El ruido de la alarma me despertó, a ciegas toque el teléfono y apague el sonido, lo observe un segundo, eran las 6:45 de la mañana. Por alguna razón no había podido dormir lo suficiente la noche anterior, posiblemente por los nervios del primer día de clases. Muy a mi pesar me levante de la cama y me fui al baño a lavarme la cara y tal como temía, debajo de mis ojos habían dos marcas moradas a causa del desvelo. Pero era el primer día de clases, el día que todos dan su primera mejor impresión. El último año había sido una locura, después de la muerte de mamá, papá había quedado afectado, aunque frente a mí se hacia el fuerte sabia cuanto la extrañaba, yo la extrañaba también. Por suerte le habían dado un cambio de residencia a papá por parte de su trabajo, eso nos ayudó a ambos, y bueno, tengo que admitir que la idea parecía buena hasta que vi el “asombroso” lugar en donde viviríamos. “Esto es una broma” pensé cuando llegamos a la pequeña ciudad, era pintoresco tengo que admitir, tenía cierto encanto, pero ¿dónde estaban los edificios? ¿Y las grandes plazas comerciales? ¿Los enormes parques en donde podías andar en bici y hacer días de campo? Todo había quedado atrás, la ciudad, mis amigos, la escuela. Al menos en este último punto había tenido suerte ya que la universidad tenía la carrera que yo quería, no con el mismo nivel de mi antigua residencia pero no estaba tan mal.
Unos jeans y una chaqueta eran mis acompañantes en este fantástico día, pero la más importante era el collar que me había regalado mi madre antes de morir, era antiguo y no era muy bonito pero significaba mucho para mí, era el último regalo que ella me había hecho. Me puse el único par de botas que tenía y baje las escaleras. Apenas llevábamos 2 semanas en este lugar, y bueno, pese a todo el clima era agradable, un poco más fresco a lo que estaba acostumbrada pero no podía quejarme. Ya una vez lista baje al comedor con mi padre, que ya me esperaba para desayunar.
Una vez que terminamos levante la mesa mientras él terminaba de arreglar sus cosas, la ventana de la cocina daba hacia el pequeño patio de la casa, el día era brillante habían pocas nubes en el cielo, el sol daba sus primeros rayos mientras que el aire corría fresco. El camino a la escuela fue breve, papá y yo no hablamos mucho, solo me daba concejos para poder hacer muchos amigos y llevarme bien con mis maestros, eso me hacía sentir como una niña de nuevo; una vez en la puerta de la escuela se detuvo, la universidad era linda, unos arcos rodeaban toda la entrada.
Se acercó, me dio un beso, yo solo sonreí y me baje del auto, coloque un mechón de mi fleco detrás de mi oreja y apreté la coleta que sujetaba el resto de mi cabello, sujete son firmeza mi rostro y empecé a caminar, al ser el primer día no era la única nueva, pero la ciudad era pequeña así que la mayoría se conocían. Respire profundo y entre en el edificio, las oficinas administrativas estaban en la primera puerta, me presente con la secretaria y me dio mi horario de clases y un croquis de la escuela.
El primer día de clases más que emocionante estaba siendo aburrido, clase por clase hacíamos lo mismo, presentarnos, tomar nota del temario del semestre, fechas de exámenes y esa cosas; de todo el grupo solo una chica fue la que se acercó para hablarme, era simpática, hablaba mucho lo cual no me molestaba evitaba que hubieran silencios incomodos entre ella y yo; agradecí infinitamente cuando por fin llegó la hora de receso Kali y yo bajamos a la cafetería, yo apenas y tenía hambre, solo compre un jugo, caminamos un poco y nos sentamos en una banca a las afueras de la cafetería, teníamos la vista directa al estacionamiento y algo entre los autos llamo mi atención, un grupo de chicos estaban recargados sobre uno de los autos, el chico pelirrojo fumaba un cigarrillo, el chico trigueño jugaba con una pequeña rama, otro estaba recostado sobre el cofre del auto, parecía disfrutar del sol y el último de ellos giraba una botella con agua entre sus manos. Parecían ajenos a todo lo que pasaba alrededor de ellos, no volteaban a ver a nadie solo hablaban entre sí.