La ceremonia y presentación fueron totalmente un éxito.
Costó mucho, creo que mis nervios han sido demolidos y ahora no siento nada más que paz. Todos estamos igual mientras guardamos nuestros materiales de trabajo. Veo a compañeros que se limpian sus frente por el sudor y es que a pesar de quedarnos quietos la presión por realizar un maquillaje digno de ser fotografiado y mostrado por todo internet requiere de demasiado esfuerzo.
Como es obvio el after party que se realiza en el Hall of Fame, lugar exclusivo de todo Corea. Los miembros de BTS tenían que ir y celebrar por haber ganado uno de los más aclamados premios, el de mejor banda.
Cuando recogieron el premio Namjoon fue el que dijo unas palabras en coreano que un compañero me tradujo y fue tan emotivo el que siempre tengan tan presente a sus army hizo soltar más de un suspiro. Todos los chicos hablaron y cuando llegó el turno de Taehyung me retiré.
No lo escuché, estaba tan molesta tanto con él que conmigo que solo decidí evadir cualquier cosa que me hiciera cosas raras en mi corazón que no puede estar más en lío por lo de Jungkook.
Ahora tenemos que encargarnos de la preparación de los chicos para el after party. El hotel está cerca y la suite que reservó la empresa es perfecta.
—¡Ya falta poco y nos vamos a celebrar como si hubiese besado a Madona!—me grita eufórico Min Hoo cuando sube a la camioneta del personal. Asiento porque esa sería una buena distracción, acomodo mi bufanda y rezo para que estas últimas horas pasen volando.
(...)
Me voy al cuarto donde están Suga y Namjoon, me uno a los estilistas dando pequeñas observaciones que asienten, ayudo con el maquillaje de Suga que está mortalmente serio a pesar de que los estilisas lo felicitan, muy contrariamente a Namjoon que les habla animado.
Me acerco para aplicar un poco de sombra en la parte inferior de sus ojos.—Cierra por favor.
Sin mirarme los cierra y empiezo a maquillar. Desconecto con mi alrededor y me concentro en una sola cosa, y amo esa sensación de hacer algo que amo aunque parezca algo sencillo. El celular de Suga se enciende y abre sus ojos tan repentinamente que estuve a nada de clavarle la brocha.
—¡Suga!—le reclamo pero solo mira su celular. Veo en su dirección y trata sobre información del...¿catering? Entrecierro mis ojos y logro leer algunos nombres pero sin quitar los ojos de la pantalla el dedo de Suga se posa en mi frente empujándome.
—No seas chismosa.
Ruedo los ojos y mis compañeros igual tratan de maquillarlo a pesar de que sigue leyendo en su móvil. Hago lo mismo, creo que hemos desarrollado esa capacidad de maquillar en movimiento.
—¡En quince la limosina vendrá por ustedes chicos!—grita uno de los encargados. Nos apresuramos a solo pulir los detalles mientras que los chicos terminan de cambiarse. Ambos se ven fabulosos.
Namjoon se despide de nosotros con una reverencia.—Muchas gracias chis, hacen que parezcamos personas decentes y hasta le dan vida al muerto de mis costado.
Suga lo mira de reojo pero igual nos da una mirada de agradecimiento. Todos aplaudimos y ambos salen.
La puerta se abre estrepitosamente y Min Hoo grita:—¡A beber se a dicho!
(...)
Llenamos el bar hasta más no poder, todos los de la empresa están aquí. Celeste y Jaime se sacan fotos a mi lado y al ver sus sonrisas me siento como toda una aguafiestas pero mi cerebro no deja de pensar en lo que sucedió con Jungkook.
Pensé que le gustaba Celeste...
Me tomo de un sorbo mi trago, necesito apagar mi mente aunque solo sea unas horas. A lo lejos veo a Yang Mi que está igual o peor que yo, parecemos dos ostras varadas en la orilla del mar, sin intención de volver. Tomo otro trago.
—¡Hey, hey! Tomatelo con calma.—Jaime me quita mi nuevo trago y se lo toma él. Alzo una ceja por su accionar irónico.—Yo tengo más resistencia que tú. Además, ya te estás poniendo roja.
—Es porque tengo calor.
—O porque ya se te subió el trago, debilucha.—alza su manos llamando al camarero.—¡Otra ronda para todos excepto para ellas dos!—nos señala a mi y a Celeste.—¡Para ellas dos limonadas sin azúcar!
—Asco.—le dice Celeste y no sé porque siento que la he traicionado. El barman se acerca y rápidamente le quito y me alejo de mis amigos. Me recuesto en una de las esquinas y cierro mis ojos.
¿Debí haberle dicho al menos algo? Lo rechace sin siquiera decirle algo ¿Eso lo hace peor? no lo sé, nunca había pasado por esto ni siquiera cuando estaba en el colegio. Solo tuve un novio que fue prácticamente por obligación, mi madre quiso que estuviera con el hijo de uno de los más exitosos empresarios petroleros. De solo recordarlo siento la humillación y vergüenza que pasé esos años. Ni siquiera puedo culpar a Brody, así que mi experiencia en el amor es tan limitada como mi soporte al alcohol.
—Pareces un espectro y uno feo.
Yang Mi se recuesta a mi costado, lleva su vaso que está entero pero sus ojos desenfocados me dicen que está igual o peor que yo.
—Ahora que te me has unidos pues ya somos dos.
Suelta una risa.—¿Y piensan que eres una dulzura? No te conocen en realidad.
—¿Qué quieres Yang Mi?—pregunto sin interés realmente.
—Tranquila, no estés a la defensiva, es agotador. Míralos, he aquí las personas que saben como disfrutar de una noche sin complicaciones ni problemas ¡Salud por eso!—agarra mi mano donde sostengo mi vaso y la hace chocar con la suya.—¿Por qué no somos así? ¿Por qué estamos en una esquina como perdedoras?
Huh.
La miro un poco incrédula pero la mirada de Yang Mi está fija en alguien. Sigo su mirada y veo a Jaime con una chica desconocida besándose muy apasionadamente.
—Yo no soy ninguna perdedora.—se empina su bebida y hace una mueca de asco. Se da la vuelta para irse pero se detiene.—¿Sabes quién más odia perder?