El fantasma del hombro

El hombro

Alicia Miller era novelista. Realmente podría escribir de todo, suspenso, acción, fantasía, comedia, terror... Romance. Siendo este último su especialidad.

Desde que tiene uso de razón recuerda que su género preferido en libros y cualquier medio de entretenimiento es el romance. En su juventud ella tenía muchas ideas. Amor de una persona con un vampiro. Con un zombie. Un hombre lobo, y un largo etcétera.
Era una gran soñadora que siempre apuntó muy alto. Demasiado alto, claro que era una gran soñadora...

<No puedes...> <No lo lograrás...> <No llegarás muy...>

***

-¡No llegarás muy lejos, Ali!- Le había gritado una vez su padre en junio de 1985.

Previamente estaban cenando tranquilamente en silencio, desde el fallecimiento de la señora Miller, padre e hija apenas interactuaban.
Hasta que Alicia optó por abrir tema de conversación, habló de sus sueños.

La charla había escalado en discusión, posteriormente se convirtió en regaños. Ahora solo eran cómo dos leones luchando por su territorio.

-¡No me puedes obligar papá!- Contestó Alicia. Ralph Miller al escuchar eso frunció todavía más el ceño.
<¿Esto es real?> <Ralph, ¿acaso tu propia hija te está desafiando?> Pensaba él.

-¡Te he dicho mil y un veces que no me alces la voz!.
Ralph se levantó de la mesa y con sus robustas (gordas y grasosas) manos tiró la mesa hacia delante -¡Yo no te he educado así!

Alicia, quien a ese punto igualmente estaba de pie, incluso antes que su padre, gritó -¡Este es mi sueño desde niña!
Ali llevaba puesta una camisa de tirantes de color azul claro, su pijama de pantalón y estaba descalza.

La mesa estaba hecha de cristal, no era una mesa muy refinada, pero mientras sirviera para comer, estaba bien.
Al volcarse adelante se rompió el vidrio explotando en una bomba de diminutos cristales pero afilados.

Un gran pedazo de vidrio cayó directo en el pie descalzo de Alicia, justo entre los dedos y el 1er metartasiano. Empezó a sangrar, sin embargo no le tomó importancia.
-¡No puedes hacer nada para quitarme mi sueño! ¡Yo s-s-soy...- Se vio interrumpida porque al hablar había dado un paso atrás involuntariamente. Otro pedazo de vidrio ahora en la parte baja de su pie.
-No m-me lo... M-¡Me largo!

Ralph estaba en un frenesí, lleno de ira por la valentía y decisión de su hija, sin embargo bajó un poco el tono de su voz y advirtió -Te dije que no me levantaras la voz...-Se colocó las manos arriba del pantalón y comenzó a desabrocharse el cinturón.

Alicia veía esto horrorizada, sabía que papá tenía un único cinturón en su armario.
Era de cuero y bastante ancho.
Con eso solía golpear a su madre.

Todos los días la señora Miller tenía marcas en su cuerpo que lentamente empezaban a sanar. Sin embargo al poco tiempo regresaban porque Ralph las volvía a reabrir. Así fue la vida de la señora Miller hasta que murió en el 1879.

-Me preocupas mucho Ali... Tú aún eres una niña y tienes mucho que aprender...-Finalmente se retiró el cinturón y arrastrándolo en la mano izquierda caminó hacia Alicia.

Lanzó un latigazo en la parte medial del tríceps. estuvo a punto de lanzarlo hacía el braquioradial, no obstante Alicia retrocedió y se puso de frente a la pared por miedo, dejando la espalda a disposición.

Ralph estiró todavía más el antebrazo para acortar la distancia en que el cinturón dejaba de golpear.
Lanzó otro ataque, ahora los dorsales, inmediatamente dejando su piel rojiza. Alicia gritaba de dolor.
Así estuvo dando varios ataques sin dejarla descansar, casa grito de Alicia se veía interrumpido por otro golpe.

En un momento ella se dio la vuelta y sujetó el cinturón con valentía, siendo la primera vez en toda su vida que no se dejó menospreciar ¿Fue estúpido e inútil? ¡Por supuesto que lo fue!
-¡Maldita zorra de mierda! -Gritó, prácticamente graznó.
Le arrebató el cinturón, dando otro ataque ahora en el hombro izquierdo. Ese fue el último y más fuerte.

Alicia sangraba demasiado estando posada en el suelo, respirando agitadamente. Ralph finalmente se detuvo y se agachó acariciándole dulcemente el cabello.
-Oh querida. Sabes muy bien que hago esto por tú bienestar, preocupas mucho a papi.

Alicia odiaba esas caricias, en ese momento deseaba quitarle la mano del cabello, sin embargo estaba tan adolorida que no pudo hacer más que respirar en el suelo.
-¿Sabes? Ser novelista en realidad no suena tan mal, pero el romance es una puta mierda. Si quieres ser novelista deberías... No sé, ¿Escribir historias de ciencia ficción? No... Haz de terror, y te apoyaré -le dio una última caricia y la besó en la frente, se puso de pie.

***

Alicia Miller se despertó de ese mal sueño, respirando agitadamente y estuvo a punto de gritar.
Levantó su torso en la cama. No gritó debido a que se percató de que todo fue un mal sueño, un mal recuerdo.

Empezó a inhalar y exhalar, ya tranquilizandose poco a poco.
Miró alrededor del lugar, estaba en un hospital, claro está. ¿Pero cómo y porqué está ahí?

Se levantó de la camilla viendo la habitación. Observó con especial atención la mesita de al lado ¿Que esperaba? JaJa! No habían flores ni cartas en esa triste y solitaria mesa. ¡Es que era obvio!
Era soltera e introvertida, sus novelas de romance no tuvieron éxito, vivía con el sueldo mínimo. ¡Era una fracasada novelista que nadie quiere!
A lo mucho lo único atractivo de ella era su hermoso cabello rubio y sus ojos celestes. Todo eso heredado de su madre

Se encaminó a la puerta, nuevamente sintió el dolor del accidente. El daño venía de todo su cuerpo, sobre todo de sus piernas y abdomen.



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En el texto hay: tragedia, romance, trauma abuso

Editado: 29.06.2025

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