El ex de mamá es mi papá

~8~

Ethan se apoyó contra la pared del hospital, mirando el reloj por tercera vez en un minuto.

Cinco minutos para la cita y ni rastro de Brooke.

Justo cuando estaba por escribirle, la vio aparecer corriendo desde el estacionamiento, aferrada a su bolso como si su vida dependiera de él. Su cabello se movía con el viento, y cuando estuvo lo suficientemente cerca, pudo notar que respiraba con dificultad.

—¿Me explicas en el camino por qué llegas así? —le dijo, girando sobre sus talones para entrar con ella al hospital.

Brooke asintió, demasiado ocupada recuperando el aliento como para responder de inmediato. Se metieron en el ascensor y, en cuanto las puertas se cerraron, ella se apoyó contra la pared, exhalando con fuerza.

—Lo siento —dijo al fin—. Estaba entrando a una reunión cuando me llegó tu mensaje con la cita. Pensé que me daría tiempo, pero se alargó más de lo esperado.

—Ajá… —Ethan arqueó una ceja.

—Y luego el tráfico era un desastre porque hay una calle en reparación —continuó Brooke, enderezándose—. Y cuando por fin llegué, no encontraba lugar para estacionar.

Ethan negó con la cabeza, pero esbozó una sonrisa.

—No pasa nada, llegamos a tiempo.

El ascensor se abrió y ambos caminaron por el pasillo hasta el consultorio de la psicóloga. Justo cuando estaban a unos pasos de la puerta, una mujer de mediana edad con lentes y una carpeta en la mano salió.

—Montgomery —llamó.

—Somos nosotros —se apresuró a decir Ethan.

La psicóloga los guio hasta un pequeño consultorio con decoración acogedora. Había un sofá para dos personas y una butaca frente a ellos. En las paredes, cuadros con ilustraciones de niños y familias decoraban el espacio, junto con una estantería repleta de libros infantiles y algunos juegos.

—Pueden tomar asiento —les indicó con amabilidad mientras se acomodaba en su butaca y cruzaba las piernas—. Me llamo Vivian Sullivan. ¿En qué puedo ayudarlos?

—Soy Brooke y él es Ethan. Tenemos una hija llamada Ava. Tiene cuatro años.

—Pero recién me enteré de su existencia hace dos días —agregó Ethan sin rodeos.

Vivian no mostró sorpresa, solo asintió con comprensión.

—Entiendo. ¿Y qué los trae aquí hoy?

Ethan entrelazó las manos encima de su regazo.

—No sabemos cómo contarle que tiene un papá. No quiero que sienta que la abandoné a propósito o que nunca la quise.

Vivian se tomó un segundo antes de preguntar:

—¿Qué sabe Ava acerca de su padre?

Brooke negó con la cabeza.

—Nada. Nunca ha preguntado por su papá. Pensé que lo haría cuando empezó sus clases de ballet, porque allí hay mamás y papás, pero también hay otros niños con solo una mamá o solo un papá. Supongo que por eso no ha sentido la necesidad de preguntar.

—Es posible —coincidió Vivian—. A esa edad, los niños empiezan a notar diferencias en la estructura familiar, pero aún no les generan demasiada inquietud.

Brooke asintió y continuó:

—Hace un tiempo, Ava revisó algunas de mis cosas y encontró una vieja foto de cuando Ethan y yo éramos novios. Le expliqué que era un muchacho con el que había salido, mi exnovio. Desde entonces, lo identifica así: “el ex de mamá”.

Ethan dejó escapar un suspiro profundo.

—No quiero ser solo eso para ella. El día que, por casualidad, nos reencontramos aquí, Ava gritó: "¡Es el ex de mamá!"

—¿Y en qué tono lo dijo? ¿Con enojo? ¿Sorpresa? ¿Felicidad? —preguntó Vivian, tomando notas.

—Diría que fue más bien sorpresa —respondió Brooke con una ligera sonrisa nerviosa—. Luego nos encontramos fuera del hospital. Ethan quería hablar conmigo, y Ava parecía encantada con la situación. Incluso aseguró que Ethan quería volver a ser mi novio y que yo debía aceptarlo porque "es un doctor guapo".

Vivian levantó la mirada de sus apuntes con una pequeña sonrisa en los labios.

—Eso es positivo —afirmó con tono suave pero seguro—. Ava parece asociar a Ethan con una figura positiva en tu vida. En lugar de rechazarlo o mostrarse a la defensiva, lo aceptó, aunque sea parcialmente. Esto sugiere que no lo ve como una amenaza, sino como una persona con la que puede haber una relación amable y beneficiosa para todos.

Ethan la miró con cierta sorpresa.

—¿En serio? —preguntó, con una chispa de esperanza en los ojos.

Vivian asintió y continuó diciendo:

—Así es. Si Ava te hubiese percibido como una figura conflictiva o como alguien que podría alterar su estabilidad emocional, su reacción habría sido muy diferente. Que ella haya mostrado disposición a dejarte entrar en su vida y en la de su mamá, es un paso importante. Todo esto se debe aprovechar cuidadosamente.

Brooke miró a Ethan, pensativa, antes de volver a dirigirse a la psicóloga.

—¿Por qué sucede eso?

Vivian apoyó el bolígrafo sobre su libreta y la miró con interés.




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