-¿Te sientes mejor?-le pregunto Dal, tras haberle hecho contar todo, dándole una taza de té.
-No realmente.
-Es increíble que nos ocultases esto.
-Con todo lo que ha ocurrido lo último que quería era que tu o Ana me creyesen un loco.
-Laiyon, eres un fantasma-dijo, recalcando lo obvio-en el momento en que aceptamos eso aceptamos cualquier cosa.
-Je…es igual, sigo sin saber si Alastor es real.
-Fue lo bastante real como para provocarte dolor.
-Lo hice enfadar, esta tan asustado y le hice confiar en mí para luego…-bajo la mirada-yo hubiese hecho lo mismo.
-Es un asunto complicado, si es una trampa como dice Vandarec, podría causarte mucho más daño, pero si no lo es…
-No sé lo que es, solo se cómo se siente y es horrible.
-Definitivamente estos no son momentos para tratar con algo así, quizás debas evitar dormir por unos días, hasta que ese Jack regrese, puede que él sepa que hacer.
-Sí, eso hare.
La única razón por la que dormía últimamente era por agotamiento, y este era producto del estrés, las clases y su deficiencia de ectoplasma, necesitaba relajarse y en eso sus amigos podían ayudarle.
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Era sábado, Vincen y Belinda se pusieron contentísimos cuando llego a buscarles para salir, desde que Ana muriera habían sido muy respetuosos con su necesidad de estar solo pero sabía que seguido preguntaban por él, Laiyon sentía que les debía algo y con Keyla de chaperona podían salir a divertirse por la ciudad.
-Hoy yo invito y nada de timidez, recuerden que soy un torpe millonario.
-¿Qué se siente tener tanto dinero y poder gastarlo al gusto?-pregunto Vincen.
-No es tan divertido como suena, soy poco creativo, ¿tienen alguna idea?
-Hay un mercadillo cerca donde voy a comprar libros-dijo Belinda.
-Los mercadillos tienen chucherías interesantes.
Laiyon sonrió y llamo un taxi, no le importaba gastar dinero en sus amigos y les habría dado lo que quisieran pero no debía olvidarse que eran unos chicos, que estaban vivos, y que si se pasaba de la raya dándoles gusto la gente empezaba a hablar; al llegar al mercadillo se dispersaron un poco, era una de esas estrechas callejuelas con puestitos a reventar, le recordó un poco a las descripciones de Nao de la Calle Dimanen.
-Tienen muy buenos títulos aquí-dijo, seleccionando unos libros para Vandarec-¿vamos al cine después?
-Mientras Vincen no escoja la película-bromeo Keyla.
-¡Laiyon, mira!-el mencionado apareció mostrándole algo-¿No es genial?
-¿Eso es una Uija?-pregunto Belinda.
-Mamá te dijo que dejaras de llevar cosas raras a la casa.
-Nadie te pregunto.
-¿Cuánto cuesta?-pregunto Laiyon, que como todo fantasma sabia que aquellas tablillas eran juguetes inofensivos a no ser que algún fantasma quisiera bromear.
El rato de esparcimiento no le hizo olvidar a Alastor pero le relajo y le mejoro el ánimo lo suficiente para que sus compañeros no le notaran preocupados al encontrarse con ellos más tarde, les dio los aparatos de comunicación y les hablo de su primer trabajo.
-¡Laiyon, eres estupendo!-dijo Nora, su entusiasmo valía oro, hasta entonces le había tratado como si le considerase el eslabón débil del grupo-estos equipos nos darán una ventaja tremenda, ¿a que ahora debemos ir con el capitán Hesperian?
-A las diez, en Central Park.
-¡Cielos, apenas hay tiempo!
-¿Qué?-Dowie miro la hora-pero sin son las ocho, ¿se averió mi reloj?
-No seas tonto, debemos cambiarnos y llegar temprano, quizás hacer un repaso, estaremos al mando de un capitán y no dejare que ninguno lo eche a perder, voy por mi uniforme.
-Oigan-dijo Lauri, ceñuda-no se ustedes pero si esa es la actitud que va a tomar aquí mismo renuncio-su hermano asintió.
-No, chicos, intenten ser comprensivos-dijo Dowie-Nora puede ser un dolor en el hígado pero solo quiere que salgamos adelante y la verdad, dado el quinteto de fenómenos que somos, necesitamos toda la ayuda posible.