Alicia Miller se encontraba en la carretera rumbo a Washington para un viaje de negocios. Iba en su Skyline adquirido en la vez que viajó hasta México en 1990.
Ella antes de viajar allá escuchó rumores de México, por esas descripciones es que no le llamaba la atención ir ahí.
Decían que era un país sucio, con una atmósfera caliente, pobre y lleno de miserables presidentes y ciudadanos en esas épocas. Al menos eso le decían, todo lo que le decían ella se lo creía sin respingar, cómo una oveja.
<¡Está bien baratito! Ándale, cómpralo!> Dijo el vendedor un marzo en los noventas cuando Alicia porfin llegó.
El viaje de Alicia no tuvo nada relevante, más que nada solo fue a financiar uno de sus libros. Sin embargo notó que ella no poseía automóvil alguno, por lo que fue en busquéda de uno.
El vendedor insistía demasiado en la compra de un Nissan SER 4cil. Se trataba de prácticamente una camioneta blanca no muy estética que digamos, tenía detalles grises en el cofre aunque pareciese estar sucio.
-Usted cómprale, ¡Es más! Se lo dejo al 10% de descuento- Dijo el vendedor con su acento norteño, iba bien vestido con un traje bastante simple de color celeste.
-Lo siento... No me intere...- Se detuvo al ver el rostro decaído del vendedor. Pensó que posiblemente estaba en quiebra.
Hubo un momento de silencio, la brisa del viento removía el hermoso cabello rubio de Alicia. Se sentía incómoda y queriendo escapar.
El señor fue quien irrumpió el silencio -Entonces no le interesa ninguno?
Alicia se quedó viendo alrededor de la plaza, observando todo tipo de carros, los que más abundaban eran los Nissan.
Realmente no le interesaba ninguno, hasta que vio uno, fue amor a primera vista.
***
Llevaba ya 10 años con ese Skyline GTS typen R32 de color rojo. Era perfecto para ella, siendo un equilibrio entre elegante y pequeño, representando lo solitaria que es ella.
Alicia iba con la ventanilla del carro abierta al completo, la carretera se había turnado en un bosque oscuro con árboles de abetos.
Llevaba tres horas conduciendo y lentamente se estaba haciendo tarde.
Sin embargo su vista seguía fija en el camino,sin flaquear las manos al volante. De vez en cuando volteaba a ver la radio del auto: 4:20 AM... 4:25 AM...
Parpadeó un par de veces extrañada de ver cómo los minutos pasaban volando.
Se sentía mareada, con ganas de vomitar. Si, estaba adormilada. Pero se sentía bastante mal.
El tiempo comenzaba a pasar en un par de parpadeos, y su visión se deformaba haciendo que los árboles se fueran convirtiendo en figuras geométricas. Sus ojos luchaban por mantenerse despierta.
Alicia cerró los ojos por un buen rato... Los abrió repentinamente en cuanto sintió que el carro empezaba a desviarse de la carretera a la izquierda. Sujetó más fuerte que nunca el volante y tras varías vueltas logró ponerse recta nuevamente.
Soltó un gran suspiro y cuando volvió a llevar la vista a la carretera nuevamente sintió el mareo, veía borroso...
Una luz blanquisca la cegó por un momento. Mantuvo su mano izquierda al volante, con la derecha la alzó llevándose la entre el párpado y la ceja.
Pudo distinguir la luz brillante, se trataba de una mujer con el vestido blanco siendo el causante de la iluminación cegadora. El vestido no era sencillo; tenía flores rodeando la cintura hasta arriba del pecho formando un círculo en el vestido, llevaba unos brillitos aparte, y tenía una pequeña parte de la entrepierna partida. El vestido era hermoso...
La fijación de Alicia se interrumpió en cuando se percató que la mujer estaba a unos pocos centímetros de chocar contra el cofre del Skyline.
Eventualmente chocó con la mujer y el carro se tambaleó unos segundos como si andara pasando para una zona repleta de pequeñas piedritas, saliéndose de la carretera.
Dio muchas vueltas al volante para tratar de ponerse en la carretera nuevamente x ni lo logró.
Rápidamente se volcó hacia la derecha, las ventanillas del carro se rompieron en cientos de vidrios rotos, algunos impactando en el rostro de Alicia. Ella casi sale volando contra el cristal delantero, afortunadamente tenía puesto el cinturón de seguridad.
Inevitablemente el carro se volcó una última vez, ahora hacia atrás. Chocando con un árbol.
Alicia quedó desmayada por unos minutos, todavía en su asiento de chófer. Se despertó al cabo de posiblemente 10 minutos mínimo. Apenas se despertó escupió sangre, con su brazo se limpió la boca y porteriormente abrió la puerta del carro.
Salió del coche cómo si hubiera sido pateada, estuvo arrastrándose en el pasto, hasta que colocó su mano arriba sosteniendo la manija del carro y finalmente se colocó de pie con dificultad.
Tuvo una oleada de terror inmenso al recordar todos al choque, la mujer fantasma, los mareos previos. Volteó a todos lados viendo el inmenso bosque con miedo, algunos cuervos habían salido volando luego de sentir el inmenso choque en los árboles. Algunos búhos chasqueando las mandíbulas.
No estaba la fantasma.
No había más que el puro sonido de la naturaleza.