se llevó a ese inútil preso? —ladeo el rostro confundida, miro a mi primo que ríe

—Fue gracioso ver a Cédric durmiendo en el calabozo —mis ojos se abren en desmedida

—¿Mamá llamaste a Roldán?

—No, hija no, yo llamé a la policía y tu primo estaba cerca y fue enviado acá, todo casualidad —ríe dejando una tasa de café frente a mí, si claro, casualidad, eso solo ella se lo cree, yo aún no lo puedo creer, luego de hablar con Cédric me encerré en mi habitación, estaba muy confundida por todo lo que había pasado, por lo que había sentido, tenerlo cerca me hace daño, es igual a su hermano y eso me trae demasiados recuerdos y me hace sentir demasiadas cosas



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En el texto hay: familia, niños, amor

Editado: 07.02.2024

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