El Espejo de Mis Pensamientos

Me perdí

Capítulo 44: ME PERDÍ.

Hoy me levanto sin ganas de nada y sientiendo nada en absoluto.

...

No sabía que me pasaba, hasta que me di cuenta de que al mirarme al espejo ya no sonreía, de que al ver animalitos en la calle no me hacían sentir alegría de verlos y darles amor, de que pasara lo que pasase en mis días, nada me hacía reaccionar de manera humana, todo era silencio y sin emociones.

¿Qué me pasaba?

Las voces malignas no estaban, pero no me sentía yo misma ni por asomo.

Entonces, ¿qué ocurría?

Lo que me pasaba era que me había perdido de nuevo, estaba deprimida nuevamente con bloqueo de emociones, pero de manera diferente a las anteriores veces.

¿Cómo podía salir de ahí?

No tenía ni la menor idea.

¿Quería volver a sentir toda emoción, ya fuese mala o buena?

Buena pregunta.

Al principio, como toda persona humana, piensas que claro que a'sí a lo bueno y que claro que no a lo malo.

Pero me puse a pensar de verdad, si no tuviera las emociones malas también no sería yo del todo, entonces las acepté también.

Quise cambiar ciertos hábitos y costumbres en mi vida, por cosas totalmente diferentes para despertar aunque sea, el miedo en mi vida.

Nada, al principio nada.

Lo acepté, quizás mi cuerpo y mente estaban cansados de hacer siempre las mismas cosas.

Seguí haciendo mi vida, porque si me quedaba en la cama o en mi cuarto sin hacer absolutamente nada, ya era consciente de que me volvería a perder en ese tunel negro llamado depresión, no quería volver allí.

Mi psicóloga me dijo que era una forma de protección hacia el temor de más traumas a mi vida, que era normal, que con todo lo que había pasado, de vez en cuando apareciera todo esto.

Pero yo no quería sentirme así de perdida siempre y quise arreglarlo.

Seguía forzandome a hacer cosas diferentes.

Pero sabes, no funcionó.

Me perdí, porque ya no lograba ser feliz haciendo lo que tanto me gustaba hacer.

Así que tocó, sentarme en mi habitación a escucharme internamente.

¿Qué quería conseguir con todo esto?

¿Qué necesitaba mi cuerpo y mente en esos momentos?

¿Debería dejar de autoexigirme por todo e intentar siempre dar lo mejor de mí?

De hecho, sí, ese fue el problema.

No me dejaba ser yo misma 100% y me preocupaba demasiado por lo que pensaran sobre mí, que si ya de normal me autoexigía en todo, por culpa "del qué dirán" me hundí de nuevo.

Así que, estabamos de nuevo comenzando el viaje para conocerme de nuevo y avanzar de a poquitos y lo más relajada posible, hasta que mi cuerpo y mente vieran que no tenían ninguna necesidad de estar en constante alerta todo el tiempo.

Todo lo malo se había marchado de mi vida, tenía que centrarme en esa idea y ver más allá del túnel oscuro sin salida, ahora en ese túnel había mucha luz y mil puertas abiertas.

Sólo yo, tenía el poder en mis manos de mantenerlas abiertas o cerradas, yo era la llave de mi propia vida.

Yo era la solución al problema.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.