Había pasado un año desde que Elisa y las criaturas habían escapado del Laberinto de las Creaciones Malignas. Desde entonces, habían trabajado incansablemente para asegurarse de que el Dr. Stein fuera llevado ante la justicia. Finalmente, después de una larga y difícil batalla legal, el Dr. Stein fue condenado por sus crímenes y sentenciado a cadena perpetua.
Elisa y las criaturas estaban aliviadas de que finalmente se hubiera hecho justicia, pero no podían evitar sentir una sensación de vacío. Después de todo lo que habían pasado juntos, se habían convertido en una especie de familia. Ahora que el caso había terminado, se preguntaban qué hacer a continuación.
Fue entonces cuando recibieron una extraña llamada telefónica. Elisa contestó el teléfono y una voz susurrante al otro lado de la línea le dijo que había un laboratorio abandonado en las afueras de la ciudad que había sido el hogar de otro científico loco. La voz dijo que había oído rumores de que el científico había estado haciendo experimentos inhumanos en la búsqueda de la vida eterna.
Al principio, Elisa y las criaturas estaban escépticos. Habían pasado por suficiente trauma para toda una vida y no estaban seguros de si querían volver a adentrarse en el mundo de la locura y el horror. Pero a medida que la voz continuaba hablando, Elisa comenzó a sentir una sensación de curiosidad y determinación. Si había alguien más allí afuera que necesitaba su ayuda, no podía simplemente ignorarlo.
Después de investigar un poco, Elisa y las criaturas descubrieron la ubicación del laboratorio abandonado. Era un edificio de ladrillos viejos y descuidado, rodeado de maleza y árboles. El lugar tenía un aspecto espeluznante y desolado. A medida que se acercaban, podían sentir un escalofrío recorriendo sus cuerpos.
Elisa abrió la puerta del laboratorio y entró, seguida de cerca por las criaturas. El lugar estaba oscuro y polvoriento, con estanterías llenas de tubos de ensayo y equipos de laboratorio cubiertos de telarañas. Había una extraña sensación en el aire, como si alguien los estuviera observando.
De repente, Elisa escuchó un sonido. Era como si algo se estuviera arrastrando por el suelo. Las criaturas también lo escucharon y se pusieron en guardia, preparándose para lo peor.
"¿Hay alguien aquí?", preguntó Elisa, tratando de mantener su voz calmada.
No hubo respuesta.
De repente, una sombra apareció en la pared. Era la sombra de una figura humana, pero no había nadie allí. Elisa y las criaturas se miraron entre sí, preguntándose si estaban perdiendo la cabeza.
Pero entonces, la sombra comenzó a moverse. Se alejó de la pared y comenzó a tomar forma. Era una figura alta y delgada, con una capa negra ondeando detrás de ella. Sus ojos brillaban en la oscuridad, como si estuvieran encendidos por dentro.
"¿Quién eres?", preguntó Elisa, sintiendo un escalofrío recorriendo su espalda.
La figura se acercó lentamente, y una voz susurrante salió de ella. "Soy el Fantasma del Laboratorio Abandonado. He estado atrapado aquí durante años, condenado a vagar por estos pasillos oscuros. Soy el resultado de los experimentos fallidos del científico loco que una vez habitó este lugar".
Elisa y las criaturas escucharon atentamente mientras el Fantasma les contaba su historia. El científico había estado obsesionado con encontrar la forma de alcanzar la inmortalidad y había llevado a cabo experimentos terribles en su búsqueda. Pero sus experimentos habían salido mal y él mismo se había convertido en un monstruo atrapado en el limbo entre la vida y la muerte.
El Fantasma les dijo que había estado observando a Elisa y las criaturas desde su llegada al laboratorio. Había visto su valentía y determinación, y sabía que estaban allí para ayudar. Les ofreció su guía y protección en su búsqueda de la verdad y la redención.
Aunque estaban inicialmente cautelosos, Elisa y las criaturas aceptaron la ayuda del Fantasma. Sabían que necesitarían toda la ayuda que pudieran obtener en su búsqueda de descubrir la verdad detrás de los experimentos inhumanos del científico loco.
El Fantasma los condujo a través de los pasillos oscuros y las habitaciones abandonadas del laboratorio. A medida que avanzaban, encontraron más pruebas de los horrores cometidos por el científico. Documentos, fotografías y muestras biológicas que revelaban las terribles consecuencias de sus experimentos.
Pero también descubrieron algo más. El científico había dejado atrás un diario en el que detallaba sus intenciones y motivaciones. A través de sus palabras escritas, Elisa y las criaturas pudieron comprender la oscura mente del científico y cómo había perdido completamente su humanidad en su búsqueda de la vida eterna.
Elisa se dio cuenta de que, al igual que el Dr. Stein, el científico también era una víctima de su propia obsesión y falta de ética. Comprendió que la ciencia y el conocimiento deben ir de la mano con la responsabilidad y el respeto por la vida humana.
Con las pruebas en su poder, Elisa y las criaturas se dispusieron a llevar la verdad al mundo exterior una vez más. Sabían que no podían permitir que los horrores del laboratorio abandonado quedaran en la oscuridad.
El Fantasma del Laboratorio Abandonado les deseó suerte y prometió vigilar el lugar, asegurándose de que nadie más sufriera las consecuencias de los experimentos del científico. Con una sensación de gratitud, Elisa y las criaturas abandonaron el laboratorio, llevando consigo la esperanza de que la verdad prevalecería y que la justicia sería servida.
El Fantasma del Laboratorio Abandonado se quedó atrás, vagando por los pasillos oscuros, pero esta vez con una sensación de paz. Aunque estaba condenado a seguir siendo un espectro, encontró consuelo en el hecho de que había ayudado a Elisa y las criaturas a encontrar la verdad y a luchar por la justicia.
La historia de Elisa y las criaturas no terminaba aquí. A medida que salían del laboratorio abandonado, se preguntaban qué desafíos y peligros les esperarían en el futuro. Pero estaban listos para enfrentarlos juntos, con valentía y determinación, sabiendo que tenían el poder de hacer la diferencia y poner fin a los horrores perpetrados en nombre de la ciencia.
Editado: 12.09.2023