El Fantasma Encadenado-Tomo 2

23-La Brigada p.1

Durante quinientos años Laiyon había llevado una existencia pasiva, casi estática, aunque las personas iban y venían y la casa sufría pequeños cambios, él se mantenía igual, al no haber una señal de que las cosas podían mejorar sentía que así seria para siempre; luego Dal apareció y un nuevo mundo le abrió las puertas, sabría que le pasarían muchas cosas nuevas en América pero lo que nunca imagino fue verse en medio de una conspiración entre el Juez Karma y Jack, el líder de un peligroso grupo de rebeldes.

 

Lo peor era no tener con quien hablar al respecto, no quería ni pensar en las caras de Dal y Ana si les contaba sobre su noche como carcelero, tampoco podía sacar el tema con cualquiera que no supiera que era un fantasma, el único para charlar sobre aquello, por más extraño que fuera, era su carcelero pero Hesperian se había marchado precisamente para averiguar que estaba sucediendo, no le quedaba más opción que esperar pacientemente a que regresara y le contactase.

 

-Tengo noticias-le conto Ana un día-me encontré con Evelyn ayer, ¿Qué crees?, termino con su novio el año pasado, hace siete meses que está soltera.

-¡Ya vine!-Dal entro y Laiyon casi se le fue encima.                            

-¡Invita a tu compañera a cenar!

-¡Ana!, ¿Le contaste sobre Márquez?

-Él pregunto-dijo, haciéndose la inocente.

 

Bueno, eso daba otra cosa en que pensar.

 

Enero transcurrió ameno y tranquilo, Laiyon se divertía con sus amigos en el edificio, los días libres de Dal salían a conocer la ciudad, un par de veces fueron a la Calle Velvet pero no se volvieron a encontrar con Madison, también salía con Ana y le ayudaba con sus labores de caridad; y durante ese mes recibieron la visita de la oficial Evelyn Márquez no una sino tres veces, en las que Laiyon constato su impresión original de que era una mujer encantadora.

 

Hacia el exterior todo iba maravillosamente, estaba llevando la “vida” que sus padres desearon para él, pero internamente algo le pasaba, la idea de que estuviera enfermando no tenía sentido, considerando que estaba muerto, pero constantemente se sentía cansado, en particular por las noches y le dio por dormir, no era algo que necesitase hacer como fantasma pero pasar algunas horas en blanco ayudaba…al menos hasta que los sueños comenzaron.

 

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¿Dónde estaba?, en parte creía saberlo, tenía la difusa idea de estar metido en una bola de cristal lo bastante grande para contenerlo pero no tanto para permitirle estirarse por lo que debía yacer encogido, no veía nada, no escuchaba nada aparte de sus propios sollozos y estaba demasiado agotado como para gritar por ayuda, tenía la sensación de llevar días allí dentro.

 

-Ya no…ya no quiero…

 

Nadie iba a ayudarle y no pensaba soportar otro segundo en ese vacío, busco la daga en su bota pero antes de usarla una súbita luz se introdujo en la esfera y de repente se encontró en otro lado, un campo abierto en medio del bosque donde dos niños corrían, una bella escena que le hubiera conmovido de no reconocer a los pequeños al instante, uno era él mismo, a los cuatro años, el otro era su hermano Atolo.

 

-¡Te voy a atrapar!, ¡Te voy a atrapar!

-¡No, no!

 

Estaban jugando, Atolo logro agarrarle y cayeron sobre la hierba riendo, Laiyon se dio cuenta de que aquel era su primer recuerdo, él y su hermano en una época más feliz, antes de que la tragedia y la avaricia arruinara sus vidas.

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Despertó tarde y se quedo largo rato mirando al techo, no sabía que parte de ese sueño le inquietaba más, el principio había sido horrible pero también impropio, de algún modo le parecía que la pobre alma dentro de la esfera era otra persona, el final había sido muy personal, nostálgico, dulce y doloroso a la vez; por si fuera poco de nuevo le estaban ardiendo las muñecas.

 

Se levanto y la primera observación fue hacia la ventana, dio un respingo, ¡Había un papelito prensado en esta!, se lanzo a tomarlo y lo abrió de inmediato, era lo que tanto había esperado, Hesperian le indicaba encontrarse con él en la azotea a las diez de la noche, finalmente tendría algunas respuestas.




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