El Fantasma Encadenado-Tomo 2

27-La Clase de la Carcelero Carnegie p.1

En el mundo hay miles de escuelas de carcelería, hay seis en New York, daban dos cursos de cinco meses cada año y cada escuela solía graduar de setenta a doscientos carceleros cada año, esos eran miles de carceleros nuevos, ¿Para qué se ocupaban tantos?

 

Bueno, tal y como Laiyon averiguo en el panfleto que venía con sus útiles, ser carcelero no implicaba tener que convertirse en custodio o en guardia de prisión, de hecho la licencia de carcelero esa más como una referencia para el mercado laboral, había muchísimos trabajos en el Sub-mundo que solo eran dados a carceleros y otros para los que no necesitabas la licencia pero si la tenías era más probable que te dieran el empleo; Ser carcelero era ser un servidor público, tenías seguro, prestaciones, un salario fijo aunque no hicieras nada, pero si el estado te llamaba más te valía acudir, eso si no querías terminar en la cárcel y bajo la mayor de las deshonras.

 

-Dios, se oye como si te unieras a la marina-dijo Dal, tras leer el también el panfleto.

-Es un alivio, podría espiar en el submundo sin tener que herir a nadie-se dirigió a Ana-¿No te alegra?

-Tampoco me gusta que seas espía, Laiyon-le hizo ver, pero estaba menos tensa-por favor, prométeme que no te vas a pelear con nadie, aunque te provoquen.

-Lo prometo.

-¿Qué más hay aquí?-Dal estaba más interesado en revisar sus útiles.

 

La caja estaba bastante completa, contenía cuatro libros grandes de texto, un portafolio con divisiones que las haría de cuaderno, mucho papel amarillento, lápices, carboncillos, borradores, reglas, tajadores, unas tijeras, un ábaco pequeño y una mochila negra donde meterlo todo.

 

Esa misma noche empezaban las clases asique no tuvo tiempo ni de dar una mirada a los libros, solo se preparó y a las diez de la noche se despidió de sus sobrinos para encontrarse con Hesperian en la azotea.

 

-Veamos-reviso su aspecto-puliste tu cadena, buen detalle, ¿llevas todo?

-Sí, capitán.

-No estés nervioso-se pusieron en camino, estaba de mucho mejor humor pero Laiyon no se lo iba a mencionar-el primer día siempre parece el más rudo pero sé que podrás con ello.

-¿Me consigo un amigo?

-Consíguete varios, la academia fomenta el trabajo en equipo y al final de la semana tu maestro te colocara con un grupo, te ira mejor si te ven sociabilizar, a menudo tus compañeros de estudios se vuelven tus compañeros de equipo.

-¿Eso paso con usted?-no creía, no salían las cuentas.

-No, Magicus eligió a los míos-rio-Kroper es uno de los mejores rastreadores y Donohoe tiene un millón de contactos, pero tranquilo, no te hare eso a ti.

-¿A quiénes me debería acercar?

-Busca a los raros, a los marginados, a los singulares, casi siempre hay oro escondido allí.

-Entiendo…

-¿Te preocupa algo?

-No sé qué tan buena relación puedo tener con gente que no me conoce en verdad, es decir…al final siempre me juzgan por mi destinario o porque fui de clausura, y si saben que estoy en libertad condicional…-Hesperian soltó una risotada.

-¡Niño!, ¿No te has dado cuenta?, hace una semana que no firmas, ya te liberaron.

-¡¿Qué!?-se detuvo en el aire.

-¿Recuerdas lo que te dije hace tiempo?, la carcelería es la forma más fácil de librarse de una condena, en cuanto te anote como novato tus cargos fueron desestimados.

-¿Me está diciendo…?-era de no creerse.

-¡Eres un espíritu libre!...siempre que te apliques, igual te pueden volver a condenar si haces alguna idiotez, pero no vas a hacer ninguna idiotez, cierto-le guiño el ojo.

-Je…no, capitán-y siguieron volando, Laiyon pensó que de tener un corazón latiente este estaría a punto de saltarle del pecho-soy libre-susurro-soy libre.

-¡Ah, por cierto!, en la academia no tienes que ocultar tu identidad si no quieres, no entre tus compañeros, asique preséntate y se tú mismo, aprovecha que tienes una personalidad que le cae bien a todo el mundo.

 

Por idea de algún juez practico las escuelas de carcelería aprovechabas las instalaciones de los vivos y Laiyon solo pudo agradecer que no iría exactamente a la misma secundaria que Vincen y Belinda, ya hubieran sido demasiadas casualidades.




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