Él Estaba Ahí. El día en el que sonrisas destrozó mi sudadera favorita.
Era verde. Como el color de las paletas de limón.
Me había despertado por el hambre que sentía.
Me paré directamente a la cocina. Pero no sin antes ponerme algo que me tapara del frío matutino.
Y entonces me di cuenta.
La sudarera que me habia regalado la tía Cheryl estaba esparcida por todo el suelo de mi habitación partida en pedasos. Resulta que sonrisas se desesperaba si no le dabas de comer tan seguido.
Esa mañana, los padres de Charles habian acordado que desayunarían con nosotros y despues iriamos al cine a ver una película que Charles y yo estuvimos esperando durante casi un año.
Recogí mi sudadera y baje.
"Mamá" le grite sin importarme nada. "Sonrisas rompio mi sudadera" levante los retazos de tela ahora sin forma. "¿Puedes arreglarla?"
"No, mi amor. Pero no te preocupes, ya te compraré otra"
"Ya. No pasa nada. Ya habra más sudaderas" intentó consolarme Charles y me dio un gran abrazo, ademas de limpiar una de las lagrimas de mi mejilla.
Sonreí.
"¿Por que no mejor con ese dinero compramos un suéter a sonrisas?" tenía muchas más ropas para vestir, pero se acercaba el invierno y no quería que pasara mal esa temporada.
"Será como tu quieras." me respondio mi madre mientras volteaba un hot cake y se lo servia a Charles.
"Ya habra más sudaderas" me repitió Charles ahora con una sonrisa de esas carasteristicas suyas. Por supuesto que habria más sudaderas.