( https://www.youtube.com/watch?v=9tLAV3jnK54 ) "Wozwald" Niru Kajitsu (Cover) versión Sou
Aspiro el cigarro nuevamente.
El humo recorre mis vías respiratorias mientras acaricio el efecto adormecedor que este provoca.
Arrastrado hasta este punto, sin salidas posibles, sin más remedio que continuar mi letargo despierto, encerrado por los pensamientos del pasado y del futuro.
Veo las jeringas al lado del sofá donde estoy sentado.
Están vacías todas.
La realidad se desvanece como ya lo había hecho anteriormente, siempre estoy hasta la médula de esta horrenda realidad, con frecuencia deseo huir a mi país de las maravillas, al Valhalla, al cielo, a la siguiente vida; aunque lo más cercano que tengo a eso es esta vieja sensación de desprendimiento de la cruel verdad, aunque sea por unos minutos.
Padre estaría muy decepcionado si me viera, pero me importa una mierda, eso es lo que merece que piense de él al usarme como medio para verse bien ante la sociedad.
Madre estaría muy triste e inundada en lágrimas si me viera, y me importa una mierda, ya dijo una vez que le avergonzaba tenerme como hijo, espero que pueda tragarse una vida de ese modo.
Las jeringas se mueven solas de un lado a otro, como si estuviesen bailando.
Entro en mi realidad colorida.
En esta verdad siempre me acompaña un conejo negro que habla, nunca dice cosas con sentido, pero parece que se enoja cuando no le vengo a visitar.
Mi cuerpo se adormece, mis ojos gotean, mis labios intentan a gritar sin control pidiendo ayuda, que no vendrá, aunque no emitan ningún sonido de ellos.
Las venas me estallan desparramando un torrente de miles de colores, de la boca me sale un chorro de arcoíris de distintos sabores y olores.
El adormecimiento empieza a mermar
Aun no puedo moverme.
Los colores de mis venas se vuelven todos aún solo tono rojizo, después de tanto tiempo este estúpido cuerpo aún no sabe cómo reaccionar a la nueva y colorida realidad.
El sofá se mancha con el líquido carmesí.
Frío es lo que se percibe ahora, es difícil respirar.
Intento moverme, no puedo.
¿Quiero salir? No quiero.
El paisaje se vuelve borroso y se disipa progresivamente, el esfuerzo para respirar despierta mi intranquilidad.
Casi no puedo llevar aire a mis pulmones.
Noto que el gusano había estado riéndose como un maníaco, esta no es mi colorida realidad, ya no lo es. Ya no quiero estar aquí.
¡Tengo que salir, necesito salir!
Busco las jeringas con la vista; no las encuentro.
Intento mover las manos; no las muevo.
Trato de mover la cabeza; se agacha lentamente en contra de mi voluntad.
Luego del patético intento fallido de salir me tranquilizo. En la colorida realidad todo es tranquilidad nuevamente.
Creí que mi cabeza se había agachado, pero caigo en cuenta que solo había estado recostado en aquel campo de flores que visitaba con el abuelo.
Ese ser anciano fue el único rayo de luz, hasta que se convirtió en una sombra más que me atormenta cuando cerró los ojos por última vez.
Él estaría feliz de verme en el campo de flores. Él siempre estaba feliz de verme, nunca me lastimaría por ser feliz él.
Cierro los ojos poco a poco.
La intranquilidad pasada se ve opacada por el sentimiento de despreocupación que llena mis pensamientos y emociones.
Esta realidad siempre fue hermosa, es bueno saber que será lo último que veré.
“El silencio a veces es adictivo sabes” dije
Aquel triste ser vivo en pena.