El estilo de Amy

Capítulo 34

Celeste y yo vemos a Yang Mi haciendo yoga mientras almorzamos. Me sirvo un poco más de los fideos con mis nuevos palillos, se me resbalan pero los logro atrapar. Puedo ver como los copos de nieve caen por nuestra ventana y un sentimiento de tristeza me invade.

—¿Tan mal sabe?—pregunta triste Celeste. Niego rápidamente porque se esmero mucho en esta comida.

—Es que me siento un poco triste, creo que me vendrá la regla.—miento.

—Eso amerita que comamos algo dulce.—propone. Sonrío ante todo lo que dice Celeste pero mi mente solo puede vislumbrar a Taehyung entre las flores de cerezos. Siento una rara combinación de nostalgia y paz. A pesar que no conté la parte más importante de mi secreto las palabras de aliento de la persona menos esperada me ayudo.

Porque no solo fueron  palabras, no fueron vacías, no fueron por compromiso. Él entendía lo que era vivir atormentado.

—Todo lo que se van embutir les hará subir más de un kilo.—habla Yang Mi mientras hace una pose extraña y complicada.—Ni siquiera hacen ejercicio para compensarlo.

Ambas miramos a Yang Mi y con nuestros palillos nos metemos una gran cantidad de fideos.

—¿Y Jaime?—pregunto para cambiar de tema y tener una conversación amigable pero al ver la cara que pone nuestra compañera sé que me he equivocado.

—Salió con Hana, tu compañera de maquillaje ya sabes, la que suele ser cizañosa.

—El burro hablando de orejas...—susurra Celeste.

Me contengo la risa.—¿Cómo es que sabes eso?

—¿Cómo es que tú no sepas?—contrataca Yang Mi incrédula. Le hago un gesto para que siga y se levanta para sentarse entre Celeste y yo.

—Trabajan en la misma área y sé que lo estuvo gritando a los cuatro vientos. Esa pesada...—agarra otro cuenco y se sirve de la pequeña olla.—Piensa que Jaime le hará caso como si nadie notara lo desesperada que esta por encontrar pareja.—refunfuña mientras se lleva una gran cantidad de fideos a su boca. Celeste y yo compartimos una mirada de complicidad.

—¿Y eso está mal? Me refiero a que alguien busque una pareja.—comenta sutilmente Celeste.

—¡Por supuesto que no! Pero si ese alguien es Hana créanme que es lo peor.—con sus palillos nos apunta a ambas.—Ustedes dicen ser sus amigas ¡Sálvenlo!

Entrecierro mis ojos.—Es verdad que Hana no me cae del todo bien pero no creo que sea una mala persona.

De un momento a otro Yang Mi se levanta chocando sus palmas contra la mesa.—El año pasado dijo  que quería ser mamá pronto, no importaba con quien y tiempo después estuvo con un chico de recepción que dijo que era el candidato perfecto. ¡Pobre Josh! dijo que la encontró haciéndole huecos a los condones.

—Eso es realmente...—intenta decir Celeste pero la estupefacción no la deja. Yang Mi la interrumpe.

—¿Nefasto? ¿Egoísta? ¿Horrible?

Ambas asentimos.

—¿Pues que esperan? ¡Vámonos!—ordena Yang Mi.

Celeste es la primera en pararse pero las miro un poco dubitativa,—Jaime no es tonto se dará cuenta...

—Él piensa con la cabeza de abajo, conozco las tácticas de Hana y estoy segura que Jaime caerá redondito. ¿Lo permitirás, Amy? ¿Acaso no es tu amigo?— y es ahí donde me doy cuenta que ese tono de voz amenazante quiere ocultar la desesperación que esta sintiendo.

Suspiro.—Esta bien, vayamos.

(...)

El restaurante es realmente hermoso, y la cita de Jaime parece ir con normalidad. No hay manitos agarradas ni risas, solo están ahí comiendo  o bueno eso es lo que puedo opinar desde mi escondite.

—Agacha que nos van a ver.—la mano en mi cabeza me hace reflexionar sobre mis erradas e impulsivas decisiones.

—¡Están comiendo, Yang Mi! Dudo que volteen a ver un feo arbusto.—le susurro quitando algunas hojas de  mi ropa.

—Y sácate eso que parece que me va a dejar ciega.—intenta quitarme mi diadema de brillos rosas pero soy más rápida esquivándola.

—Eres una pesada.

—Y tú no sabes lo que significa ir de encubierto.

—¡El objetivo se mueve!—habla Celeste y ellas corren cambiándose de arbusto pero mi suéter se atora con algo. Trato de sacarla pero me es imposible y cuando miro hacia adelante ni Celeste  ni Yang Mi están.

—¡Que gran equipo somos!—le grito a la nada.

Intento  desenredar el maldito hilo pero fallo estrepitosamente.

—¿Necesitas ayuda?

Me levanto de golpe y mi suéter se desgarra ocasionando un sonido vergonzoso. Cierro mis ojos y con pesar doy a vuelta. ¿Por qué uno de mis actores favoritos tiene que encontrarme en esta situación? Este es el karma por acosadora. Miro hacia los costados buscando a su odiosa novia, no necesito meterme en problemas innecesarios.

Gracias al cielo que no está, puedo respirar tranquila.

—Eun Woo ¿Cuánto tiempo, eh?—intento poner mi mejor sonrisa y tapar en hueco que ahora tengo.

Una risa angelical sale de él.—Si, ha pasado un tiempo desde que nos vimos la última vez.

—¿Qué haces aquí?—pregunto.

—Vine a comer ¿Y tú?—contiene la risa que quiere formarse en él pero es tan educado que se abstiene y se lo agradezco, ya de por si siento demasiada vergüenza.

—Salí a tomar un poco de aire fresco, si...—intento sonar lo más convincente pero está más que claro que fallo. Eun Woo asiente.

—Es relajante ir a tomar aire fresco, si pero hay algo que me llena de curiosidad.—se acerca a mi lo suficiente para tener que mirarlo hacia arriba, sus  ojos negros me recorren el rostro y cuando extiende su mano me inquieto un poco y doy un paso atrás.

—Tranquila Amy.—su mano se acerca a mi cabeza y saca una hoja.—Tenías esto ahí.

Ah, me siento como la chica que actúa con él en ese dorama que veo cuando necesito mi dosis de  romanticismo y él es tan perfecto para esos papeles.

Una risa fingida me sale pero solo quiero desaparecer. Le quito la hoja de su mano y la tiro al aire.—Que cosas ¿no? Bueno, me voy. 



#3956 en Fanfic
#23836 en Novela romántica

En el texto hay: bts, fanficbts, enemies to lovers

Editado: 09.07.2022

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.