Sarah se encontraba en su apartamento, sentada en su sofá y mirando fijamente la pared. Habían pasado varias semanas desde que expuso la verdad detrás del Proyecto Abandonado, pero aún no podía quitarse de la cabeza todo lo que había visto y descubierto en el laboratorio abandonado.
Recordaba vívidamente las imágenes en las pantallas de los sujetos de prueba retorciéndose de dolor, y los cadáveres de los animales esparcidos por el suelo. También recordaba el archivo que encontró en el que se mencionaba un experimento aún más peligroso que el Proyecto Abandonado.
Finalmente, decidió que era hora de hacer algo al respecto. Sabía que tenía que volver al laboratorio para descubrir más sobre lo que estaba sucediendo allí. Sin embargo, sabía que no podía hacerlo sola.
Decidió llamar a Alex, el periodista de investigación con el que había trabajado anteriormente, para pedirle ayuda. Después de explicarle todo lo que había descubierto en el laboratorio, Alex acordó ayudarla a investigar aún más.
Juntos, comenzaron a planear su regreso al laboratorio. Decidieron que necesitaban un equipo de apoyo, y se pusieron en contacto con algunos de los contactos de Sarah para encontrar a las personas adecuadas.
Finalmente, reunieron a un equipo de cuatro personas, incluyendo a Sarah y Alex. También contrataron a un experto en seguridad para asegurarse de que pudieran ingresar al laboratorio sin ser detectados.
La noche de su regreso al laboratorio, el equipo se reunió en una ubicación segura cerca del edificio. Discutieron su plan y revisaron todo el equipo que habían traído con ellos. Luego, se pusieron en camino hacia el laboratorio.
Una vez allí, el experto en seguridad encontró una manera de ingresar al edificio sin alertar a los guardias de seguridad. El equipo se dividió en dos grupos, uno encargado de buscar más información sobre el Proyecto Abandonado y el otro para investigar el experimento secreto que Sarah había descubierto en los archivos.
El equipo que investigaba el Proyecto Abandonado encontró más archivos y documentos que confirmaban lo que ya sabían. Descubrieron que el proyecto había sido financiado por una empresa farmacéutica, y que la empresa había estado probando medicamentos experimentales en sujetos humanos sin su consentimiento.
También encontraron información sobre los científicos que habían estado trabajando en el proyecto, y descubrieron que habían sido amenazados y obligados a trabajar en condiciones peligrosas.
Mientras tanto, el equipo de Sarah y Alex encontró una habitación cerrada con llave. Usando herramientas de cerrajería, pudieron abrir la puerta y descubrieron una sala de experimentación. Había tanques llenos de líquido y cuerpos flotando dentro de ellos.
Sarah y Alex estaban horrorizados por lo que veían, y rápidamente comenzaron a revisar los archivos y documentos que encontraron en la sala. Descubrieron que la empresa había estado experimentando con una nueva forma de tecnología de clonación, y que habían estado creando clones humanos.
Los clones habían sido utilizados en experimentos peligrosos y dolorosos, y muchos de ellos habían muerto en el proceso. También encontraron información sobre un plan para usar los clones como una fuente de órganos para trasplantes.
Sarah y Alex sabían que tenían que informar sobre esto a la policía y a los medios de comunicación, pero también sabían que debían tener pruebas sólidas para respaldar sus afirmaciones. Decidieron tomar algunas muestras de los tanques y de los cuerpos de los clones para llevarlas a un laboratorio independiente para su análisis.
Con su misión cumplida, el equipo dejó el laboratorio abandonado y regresó a su punto de encuentro. Sarah y Alex informaron a las autoridades sobre lo que habían encontrado y entregaron las pruebas a los medios de comunicación.
La noticia rápidamente se propagó por todo el mundo, y la empresa farmacéutica fue acusada de numerosos delitos, incluyendo el uso ilegal de sujetos humanos en experimentos, la creación de clones humanos y la planificación del tráfico de órganos.
La empresa se disculpó públicamente y prometió tomar medidas para evitar que algo así volviera a suceder en el futuro. Varias personas fueron arrestadas y condenadas por su papel en los experimentos ilegales.
Sarah y Alex fueron aclamados por su valentía y determinación para exponer la verdad detrás del laboratorio abandonado. Recibieron numerosas ofertas de trabajo y oportunidades para hablar sobre su experiencia en eventos y conferencias.
Sin embargo, la experiencia dejó una marca indeleble en Sarah. A pesar de haber logrado exponer la verdad, todavía tenía pesadillas sobre lo que había visto en el laboratorio y sobre el sufrimiento de los sujetos de prueba y los clones.
Decidió dedicar su carrera a investigar y exponer casos de abuso y explotación en la industria farmacéutica y médica. También decidió buscar ayuda para superar los traumas que había experimentado durante su investigación del laboratorio abandonado.
En conclusión, la verdad detrás del laboratorio abandonado era aún más oscura de lo que Sarah había imaginado. Sin embargo, su valentía y determinación para exponer los crímenes cometidos allí lograron hacer justicia y evitar que algo similar ocurriera en el futuro. La experiencia dejó una marca indeleble en ella, pero también la inspiró a continuar luchando por la justicia y la verdad.
Editado: 12.09.2023