El Eter

Encerrado

 

( https://www.youtube.com/watch?v=o-BbeLmOAYE )        "Wisp Sings" Winter Aid 

( https://open.spotify.com/track/68RI4I6SKm57SxjG06OYvN?si=kmiVS58XTv6thjiZWSQLCA )

Puse un pie sobre el pasillo blanco, siempre soñé con este momento, el día que por fin sería libre.

Los libros que leí hablan del mundo exterior como un lugar fantástico, un paisaje de ensueño donde todos son dueños de su propio destino.

Siento algo tocando mi mano, es el ángel que me protege, su rostro se ve tan hermoso como siempre, pero algo asustado está vez, me dice que corra.

Es la primera vez que alguien que no sea mamá me agarra de la mano.

Los hombres verdes vienen por un lado del pasillo, ellos me solían decir yo los ayudaba mucho, aunque no me gustaba hacerlo porque siempre que lo hacía me dolía mucho la cabeza, y luego me daban unos caramelos sin azúcar para que no me duela tanto.

Mamá se fue hace mucho tiempo, los hombres de verde me dijeron que no me preocupara porque solo había ido a comprar un “Vodka” y que por eso tardaría mucho tiempo en volver; mamá solía leerme muchos libros mientras me acariciaba la cabeza y los cabellos, a los hombres de verde no les gustaba eso, tampoco les gustaba que ella me contará como eran los amaneceres y atardeceres de afuera, ella me decía que yo era muy especial y que algún día ayudaría a muchas personas.

Los hombres de verde gritan hacia nosotros mientras que me alejo de ellos junto con ángel, nunca en mi vida había corrido por el pasillo blanco sin hombre de verde a cada lado, ellos siempre iban con un tubo de metal gracioso, decían que eran para matar pajaritos, no me gustaba que esa fuera su función, nunca había visto pajaritos  y tal vez ya no estén cuando salga solía pensar.

Continuamos corriendo hasta que llegamos a un punto desconocido para mi, una gran puerta de metal estaba en frente nuestro, mi ángel abre la pesada puerta de manera lenta hasta que una luz amarilla entro por un espacio de la puerta, pasamos por ese espacio y le ayude a cerrarla cuando ambos ya estábamos afuera.

Todo era tal como lo describían los libros de mamá, el cielo azul, la tierra café, las plantitas verdes, los pajaritos cantaban por todos lados, los árboles tenían miles de hojas.

Mi ángel me condujo hasta una caja de metal chistosa, hacía mucho ruido cuando movía el pie, pero cuando movía el pie la caja se movía hacía adelante, también se movía hacía la izquierda y derecha.

Cuando se movía muy rápido algo tocaba mi cara, no podía tocarlo yo también pero sentía una frescura muy suave por todo mi rostro.

Miro atrás, observó mi antiguo hogar mientras se hace cada vez más pequeño, miro a mi ángel  noto que sonríe y llora al mismo tiempo.

Le acaricio el pelo y la cabeza como hacia mi madre cuando los hombres de verde me ponían inyecciones muy dolorosas que me hacían llorar.

“Ahora estarás mejor” dice mi ángel mientras le acarició la cabeza, yo solo sé que no me alejaré de mi ángel y lo protegeré como él hizo conmigo.

 

Puse un pie sobre el pasillo blanco, siempre soñé con este momento, el día que por fin sería libre.

Los libros que leí hablan del mundo exterior como un lugar fantástico, un paisaje de ensueño donde todos son dueños de su propio destino.

Siento algo tocando mi mano, es el ángel que me protege, su rostro se ve tan hermoso como siempre, pero algo asustado está vez, me dice que corra.

Es la primera vez que alguien que no sea mamá me agarra de la mano.

Los hombres verdes vienen por un lado del pasillo, ellos me solían decir yo los ayudaba mucho, aunque no me gustaba hacerlo porque siempre que lo hacía me dolía mucho la cabeza, y luego me daban unos caramelos sin azúcar para que no me duela tanto.

Mamá se fue hace mucho tiempo, los hombres de verde me dijeron que no me preocupara porque solo había ido a comprar un “Vodka” y que por eso tardaría mucho tiempo en volver; mamá solía leerme muchos libros mientras me acariciaba la cabeza y los cabellos, a los hombres de verde no les gustaba eso, tampoco les gustaba que ella me contará como eran los amaneceres y atardeceres de afuera, ella me decía que yo era muy especial y que algún día ayudaría a muchas personas.

Los hombres de verde gritan hacia nosotros mientras que me alejo de ellos junto con ángel, nunca en mi vida había corrido por el pasillo blanco sin hombre de verde a cada lado, ellos siempre iban con un tubo de metal gracioso, decían que eran para matar pajaritos, no me gustaba que esa fuera su función, nunca había visto pajaritos  y tal vez ya no estén cuando salga solía pensar.

Continuamos corriendo hasta que llegamos a un punto desconocido para mi, una gran puerta de metal estaba en frente nuestro, mi ángel abre la pesada puerta de manera lenta hasta que una luz amarilla entro por un espacio de la puerta, pasamos por ese espacio y le ayude a cerrarla cuando ambos ya estábamos afuera.

Todo era tal como lo describían los libros de mamá, el cielo azul, la tierra café, las plantitas verdes, los pajaritos cantaban por todos lados, los árboles tenían miles de hojas.

Mi ángel me condujo hasta una caja de metal chistosa, hacía mucho ruido cuando movía el pie, pero cuando movía el pie la caja se movía hacía adelante, también se movía hacía la izquierda y derecha.

Cuando se movía muy rápido algo tocaba mi cara, no podía tocarlo yo también pero sentía una frescura muy suave por todo mi rostro.

Miro atrás, observó mi antiguo hogar mientras se hace cada vez más pequeño, miro a mi ángel  noto que sonríe y llora al mismo tiempo.

Le acaricio el pelo y la cabeza como hacia mi madre cuando los hombres de verde me ponían inyecciones muy dolorosas que me hacían llorar.

“Ahora estarás mejor” dice mi ángel mientras le acarició la cabeza, yo solo sé que no me alejaré de mi ángel y lo protegeré como él hizo conmigo.




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