El evento escarlata

EL EVENTO ESCARLATA

Hoy el sol brilla con tanta intensidad que sus destellos automáticamente ciegan a quien ose mirarlo de frente. Su poder calórico es tal que todo se volatiliza ante su presencia. El agua convertida en vapor asciende y en lo alto poco a poco, con el paso de las horas forma grandes nubes.

 

Algo extraño pasó. En el cielo matutino se podían ver varias clases de nubes: unas aunque dispersas, eran blancas como de algodón, otras de tonos grisáceos y otras mucho más oscuras,  hablaban de proximidad de lluvia en cualquier lugar, dependiendo hacia donde fuesen arrastradas por el viento.  Pero, esto no tenía nada de extraño, es algo más que familiar para los terrícolas, lo diferente esa mañana  fue cuando algunas de las nubes blancas empezaron a tomar poco a poco un color rosáceo, inusual para la hora. Efecto que podría deberse a la acción de la misma luz solar seguramente pensaron algunos de los que todavía acostumbran mirar al cielo. Para El medio día, ese rosa se había hecho más intenso lo cual era todavía más anormal.   Muchos se detuvieron por un instante y señalaron al cielo observando el fenómeno con algo de curiosidad, pero después  continuaban como siempre sus ajetreadas rutinas.

 

Pero, ya en la tarde pasadas las 4PM, mucho antes del crepúsculo, lo que se vió fue un horizonte extrañamente teñido de rojo.  Y esto para muchos ahora sí fue causa de pánico. Las nubes a esa hora parecían salpicaduras de sangre en lugar de algodón de azúcar.  Muchos no podían dar crédito a lo que veían sus ojos, pero aquello debía obedecer a algún fénomeno atmósferico era la conclusión de casi todos.

 

Entonces la noticia fue de interés general, muchedumbres se lanzaron a las calles a observar el cielo. Y vieron minuto a minuto, con el pasar de las horas como aquellas nubes rojas, se iban tornando cada vez más oscuras hasta alcanzar un tono marrón  como de sangre seca, para quedar después totalmente negras. Lo que provocó que al caer la noche  el cielo se tornara más intensamente oscuro de lo acostumbrado.  Era tal su oscuridad que la espesura de las nubes no permitía visualizar ni  la más mortecina luz de una estrella cercana.  Sinembargo, al encontrar normalmente oscuro como es natural el cielo nocturno, los curiosos empezaron poco a poco a marcharse a sus casas.

 

El aire se había hecho pesado y era difícil respirar. Se sentían olores,  como de aromas  dulces y metálicos a la vez, difíciles de describir, pero que  tenían algo de familiar que no se podía precisar.

El movimiento de la ciudad se tornaba igual que la noche: pesado.  Las gentes caminaban casi arrastrando los pies y las conversaciones no se escuchaban fluídas o alegres como siempre, pues se notaba la dificultad que representaba respirar.  Los pulmones se llenaban de un aire pegajoso que parecía quedarse enredado en la nariz.  Fueron muchos los accesos de tos que experimentaron varias personas, que rompieron el silencio nocturno en las casas donde ya se dormía.

 

Lo único que se esperaba esa noche era el amanecer del siguiente día.  Después de unas horas al fin el sol poco a poco rasgó en miles de jirones la oscuridad, pero su luz no se percibía blanca y luminosa como todos los días, era por el contrario una luz roja, tan roja, que parecía como si el cielo estuviera herido. Los ojos de los madrugadores no daban crédito a dicho espectáculo, parpadeaban una y otra vez, buscando agudeza visual, pero nada surtía efecto, era verdad, el cielo estaba completamente rojo.

 

De todos los rincones empezaron a salir curiosos, nadie podía explicar lo que estaba pasando.   la situación era de tanta intriga que esa mañana a todos se les olvidó que existían obligaciones, se les olvidó el trabajo, la escuela, la misa matutina, la cita inaplazable, entregar la leche, repartir el periódico...Los únicos que trabajaban eran los periodistas que eran vistos cubriendo la noticia por todos los extremos de la ciudad, sacando conclusiones, entrevistando transeuntes y consultando expertos.  Empezaron a transmitir por radio y televisión lo que sucedía, aquello que hasta el momento nadie podía explicar.  Ojalá hubieran podido tener una exclusiva con Dios.

 

El día transcurría lleno de perplejidad para todos los habitantes.  El cielo con cada hora que pasaba se tornaba aún más rojo y ningún experto podía explicar dicho fenómeno. La situación fue aterradora cuando empezaron a recibirse mensajes y comunicados de todas partes del planeta, informando que la situación allá era igual, el cielo de todo el mundo estaba rojo.

 

El extraño fenómeno hizo reunir hacia las 3 de la tarde de ese día, a varios lideres mundiales quienes tomaron la decisón de enviar un equipo de exploración aérea para recopilar información así como solicitar informes del personal que estaba fuera del planeta en la estación espacial internacional.   La idea era recopilar toda la información posible a nivel de la tropósfera y más allá.  Se recibían también minuto a minuto los informes de los satélites climáticos que orbitan la tierra.  Pero, hacia las 7 de la noche los resultados de tales indagaciones aún eran nulos.  La situación de incertidumbre ocasionó que surgieran toda suerte de hipótesis, que eran lanzadas incluso a través de los medios de comunicación, en algunos casos contribuyendo en crear pánico entre la impresionable población.  Algunas hipótesis eran de grupos de fanáticos religiosos que creían ver en dicho fenómeno el castigo divino por ellos tan anunciado.  Otros aficionados al estudio del fenómeno extraterrestre, aseguraban que se trataba de alguna estrategia alienígena para apoderarse del planeta.  No faltaron explicaciones sobre la utilización de gases tóxicos  por parte de algún grupo extremista con pretensiones de poder global .




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