Desde que entrasen a la fase dos las pruebas con Carnegie se habían tornado, de ser posible, más peligrosas y dura, después de todo ella también era un carcelero y tenia libertad de poner y quitar puntos a malsalva; Nora decidió tomar precauciones y ese día trajo unos frascos de ectoplasma balsámico para que se aplicaran en los golpes durante el receso.
-Este es para ti-a Dowie le dio un frasco diferente, sin etiquetas-extra fuerte, aplícalo en las uniones porque son las que más se maltratan.
-Ay, Nora, sin ti tendrían que sacarme en una cubeta luego de cada clase.
-Muñequitos-todos se tensaron pero al menos su maestra no era tan cruel como para hacer que se levantases luego de una práctica, no siempre-¿Cómo van esos puntajes?, ya estamos a la mitad del plazo.
-Vamos muy bien, tengo setecientos doce puntos y todos los demás tienen más de seiscientos.
-¿Todos?-lanzo una mirada a Dowie-¿Cuántos tienes tu, Sigma?
-Quinientos noventa, señorita.
-Debes esforzarte más-saco un sobre pequeño y se lo dio a Laiyon antes de irse sin decir nada más-¡Todos al salón al sonar el timbre!, ¡Terminaremos con un cuestionario de historia!
-“Genial”-Lorens exagero los gestos a modo de sarcasmo, te quitaban dos puntos por cada respuesta errónea.
-¿Qué te dio?-le pregunto Lauri a Laiyon.
-Parece una invitación-la abrió-“Por favor presentarse en mi departamento a las nueve para mi celebración de aniversario”, ¡Válgame!
-Oh por Dios-dijo Nora, todos voltearon a verla.
-Esto es malo, ¿verdad?
-Pues no…no estoy segura, ella invita a un estudiante a su aniversario cada año.
-¿Y qué pasa con ese estudiante?-pregunto Lauri.
-Nunca se vuelve a saber de él.
-¿Qué?, pero si no he vuelto a fallarle en nada, ¿Por qué yo?
-La pregunta es que harás, viejo, ¿Qué tan rápido puedes volar a México?
-No va a escaparse, Dowie, lo expulsarían.
-Acabas de decir que si va a esa fiesta desaparecerá, se bien lo que significa eso.
-No voy a escapar-dijo Laiyon, entendiendo la encrucijada en que se hallaba-iré y que sea lo que Dios quiera.
-“Que valiente”
-¡Te vamos a extrañar mucho!
-Gracias, chicos, ustedes sí que consuelan…
El tiempo a partir de ese instante lo sintió como si fuera un condenado a la horca, por suerte eran muy pocas horas de las que disponía y pudo distraerlas haciendo un pastel y buscando un regalo, como lo único que sabía de Carnegie era que venía de Noriega dio varias vueltas por la ciudad hasta hallar el presente adecuado y regreso al departamento a decorar el pastel.
-Estoy con Dowie-dijo Dal, envolviendo el regalo-deberías escapar, esa pequeña psicópata no puede tramar nada bueno.
-No voy a huir, seguro todos exageran, no creo que Carnegie vaya a destruirme sin un buen motivo.
-¿Estás seguro?
-¡Claro!... ochenta por ciento seguro y ya me voy, llegar tarde podría bastarle como motivo.
Arribo a Moria’s Garden a las ocho con cuarenta minutos, alguien debió contarle a Travis lo que pasaba porque le recibió primero y lo acompaño hasta la puerta de Carnegie en el segundo piso.
-Si algo sucede, grita, iré enseguida a rescatarte.
-No creo que sea necesario pero gracias-toco la campanilla afuera.
-¡Ya voy!-la puerta se abrió y Laiyon dio un pequeño respingo al ver a la pequeña niña en un vestido café y bonito-muñequito, llegaste temprano.
-Feliz aniversario, señorita, gracias por invitarme.
-Bueno, no te quedes afuera, pasa-le dirigió una mirada afilada a Travis-tú no estás invitado-y le cerró la puerta en la cara.
Todas las residencias para fantasmas espolvoreaban sus estructuras con polvo de escoria para que los suelos y pisos no fuesen atravesables, cuando Laiyon escucho que Carnegie echaba llave a la puerta supo que estaba atrapado con ella; respiro profundo y dio una mirada al departamento, de hecho era bonito y bastante normal…salvo por los cráneos, decenas de cráneos de aves con adornos de plumas decoraban las paredes.