Capítulo 4

Había encontrado un taxi casi de inmediato y, en menos de diez minutos, estaba de pie frente a su edificio. Arrastrando los pies al salir del ascensor con sus bolsas, Baldrick y sus llaves en la mano, se dirigió por el pasillo hasta su apartamento, y entró. 

Puso las bolsas en el suelo, y cuando levantó la vista, Chanyeol estaba de pie delante de él. Saltó un poco, se cubrió el pecho con la mano y comenzó a reír sin aliento. 

—Me sorprendiste. 

—Prerrogativa de fantasma, supongo. 

Baekhyun sonrió a sí mismo cuando, Chanyeol bajó la mirada hacia las bolsas, al parecer, no había notado la caja del gato detrás de ellos, mientras él se quitaba su abrigo. 

—Has estado haciendo algunas compras, por lo que veo. 

—Sí, Tenía que conseguir algunas cosas. —Dejó escapar un profundo suspiro mientras colgaba su abrigo, y luego se paraba frente a Chanyeol, la feliz anticipación revoloteaba en su estómago. 

—Así que... ¿cómo fue el viaje? —preguntó Chanyeol con cuidado. 

—Cansado —respondió, mientras se quitaba sus zapatos halando del talón—. Por cierto tienes una casa muy bonita. 

—Gracias —respondió Chanyeol ausente, estaba claro que estaba deseando saber sobre Baldrick, pero un poco reacio a hacer la pregunta directamente—. ¿Cómo te fue? —Finalmente se aventuró. 

Baekhyun lo miró y le sonrió con dulzura. —Todo salió bien —se rio en voz baja—. Lo describiste a la perfección. 
 

Chanyeol sonrió con tristeza y asintió. 

—Algo feo, pero extrañamente adorable... —Pasó por encima de las bolsas y luego levantó la caja del gato, estirando el cuello hacia delante para mirar dentro—. Creo que es la perfecta descripción de este pequeño. 

Alzó la vista para ver a Chanyeol también estirando el cuello hacia delante para mirar en la caja con una expresión de obvia sorpresa, que poco a poco se transformó en una mirada de puro deleite. Baekhyun supo, en el mismo momento que vio la sonrisa de 

Chanyeol, que todo el viaje había valido la pena. 

—Lo trajiste aquí —Chanyeol se agachó delante de la caja—. Hola, cariño. —Se rio, el gato no hizo ni la más mínima muestra de haberlo notado. Negó y se levantó, y extendió la mano para tocar la mejilla de Baekhyun, sorprendiendo a ambos, antes de recordar que tal cosa no era posible. 

—Baekhyun... —Negó—. Esto es excesivamente amable. 

Baekhyun se encogió de hombros, sintiéndose muy satisfecho. —No había otra opción realmente, lo sostuve una vez y eso fue todo. No pude evitar traerlo a casa. 

—Gracias, Baekhyun. No tenía idea de que... —Negó de nuevo y resopló mientras buscaba las palabras adecuadas. 

—No tenías idea ¿de qué? 

—Creo que, podrías haberme gustado casi de inmediato, pero...—Se mordió el labio por un momento—. No tenía idea de que fueras tan buen chico. 

Baekhyun no estaba seguro de cómo responder, y se sorprendió a sí mismo mirándolo fijamente por un segundo, antes de que un suave maullido hiciera que ambos mirasen hacia abajo. —Oh, infiernos, vamos a sacarte de ahí. —Se arrodilló, colocó la caja sobre la alfombra, y abrió la puerta—. Pobrecito has estado ahí más de dos horas. Levantó a Baldrick y lo abrazó contra su pecho.—Tal vez debería haberlo traído a casa antes de ir de compras. 

—No creo que puede verme. 

Baekhyun levantó la vista, y a pesar de que Chanyeol parecía estar bien, simplemente curioso, por alguna razón, se sintió de repente terriblemente culpable. —Oh, lo siento, Chanyeol. Ni siquiera pensé en eso. —Chanyeol lo miró con sorpresa y con una emoción que Baekhyun no podía describir brillando en sus fantasmales ojos. 

Chanyeol sonrió con afecto y Baekhyun, no estaba seguro de por qué, pero sintió un aleteo nervioso en su estómago. —Está bien, Baekhyun. Odiaba que estuviese solo en mi casa, ahora está a salvo aquí contigo. 

Inseguro en cuanto a cómo responder, Baekhyun se inclinó y colocó a Baldrick en el piso y vio como el gato vacilante exploró la sala de estar. Cuando Chanyeol habló nuevamente, Baekhyun no pudo hacerle frente al fantasma y mantuvo sus ojos en Baldrick. 

—Probablemente te besaría ahora mismo, si fuera posible —dijo suavemente, pero sin un rastro de duda. 

—Probablemente te dejaría —respondió Baekhyun, calmadamente sorprendiéndose a sí mismo. Miró a Chanyeol, y la mirada del fantasma estaba tan concentrada, tan llena de anhelo, que Baekhyun tuvo que mirar hacia otro lado rápidamente dejando escapar un profundo suspiro. Se inclinó y recogió las bolsas, llevándolas a la cocina. 

—Tomé la comida para gatos de los estantes de tu cocina, pero de todos modos, fui y compré un poco más de comida... —Buscó a través de las bolsas—. ¿Dónde está? —murmuró para sí mismo. 

— ¿Qué estás buscando? 

Baekhyun casi saltó al oír la voz justo detrás de él. —Estoy buscando la... esto. —Sacó la pequeña caja de arena y la bolsa con la arena. 

—Parece que has pensado en todo. 

—Sí, eso espero de todos modos. No habría manera de que volviera a salir ahora. Estoy hecho polvo. 

Se dio cuenta, mientras Chanyeol se asomaba a las bolsas, que una sonrisa un poco triste lucía en los labios del fantasma. 

—No tienes que hacer todo esto, Baekhyun. 

Baekhyun estaba de rodillas llenando la caja de arena, y se encogió de hombros. —Ya lo sé. Supongo que no pude evitarlo. Agarré su ratón de debajo de tu sofá, y la camiseta está en su caja de viaje, pero no pude traer nada más conmigo. —Se puso de pie y fue a mirar a la sala de estar para ver dónde estaba Baldrick, y sonrió cuando lo encontró oliendo sus zapatos Croc. Lo recogió y lo puso al lado de la caja de arena. Señaló a su pequeña nariz, y Baldrick olfateó la punta de su dedo. 

—Ahora te acuerdas dónde está, ¿me oyes? 
 

Baekhyun sonrió satisfecho cuando Baldrick subió directamente a hacer uso de esta. Se levantó y miró a Chanyeol mientras se limpiaba las manos en sus pantalones vaqueros orgullosamente. —Chico inteligente.