El Éter

capítulo 2 - Parte 2

Esa noche estaba tan cansada que me dormí sin problema, a la mañana siguiente agradecí despertar sin haber tenido ningún tipo de sueño o pesadilla extraña. Al llegar a la escuela vi el auto en el estacionamiento y de inmediato los busque en la entrada, afortunadamente no estaban, así que me fui directo a clases. Durante el receso Kali quería salir a comer fuera como todos los días yo prácticamente tuve que suplicar que no lo hiciéramos.

  • Por favor, nos quedemos dentro
  • No me gusta estar adentro, todo el día la pasamos encerrados como para pasar el receso igual, vamos a los jardines o al estacionamiento
  • ¡No! Al estacionamiento no
  • Uy… está bien, vamos a los jardines, me deprime estar encerrada todo el día
  • Es que…
  • ¿Qué tienes el día de hoy?? Estas muy rara
  • Nada, no es nada…
  • Anda, vamos

Me tomo de brazo y casi me saco a rastras, suspire y por un momento pensé que sería una buena idea, al final ellos siempre estaban en el estacionamiento, nunca los había visto por esta parte de la escuela, existía la posibilidad de que hoy tampoco estuvieran. Cerca de la cafetería había unas bancas como de día de campo, ahí nos sentamos, Kali no paraba de hablar sobre la última de nuestras clases, de que no había entendido no sé qué cosa y echaba pestes sobre el profesor, yo solo asentía cuando lo veía conveniente pero en realidad no estaba prestando mucha atención a lo que decía. De pronto me dejo de hablar y me tomo del brazo.

  • Mira quienes están aquí – dijo con entusiasmo – es una lástima que no le hablen a nadie, en verdad con muy lindos – al escuchar sus palabras sentí como un escalofrió recorría mi espalda, no quise voltear, a lo mejor si no hacia contacto visual no vendrían hacia donde yo estaba - ¡No puede ser! Están volteando hacia acá, es la primera vez que me ven ¡y los cuatro! ¿Cómo me veo? ¿no estoy despeinada?
  • No Kali, te ves bien – dentro de mi rogaba con todas mis fuerzas que ellos no se acercaran
  • ¡No puede ser! ¡Vienen hacia acá!
  • Que emoción – pero mi voz sonaba a todo menos animada – rogaba con todas mis fuerzas que no me hablaran…-
  • Valeria, – la expresión de Kali no tenía nombre, fueron demasiadas cosas que cruzaron por su rostro en ese instante: sorpresa, incredulidad, decepción y celos, casi en ese orden - ¿Podemos hablar contigo un momento?
  • No sabía que ya te hablabas con ellos – dijo Kali, podía sentir la amargura en su tono de voz –
  • No me hablo con ellos – gire la cabeza sobre mi hombro para verlos de reojo – y no tengo nada que hablar con ustedes
  • Se los dije – dijo Dylan
  • Valeria, por favor, danos solo cinco minutos, no pedimos más – pidió Silas
  • Dije que no
  • Vámonos, ya vendrás a nosotros, lo sé – dijo Joas, sentí tanto coraje cuando escuche eso, era un engreído, decía esas palabras con tanta seguridad. Lo odiaba. Me levante y enfrente a Joas cara a cara –
  • Así me esté muriendo ¡Jamás iría con ustedes!

Me di la vuelta y camine hacia el edificio, podía escuchar los pasos de Kali detrás de mí. Cuando por fin me alcanzo me jalo del brazo y me hizo girar. Su expresión era entre confusión y molestia

  • ¿Quieres explicarme que fue eso?
  • Kali, en verdad no quiero hablar de eso
  • ¿Qué? ¿Porque? ¿De qué me perdí?
  • De nada, es solo que… de nada Kali, no pasó nada
  • Estoy segura que si paso algo y no me quieres contar
  • Créeme, no es nada – nada que pudiera contar o explicar –
  • Ellos solo querían hablar, al menos me los hubieras presentado
  • No te pierdes de nada, te lo juro

 

Kali no parecía satisfecha pero dejo el tema por la paz. Al salir de clases decidí tomar el transporte, al bajar solo tenía que caminar una calle para llegar a casa, apenas había dado unos cuantos pasos cuando vi que un auto se detenía al lado mío, gire la vista y eran ellos, Dylan fue el primero en bajar del auto

  • ¿Ahora me siguen? ¿Es enserio?
  • Vale, no lo tomes a mal, pero de verdad necesitamos hablar contigo
  • Yo no quiero hablar con ustedes… y mucho menos con el -  levante la mano y señale directamente a Joas que estaba al volante, pude ver como apretaba las manos y tensaba su mandíbula, para mi sorpresa bajo del auto y camino hasta estar detrás de Dylan –
  • Valeria… lo siento – parecía que le había costado un gran esfuerzo decir esas palabras –
  • ¿Y crees que eso es suficiente?
  • Solo escúchanos un momento, créeme cuando te digo que te necesitamos…y tú también nos necesitaras en algún momento – dijo Silas, sus palabras parecían totalmente honestas. Después de pensarlo un momento decidí darles una última oportunidad, por alguna razón sentía que tenía que escucharlos –
  • Espero que realmente valga la pena lo que tienen que decir… tienen 5 min – Todos sonrieron excepto Joas –
  • Vamos, sube, hablaremos en…
  • ¡No! Yo no voy a subir a ese auto con ustedes. Hay un parque a un par de cuadras de aquí, podemos ir caminando, ahí hablaremos – Joas bufo –
  • Los veo ahí, yo no voy a caminar solo por sus caprichos, ¿Alguien viene? – los chicos no respondieron, ni se tomaron la molestia de responderle – como quieran… - subió al auto y a los pocos segundos ya habíamos perdido de vista el auto
  • En marcha – dijo Ferrán, él y Silas encabezaban la caminata, Dylan iba atrás conmigo –
  • ¿Por qué no se fueron con él? Aunque se hubieran ido todos con él en verdad pensaba llegar
  • No es por eso, él ha estado insoportable desde ayer
  • Umm… ya veo



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En el texto hay: elementos, magia, magia y brujas

Editado: 22.09.2018

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