“No sé si podemos vivir” me digo una vez más
Una cadena de estupideces me tocaba puerta
Para que molestarme eso no fue lo que puse en la huerta
“No fue lo que puse en la huerta” me digo una vez más.
Te miro a los ojos, tú miras los míos con intriga y curiosidad
Quisiera ofrecerte algo más que cariño y humildad
No eres mi sangre, ni mi carne
Pero parece que me arrancas la mitad del alma
Ahora tengo una misión a cumplir sin estar apunta de arma
¿Por qué tienes que estar tú aquí, en un futuro preguntaras?
Responderé “No hay obligación para que tú estés aquí, así como no la hay para mí”
No obstante no pudo negarse mi conciencia al verte ahí
Tan simple, e indefenso, inconsciente de la cadena de estupideces que en tu vida terminó
Debes quedarte, quiero que te quedes, que compartamos alegrías y tristezas
Rabietas y proezas
Quiero enseñarte todo lo que sé
Qué todos los días tengas alguien esperando
Quiero que seas lo más importante de mi existencia
Y que tú seas una muestra de perseverancia e inteligencia
Quiero ser tu ejemplo y tú senda a seguir
Pues desde ahora siempre seré una mejor persona que ayer.
No te faltará nada a ti
Aunque todo me falte a mí
Quiero ser todo por ti
Aunque yo sea nada para ti
Te levanto y lloras
Te abrazo y calmó
Alzas tus manos hacia mi
Acaricias suavemente mi rostro
Y así sin que tú lo sepas, mi promesa contigo fue sellada
“Nadie fue culpable de aquello” dije al rostro conocido amable,
mientras estaba yo recostado en la cama del hospital, vivo aún.
“¿Y si te dijera que si hay quienes?” me respondió cortante