Los compañeros de Laiyon notaron que venía de malas con solo verle.
-Es el tratamiento-explico.
-¿No te gustan las píldoras?-pregunto Lauri, él le pasó un papelito-“Terminantemente prohibida la canela”
-Bueno, eso es lógico-dijo Nora-la canela reduce la producción de ectoplasma.
-Pero me encanta la canela-rezongo-si me quitan eso y el té se me puede ir lo británico, la uso en todo.
-Pues con razón tienes una deficiencia-rio Dowie-pasando a otra cosa no tan importante, ¿alguno de ustedes ha visto mi meñique izquierdo?-Lorens miro bajo su bota-no, viejo, si lo pisaran lo sentiría.
-Busca luego-dijo Nora, en tono seco-el timbre ya va a sonar.
Casi siempre el grupo llegaba primero al salón y Carnegie se presentaba a segundos del timbre pero esta vez ella había llegado antes y ya estaba escribiendo sobre el pizarrón.
-Adentro, muñequitos, adentro, hoy tenemos mucho para ver, Andapalo, ¿tienes algo para mí?
-Sí, señorita-le paso la nota del médico.
-Ok, toma tu lugar.
Agradeció que no la revisase enseguida, seguía temiendo cual sería su reacción a la solicitud del médico de que aligerase las clases para él; al fijarse en el pizarrón vio que estaba escribiendo un larguísimo cuestionario y se apresuro a sacar su cuaderno para copiarlo, al último que se había retrasado en escribir le habían enterrado una docena de lápices negros en la mano, otra cosa en que se fijo fue una pequeña caja llena de placas y libretitas sobre su escritorio.
-Carcelero Maro-llamo, dejando la tiza-reparta estas entre todos.
-Sí, señorita Carnegie-cada estudiante fue recibiendo una libretita negra y una placa con el símbolo del martillo, dos cadenas cruzadas y la palabra “Novato”
-Esas son placas de crisis, usadas para cuando se necesita una cantidad de carceleros mayor a los que pueden entrenarse, ¿algún ejemplo?
-La Gripe Española-dijo Nora, terminando de repartir y volviendo a su asiento.
-Correcto, oficialmente ha empezado la etapa dos de su entrenamiento, esas placas les dan parte de la autoridad y obligaciones de un carcelero oficial, en las libretas hallaran toda la información que necesiten y los primeros trabajos estarán disponibles en el pizarrón de anuncios al final de la jornada, por ahora solo escriban sus nombres para identificar las libretas-breve silencio mientras la orden se cumplía-bien, pueden comenzar con el cuestionario, considérenlo un examen sorpresa.
Las cabezas bajaron y se hizo silencio, de sobra sabían lo que implicaba un examen sorpresa de Carnegie: castigo atroz a quien fuera sorprendido haciendo trampa, pero una vez sonó la campana a receso y el grupo salió los estudiantes prorrumpieron en murmullos emocionados por las licencias y el poder que acababan de conseguir, el grupo Beta fue a la cafetería y, como la mayoría, revisaron sus libretas antes de ilusionarse demasiado.
-Según esto podemos hacer capturas y captaciones pero hay que entregar a cualquier alma a un carcelero oficial y este nos dará puntos en el registro de la libreta-leyó Nora-se necesitan un mínimo de mil para que se nos permita hacer el examen final de carcelería.
-Suena a mucho trabajo-dijo Dowie.
-Solo si nos vamos por lo fácil-dijo Lauri-según mi tío las captaciones dan los puntajes más bajos, le siguen las requisas, la revisión de prisioneros, los operativos y las capturas, pero puedes duplicar cualquier puntaje si te apuntas como novato de apoyo.
-¿Novato de Apoyo?
-Los trabajos de los que hablo la señorita Carnegie-dijo Nora-son anuncios de carceleros que necesitan manos estrás, sea lo que hagan, si les apoyamos recibiremos más puntos más rápidamente…pero no sé si estemos preparados para eso.
-Vamos, Nora-dijo Laiyon, sintiéndose aludido-debes tenernos un poco de más de fe.
-“¿Qué pasa si no obtenemos los puntos a tiempo?”-pregunto Lorens…el mudo haciéndole eco a la pregunta en la mente de todos.
-Toca repetir el curso, ¿no?-dijo Laiyon.
-Sí y no, si no llegas al examen de carcelería te sancionan y no puedes repetir el curso hasta pasados dos años.
-¡Pero si es tu tercera vez haciéndolo!