El profesor, intrigado y cautivado por la presencia del espejo, decidió examinarlo más de cerca. A medida que sus ojos se encontraron con el reflejo, sintió una descarga de energía que recorrió su cuerpo. De repente, se vio transportado a un lugar oscuro y desolado. Allí, las almas de los antiguos habitantes de la mansión parecían susurrarle al oído, llenando su mente de imágenes terroríficas.
Atrapado en una dimensión desconocida, Rios se dio cuenta de que debía encontrar una salida antes de que las almas atrapadas en el espejo lo consumieran por completo. Avanzó por pasillos interminables, mientras las sombras amenazantes lo rodeaban. Cada paso que daba era una lucha contra su propia cordura y los oscuros secretos que la mansión guardaba celosamente.