Capítulo 45: La gran recaída.
He querido titular este capítulo de esta forma, porque bueno, yo he estado yendo a médicos durante dos años para hacerme pruebas que obviamente no voy a decir por aquí, son personales y de salud física, no mental, pero dichas pruebas son bastante malas.
Llevo 3 semanas, decaída, bastante mal, sin salir de casa apenas, lo he intentado pero no he podido, ha sido un golpe de la vida que no me esperaba en absoluto.
En el día de hoy, me he dado cuenta de que lo estoy aceptando.
¿Cómo me he dado cuenta de ello?
Por qué ya no sólo escucho a la voz maligna, escucho también a mi querida vocecita que sí ve luz al final del túnel.
Ahora me toca a mí, elegir a que voz seguir.
¿Ya sabéis a cuál no? Por si las dudas...
Sí, seguiré a la vocecita que ve luz en este terrible túnel largo y oscuro, no quiero volver a caer en depresión, ya no, esa lección ya la pasé y está más que aprendida, no volveré a caer ahí.
Hoy llevo todo el día fuera de casa, porque la voz maligna quería que me quedara en la cama todo el día, asi que para que desaparezca esa voz,ese pensamiento negativo, no hay que hacerle caso en nada de lo que diga,hay que hacer todo lo contrario, para volver a levantarme y sanar de nuevo.
Si os escribiera lo que me han dicho mis doctores, probablemente si estuvierais en mi lugar diríais "yo ya tiro la toalla", pero yo no.
Lo he pasado bastante mal a lo largo de mi vida y sé que aunque esto también es bastante jodido, me merezco ser feliz y estar bien de nuevo.
Me lo merezco y haré lo que esté en mi mano para conseguirlo.
...
Ha pasado un mes, no me puedo mirar en el espejo, por mucho que coma cada vez pierdo más kilos, estoy que no me reconozco frente al espejo, he decidido no mirarme de momento, no estoy preparada para analizarme y ver la cruda realidad.
Es una realidad chunga y complicada, pero aunque la montaña rusa esté abajo del todo, pronto o quizás tarde, llegaré a la cima de nuevo.
Sigo sin rendirme.
...
Han pasado dos meses, logré enfrentarme de nuevo al espejo, lloré lo que no está escrito al verme tan mal, no había estado con tanto dolor y cansancio en la vida, un dolor físico, no sólo mental, que no se lo desearía ni a mi peor enemigo.
(Contexto de lo que me pasa, en el libro basado en mi vida que publicaré más adelante).
Ahora me siento más relajada, después de haberme liberado mirándome en el espejo y realizar respiraciones para controlar la ansiedad.
Perdí mucho peso, ya ni con los cinturones me quedan bien los pantalones, estoy recurriendo a los leggins y pantalones de chandal.
Perdí peso, pero un hambre voraz irreconocible surgió de mí como si nada, al fin, puedo disfrutar de la comida. Algo es mejor que nada.
Aún viéndome en este estado, no pienso rendirme.
...
Ya ha pasado medio año, hay resultados médicos positivos con su medicación correspondiente, he conseguido subir de peso, no me veo tan mal, estoy contenta de verme de nuevo en el espejo.
"Es un gusto volver a verte"-Me dije sonriente frente al espejo hace dos días.
Ya no me siento tan mal y puedo ponerme unos vaqueros con o sin cinturón, sin miedo a que se caigan o me queden demasiado holgados.
Sabía que podía superar cualquier traba o piedra que se me pusiera en el camino, fue una batalla bastante grande y aterradora desde mi punto de vista, bueno y sobre el punto de vista de aquellas personas que me quieren tanto.
Estoy orgullosa de mi misma, de haberlo logrado una vez más.
Vuelvo a estar bien mentalmente y aprendí de otra gran recaída, que por supuesto, me hizo el triple de fuerte.
Me doy gracias por confiar en mí misma y no rendirme, al fin lo he conseguido.
De momento, todo esta bien, ya me dijeron que puedo hacer vida normal, pero que puedo recaer, sí hablo de salud física, mentalmente ya controlo yo cuando va a venir un bajón.
Sinceramente, ya no estoy tan asustada como antes porque si he podido con todas las trabas que me ha puesto la vida, podré con las siguientes.
He logrado aprender y apreciar mi vida de tal manera que he aprendido a amarla.
No quiero morir y viviré mis días como si fuera el último.