El Espíritu Guerrero

Capítulo 5: El Camino del Guerrero.

En la mañana del domingo, a las 10 de la mañana mi mamá tocaba la puerta de mi cuarto insistiendo para que saliera. En cuanto desperté, me asusté mucho porque no tenía excusa para no abrir la puerta. Buscando una forma de impedir que mi madre me viera herido y golpeado, abrí la puerta y me lancé a mi cama.

-¡Louis! ¿Qué sucede? ¿Por qué corres? –dijo mi mamá mientras me observaba.

-¡Estoy desnudo! –dije yo como excusa mientras me tapaba con mi sabana.

-No importa... ¿Qué haces dormido a esta hora? ¿No tienes que entrenar? Si no tienes que entrenar necesito que me hagas unas compras. No te puedo tener sin hacer nada.

-Eh... claro... solo... ¿Qué necesitas?

-Quiero que compres huevos, leche y algunos víveres... ¿me estas escuchando?

-Claro mami.

-Pues ¿por qué no te quitas esa sabana de la cara? –intenta quitarme la sabana.

-¡No! ¡Estoy desnudo! ¡No me veas! –me aferre a la sabana.

-¿Qué te pasa? ¿Por qué te pones así?

-Solo... déjame vestirme y salir.

-Está bien.

Mi mamá salió del cuarto y yo empecé a vestirme. No tenía idea de cómo iba a impedir que mi mamá me viera la cara. Pero ya me las estaba ingeniando. Después de vestirme, grité a mi mamá desde la puerta.

-¡Mamá! ¿Huevos, Leche y que más?

-Aquí te tengo la lista. Baja por ella. –dijo.

Diablos. Tenía que bajar y acercármele. Baje lentamente las escaleras y me asomé. Mi mamá lavaba los platos. Corrí y tome la lista, la cual estaba en la mesa. En ese instante mi mama volteó.

-¿Tomaste la?... ¿Lista?

-¡Así es! –dije yo de espaldas.

-Claro... bueno, déjame darte un beso de despedida. –dijo mi mamá.

-¿Beso? ¡No! ¡Tranquila mami ya me voy! –salí corriendo hacia la puerta.

-¿Hijo?...

Y cuando abrí la puerta para salir sin que mi madre me viera el rostro, del otro lado de la puerta estaba mi padre, el cual me vio:

-¡Hijo! ¡Buenos días! ¿Cómo... ¿Cómo?... ¿Qué te paso? –dijo mi padre al darse cuenta de mi rostro.

-Ah... no, no me paso nada. Solo es que...

-¡Oh por Dios! ¿Qué le pasó a tu cara Louis? –dijo mi mamá al darse cuenta también.

-No me pasó nada, solo... tuve un accidente en la calle con... una bicicleta...

-Tú no tienes bicicleta. –dijo mi papá acabando con mi excusa. –Esas marcas parecen de golpes.

-¿Golpes? ¿Por qué serían golpes? –dije sin pensar.

-He vivido lo suficiente para saber que son golpes. –dijo mi papa.

-Hijo ¿peleaste con alguien? –preguntó mi mamá.

-Eh... pues es que estuve en desafíos de Dojos y...

-No, conozco las peleas de Karate. Esas marcas son de una pelea callejera. ¿En que estabas metido?

-Pues... es que intentaron robarme y...

-Hijo. Has asentido en todos nuestros argumentos. ¿Podrías decirnos cuál es la verdad? La verdadera verdad. –dijo mi padre.

No podía decir la verdad, ¿Qué sería de mí? pero a la vez sabía que no podría mentir. Entonces decidí decirlo.

-Mamá... Papá. La verdad es... la verdad es que he estado peleando en clubes nocturnos para ganar dinero.

-¡¿Qué... que?! –gritó mi mamá. – ¿Peleando? ¿En un club?

-¿Tu Sensei aprueba esto? –preguntó mi padre. –Pensé que estabas contra la violencia.

-Sí, si estoy contra la violencia pero esto es distinto. Hace tiempo que no peleo porque no tengo contrincantes fuertes. A nivel deportivo nadie me llega a los talones. Y además, todo esto es un plan para acabar con el submundo. Sé que no entienden pero lo que quiero es derrotar a todos los peleadores fuertes que hay en la calle para así acabar con los clubes de pelea.

-¿Te estas escuchando? –dijo mi padre. -¿Quieres acabar con los clubes de pelea participando en ellos? Tu solo no podrías hacerlo, ¿en qué estás pensando? Es una completa estupidez.

-Solo digo que si me vuelvo un campeón en los clubes podría acabar por quebrarlos. Ya no habría peleadores que pudiesen vencerme. Entonces no tendrían sentido los clubes.

-Sigue siendo una estupidez. Además, no estas exponiendo a nosotros como tu familia. No sabes cómo está el crimen en esta ciudad. Participando en esos clubes podrías hacer que nos buscaran y nos mataran.

-Además, mi hijo no va a ser un peleador callejero. Dijiste que no irías a la universidad porque serias un Sensei de Karate y lo menos que te veo haciendo es eso. –agregó mi madre.



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En el texto hay: artesmarciales, acción , peleas

Editado: 02.12.2018

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